

"Con lo que depende Sánchez de Illa, ¿alguien pensaba que en el Gobierno no iban a decir nada en una operación que afectaba directamente a un banco cuya raíz está en Cataluña?"
Escucha el monólogo de Pilar García de la Granja del viernes 17 de octubre
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Este viernes lluvioso en muchas partes de España, aunque las temperaturas máximas siguen siendo suaves para el otoño. Lo que no ha sido suave es el resultado de la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell. A estas alturas, ya lo sabes, la operación ha fracasado. Pero no solo la operación, han fracasado también decenas de analistas que decían que iba adelante con el 75% de los accionistas del banco, los dueños, rechazando la fusión. Pero esos analistas lo decían hasta antes de ayer, porque una cosa es que los bancos o las empresas o los partidos políticos defiendan sus posiciones y otra que los supuestos expertos pendientes no se enteren de por dónde les da el aire. En fin, desde luego sobrevuela la razón del precio. A juicio de los accionistas del Sabadell no era suficiente. Sobrevuela también cierta confusión.
¿Había o no había segunda opa? Pero vamos a la raíz de la operación. Mira, una opa hostil es como una declaración de guerra, por eso es hostil. Si fuera una opa amistosa sería una fusión acordada. Es decir, el Sabadell consideraba que la operación no era amistosa y como es hostil, han planteado su defensa como en una guerra. Han ido con todo para defender lo que para sus gestores era la mejor opción, seguir siendo independientes. En el otro lado ha fallado el precio, ya lo hemos dicho, pero también el contexto. Es cierto que hay países con gobiernos más liberales o respetuosos, digamos, y países con gobiernos más intervencionistas. Y en un país en el que el gobierno te dice lo que es comida sana e insana, mascarillas solidarias e insolidarias en medio de una pandemia, ¿qué coche te tienes que comprar para ser un buen ciudadano? ¿Cuánta energía debes y no debes consumir para ser un ciudadano medio ambientalmente responsable? Igual no te acuerdas de esta campaña de publicidad de noviembre del 2022.
"Hola, me llamo Pablo y soy derrochólico. Siempre pongo la calefacción al máximo y luego voy por casa en calzoncillos.
Yo soy Ana y también soy de derrochólica. Voy en coche hasta por el pan y apuro mucho las marchas".
¿No te acordabas, eh? Yo la verdad es que aún no sé cómo seguimos con la cabeza encima de los hombros.
En fin, después de todo lo que hemos y estamos viendo, de verdad, ¿alguien pensaba que en el Gobierno no iban a decir nada en una operación que afectaba directamente a un banco cuya raíz está en Cataluña, con lo que depende en estos momentos Sánchez de IIla? Mira, el BBVA compró en su día el Banco Cataluña Bank, que era el resultado de la fusión de varias cajas catalanas, incluyendo la antigua Caja Cataluña. La operación se cerró en el año 15, cuando el BBVA adquirió el control mayoritario de banco. Lo absorbió formalmente en el 16 y no pasó nada entonces. ¿Y sabes por qué? Pues porque estaba pactado".