Alicia Asín, ingeniera: "En el futuro veremos cómo hackean el coche de alguien y toman el control del vehículo sin que el conductor pueda hacer nada"

El futuro de los coches inteligentes hace que podamos vivir situaciones rocambolescas con nuestro vehícul

Alicia Asín, ingeniera
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El futuro de los coches inteligentes, con Alicia Asín

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

3 min lectura

El coche moderno ha dejado de ser únicamente un medio de transporte. Hoy en día, cada vez que giramos la llave o pulsamos el botón de arranque, ponemos en marcha una máquina capaz de recopilar información personal. Desde la música que escuchamos hasta las llamadas que realizamos, todo puede ser registrado por el sistema del vehículo. 

Lo que parecía una ventaja tecnológica —conectividad, asistencia a la conducción, seguridad avanzada— tiene también una cara oculta: la cesión involuntaria de datos. Así lo ha explicado en Poniendo las Calles la ingeniera Alicia Asín, miembro del consejo asesor de la Fundación Hermes, que alerta sobre los riesgos de esta práctica.

Pantalla de ordenador con posible hackeo informáticos

Agencias

Hackeo informático

"LOS COCHES CONECTADOS SON LA PEOR CATEGORÍA DE DISPOSITIVO"

Según detalla Asín, la investigación parte de un informe internacional que concluye que los coches conectados son "la peor categoría de dispositivo jamás analizado en cuanto a políticas de privacidad". Y lo más preocupante es que la mayoría de conductores ni siquiera es consciente de ello.

"El 76% de los fabricantes analizados reconoce que venden los datos conectados, y en el 92% de los casos los clientes no saben que esto sucede", explica la ingeniera. Los datos no se limitan a cuestiones técnicas del vehículo, como el desgaste de piezas o la velocidad. También incluyen información personal, como el listado de contactos del móvil, los lugares visitados y hasta los gustos musicales del conductor. Qué información recopilan los coches inteligentes

Al conectar el coche con el teléfono, el abanico de datos aumenta de manera exponencial. "Un vehículo que conecta al smartphone del conductor puede acceder al listado de llamadas, a los contactos, a las canciones que escucha, a la geolocalización…", señala Asín.

Punto de carga de Tesla en el Centro Comercial Larios de Málaga

Alamy Stock Photo

Punto de carga de Tesla en el Centro Comercial Larios de Málaga

Con esos datos es posible inferir mucho más: número de personas que viajan habitualmente, edad aproximada, nivel socioeconómico e incluso "tendencias religiosas o sexuales". En la práctica, el coche termina siendo una ventana abierta a la intimidad de los usuarios. 

El avance de la tecnología ha traído consigo un escenario que parecía sacado de una película de ciencia ficción, pero que está cada vez más cerca de convertirse en realidad. "En el futuro podríamos ver cómo hackean el coche de alguien y que tomen el control del vehículo sin que el conductor pueda hacer nada. Es muy peligroso", advierte Asín.

"Un vehículo que conecta al smartphone del conductor puede acceder al listado de llamadas, a los contactos, a las canciones que escucha, a la geolocalización…"

Alicia Asín

Ingeniera y experta en privacidad

el ciberataque a los coches, un peligro en ciernes

Un ciberataque podría afectar desde la apertura de las puertas hasta, en el caso de los coches con conducción autónoma, el propio rumbo del vehículo. "No es una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo", insiste la ingeniera, subrayando que la ciberseguridad es ya un reto crucial para la automoción.

La situación no se limita a unas pocas marcas. Según la Fundación Hermes, para 2030 el 95% de los vehículos estarán conectados a internet, lo que significa que casi todos los coches nuevos recopilarán información sensible de sus usuarios.

"Es un problema transversal a toda la industria", afirma Asín, que insiste en que se trata de un fenómeno global. La comodidad y las nuevas prestaciones se pagan con un coste oculto: la privacidad de los conductores y pasajeros. 

La gran pregunta es si es posible disfrutar de la tecnología en los vehículos sin tener que entregar datos personales a terceros. Para Asín, la clave está en el consumidor: "Nadie pregunta en el concesionario cuántos datos recopila el coche o si se venden a terceros. Y es ahí donde tenemos que empezar a librar la batalla".

Una mujer conduce un Tesla Model Y en una autopista invernal con una pantalla táctil que muestra datos del vehículo y el entorno

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Habrá coches en el futuro que no necesiten conductor

La ingeniera anima a los usuarios a exigir transparencia en el momento de la compra. "Antes de aceptar que la batalla está perdida, debemos incorporar criterios de privacidad a la hora de decidir qué vehículo compramos", concluye.

El coche conectado promete más seguridad y confort, pero plantea dilemas inéditos en materia de derechos y libertades. Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción —el riesgo de que un desconocido controle nuestro vehículo a distancia— ya es una posibilidad que preocupa a expertos en ciberseguridad.

Alicia Asín lo resume con contundencia: "Los coches saben más de nosotros de lo que pensamos. Y si no tomamos medidas, estaremos cada vez más expuestos".

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