Aleix Hildebrandt, psicólogo: "Cada vez veo a más personas que se ponen malas en los primeros días de vacaciones por hacer esto"

Normalmente, la mayoría de las personas se desconectan en verano, pero a veces no lo hacen del todo, algo que preocupa a algunos psicólogos

Aleix Hildebrandt, psicólogo
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Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' charla con Aleix Hildebrandt, profesor de Psicología de la Salud de la Universidad Carlemany, sobre la desconexión del trabajo en casa

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

Durante las vacaciones de verano, muchas personas creen que desconectan del trabajo, pero la realidad es que no siempre lo logran del todo. Esa falsa sensación de descanso puede derivar en consecuencias físicas y emocionales que preocupan a los expertos. Aleix Hildebrandt, psicólogo y profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Carlemany, ha explicado en Poniendo las Calles de la Cadena COPE los peligros de una desconexión incompleta y cómo abordar correctamente el descanso veraniego.

“Normalmente la mayoría de las personas se desconectan en verano, pero a veces no lo hacen del todo, que es algo que nos preocupa a algunos psicólogos”, asegura Hildebrandt, quien subraya que muchos siguen “pendientes del móvil, del portátil, de correos o tareas laborales, aunque su contrato no les obligue a ello”.

En un contexto laboral hiperconectado, la desconexión digital y mental se vuelve fundamental. Aleix explica que no basta con alejarse físicamente del trabajo, sino que también es necesario “darse el permiso para desconectar, para no ser productivos durante un tiempo y no sentirse mal por ello”.

Una pareja descansando durante sus vacaciones

Una pareja descansando durante sus vacaciones

“Estamos acostumbrados a funcionar durante meses con un chip de rendimiento y productividad. Pero nadie puede sostener un buen rendimiento sin descanso”, recalca el psicólogo.

Ponerse enfermo al empezar las vacaciones

Uno de los fenómenos más sorprendentes que el experto ha observado en consulta es que cada vez más personas enferman al iniciar las vacaciones. Algo que, lejos de ser casualidad, tiene una explicación fisiológica clara.

“Esto se debe a la acumulación o a la mala gestión del estrés. El cortisol, la hormona del estrés, deprime el sistema inmunológico. Cuando paramos de golpe tras meses de alta exigencia, las defensas están bajas y surgen los síntomas físicos”.

Este fenómeno, conocido como síndrome del ocio, no solo implica resfriados o dolencias físicas, sino también fatiga mental, irritabilidad o incluso tristeza en un momento que se presupone feliz. 

Vacaciones

Vacaciones

Pero el problema no solo está en el estrés acumulado. Hildebrandt insiste en que muchas veces las personas posponen el cuidado personal durante todo el año confiando en que las vacaciones lo solucionarán todo. “Si ponemos todas las expectativas de descanso en las vacaciones, es que estamos teniendo un año mal regulado”.

En lugar de esperar a agosto para respirar, el psicólogo recomienda introducir pequeños espacios de desconexión cada semana, como señala también la doctora Josefa Ros en su obra La enfermedad del aburrimiento. “No hay que tener miedo al aburrimiento. A veces es justo lo que nuestro cerebro necesita para recuperarse”, añade.

¿Cómo desconectar de verdad?

Para evitar caer en el bucle del estrés-vacaciones-estrés, Hildebrandt sugiere aplicar medidas sencillas pero efectivas, como evitar llevarse el portátil "por si acaso" o dejar de revisar correos si no es imprescindible. “Hay que preguntarse: ¿estoy realmente obligado a mantenerme conectado? Si no lo estoy, entonces desconecto”, propone.

También invita a bajar las expectativas: “Las vacaciones no tienen por qué ser productivas. Con el mero hecho de relajarse, disfrutar y conectar con lo que a uno le gusta, ya estamos generando beneficios mentales y físicos”.

Una clave para lograrlo está en entender el descanso como parte esencial del rendimiento. “No se trata de no hacer nada siempre, pero sí de permitirse momentos de tranquilidad total. Y eso es sano”, sentencia.

Por último, alerta sobre el riesgo de una desconexión extrema sin transición. Si se pasa del “modo supervivencia” al “modo relax” de forma brusca, luego cuesta mucho retomar la actividad. Por eso, sugiere no volver a casa el día antes de empezar a trabajar, sino dejar margen para readaptarse.

Como resumen, Hildebrandt lanza una reflexión clara: “El cuidado no puede ser una excepción. Debemos cuidarnos también entre semana, no solo en vacaciones. Así llegaremos más enteros al descanso y, sobre todo, podremos disfrutarlo”.

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