Un vigilante de placas solares de Sevilla explica cómo roban cobre los ladrones en la zona: "Se visten y se camuflan"
El problema que se vivió en Castilla-La Mancha este domingo causando el paro de la línea de AVE es común para trabajadores como José

Carlos Moreno 'El Pulpo' recibe la llamada de Jose, un oyente que se dedica a la seguridad de las vías de trenes
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El robo de cobre es un fenómeno creciente en diversas regiones de España, especialmente en áreas con infraestructuras críticas como las plantas solares o las vías de tren. En una reciente intervención en el programa Poniendo las Calles, un vigilante de seguridad, conocido como José, ofreció detalles sobre cómo los ladrones operan en el campo de las placas solares. Esta práctica delictiva no solo pone en riesgo el trabajo de los vigilantes, sino también la seguridad de miles de ciudadanos, como se evidenció en el reciente parón de la línea de AVE en Castilla-La Mancha, que paralizó el servicio del tren de alta velocidad debido al robo de cable. El testimonio de José refleja cómo esta situación es un problema común para trabajadores de su sector. La modalidad del robo: camuflaje y engaño
Según explicó José, el robo de cobre en campos de placas solares está aumentando, y el modus operandi de los ladrones es sorprendentemente sofisticado. "Se visten de obrero y se camuflan entre la multitud", señaló el vigilante, haciendo referencia a cómo los delincuentes logran pasar desapercibidos, incluso en plena jornada laboral. Este tipo de robos, realizados en su mayoría durante la noche, son difíciles de detectar debido a que los ladrones suelen disfrazarse de trabajadores legítimos, lo que les permite actuar sin levantar sospechas.

Imagen del cableado de cobre sustraído
En este contexto, las plantas solares y las infraestructuras asociadas se convierten en objetivos fáciles para los delincuentes, ya que el cobre que se encuentra en los cables y equipos tiene un alto valor en el mercado negro. José subraya que este tipo de robo no se limita a una zona concreta, sino que es una práctica extendida por toda España, desde Sevilla hasta Toledo, donde los delincuentes buscan cobre por su rentabilidad.
La peligrosidad de robar cobre
El robo de cobre no solo es un delito económico, sino que también pone en peligro la seguridad de los trabajadores y de la población en general. Como señaló José, el robo de cable de alta tensión puede causar serios riesgos tanto para los ladrones como para los operarios que se encuentran en el área. "Es muy peligroso", explicó el vigilante, ya que el cobre suele estar instalado en lugares con alta tensión y un error puede tener consecuencias fatales. "Ellos son expertos, pero siempre se juegan la vida", añadió.
Además, estos robos pueden interrumpir el trabajo en plantas solares durante meses, lo que genera pérdidas económicas significativas. "Un robo de cobre puede parar una obra de dos a tres meses, mínimo", señaló José, lo que resalta la gravedad de este problema tanto para las empresas como para los consumidores que dependen de estas infraestructuras.
El impacto en la sociedad
Aunque las autoridades intentan minimizar el impacto de estos robos, la realidad es que el mercado negro de cobre sigue siendo una fuente de ingresos para muchos delincuentes. José destacó que, aunque algunos robos son motivados por necesidades económicas, otros son simplemente fruto de la falta de escrúpulos de los ladrones. "No todo el mundo lo hace para hacer daño, pero hay quien lo hace por pura necesidad", explicó.

Cable recuperado por la Guardia Civil en una de las intervenciones
Además, estos robos no solo afectan a las plantas solares o a las vías de tren, sino que también tienen un impacto negativo en la seguridad pública. Como mencionó José, el robo de cable de trenes, por ejemplo, puede paralizar el servicio y poner en peligro a los pasajeros. "No tienen reparo, roban lo que encuentran sin pensar en las consecuencias", añadió el vigilante, dejando claro que los ladrones actúan sin medir el daño que pueden causar.
El testimonio de José revela la creciente amenaza que representan los robos de cobre en diversas zonas de España, especialmente en lugares como plantas solares y vías de tren. A pesar de los esfuerzos de los vigilantes de seguridad y las autoridades, esta problemática sigue siendo un desafío. La solución, según José, pasa por un mayor control y vigilancia en las áreas más afectadas, así como una mayor concienciación sobre los riesgos y consecuencias de este tipo de delitos.



