Un pediatra alerta sobre los primeros rayos de sol de mayo: "Padres y abuelos, hay que ponerse las pilas"
Este fin de semana se superarán en muchas zonas de España los 32 grados e Ignacio Manrique Martínez repasa algunos consejos a tener en cuenta con los niños e hijos

Carlos Moreno 'El Pulpo' charla con el doctor Ignacio Manrique Martínez
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El verano se anticipa este año, y lo hace con fuerza. Según la Agencia Estatal de Meteorología, este fin de semana los termómetros superarán los 32 grados en muchas zonas de España, sobre todo en el valle del Guadalquivir y áreas del Levante. La llegada de los primeros rayos de sol de mayo suele celebrarse con entusiasmo, pero también con cierto descuido. Las altas temperaturas y el inicio de las jornadas en piscinas y playas multiplican los riesgos, especialmente para los niños.
El doctor Ignacio Manrique Martínez lo deja claro en una reciente entrevista con Carlos Moreno ‘El Pulpo’ en el programa Poniendo las Calles de COPE: "Para mí, que me dedico a esto, es un desastre. El año pasado tuvimos casi 480 ahogados. Y eso es una auténtica locura". Los datos son contundentes: los ahogamientos infantiles siguen aumentando, y la mayoría se producen entre las 16:00 y las 18:00 horas. ¿La causa? "Es la hora en que los adultos estamos relajados después de comer. Los niños desaparecen y nadie se da cuenta", explica el pediatra.

Niños de vacaciones, cansados de hacer turismo.
El problema no solo está en los casos mortales. Por cada menor fallecido por ahogamiento, se registran al menos cuatro o cinco casos más de casi ahogamiento, muchos de ellos con consecuencias neurológicas permanentes. Y es que el cerebro no perdona la falta de oxígeno, aunque sea solo durante unos minutos.
Supervisión constante y cero móviles
“El único sistema que previene el ahogamiento infantil son tus brazos”, sentencia el doctor Manrique. Y no es una metáfora. Según su experiencia, la distancia máxima a la que un niño debe estar de un adulto en el agua es la que alcanza el brazo extendido. Ni manguitos, ni flotadores, ni chalecos salvan vidas si no hay vigilancia directa.
Uno de los grandes enemigos de esta vigilancia, alerta el pediatra, es el móvil. "Los móviles se dejan en casa. Yo bajo a la piscina y veo a todos los adultos mirando el teléfono mientras los niños juegan en el agua. Luego nadie se explica cómo ha podido ocurrir". La atención plena es vital cuando se está en entornos acuáticos, aunque sean piscinas privadas o comunidades de vecinos.

Sevilla, España, Gran multitud, Familia joven con niños bebiendo agua en un día caluroso
También hace hincapié en la importancia de proteger correctamente las piscinas: “Tiene que haber una valla de al menos 90 centímetros, hermética, y con cierre automático. Y el pestillo, nunca por fuera”. Una medida que puede parecer simple, pero que ha demostrado salvar vidas.
El calor llega con riesgos para los más pequeños
Y si hay adolescentes en casa, el peligro cambia, pero no desaparece. La sobreconfianza y la imprudencia los llevan a lanzarse de cabeza en zonas con rocas o a hacer carreras hasta la boya tras comer. "Se tiran de cabeza sin saber lo que hay bajo el agua. Y hay chicos que ya no salen de allí o lo hacen tetrapléjicos", recuerda el médico, que insiste en enseñar prudencia y responsabilidad desde pequeños.
Por eso, este verano —y especialmente este fin de semana— los padres, abuelos y cuidadores deben estar más atentos que nunca. Como recuerda el propio Manrique: "Hay que ponerse las pilas. No es solo cuestión de tener suerte, es cuestión de estar ahí". Que la alegría del buen tiempo no nos haga bajar la guardia. Porque en cuestiones de prevención infantil, cada segundo cuenta.