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“Estoy triste por dejar el mejor trabajo del mundo”. Son las palabras con las que Boris Johnson ha dimitido oficialmente de su cargo como líder del Partido Conservador hace escasamente una hora. Pierde, pero no del todo, porque, al menos de momento, continuará como primer ministro británico. O eso pretende.

En una comparecencia delante del número 10 de Downing Street, Johnson se ha apuntado tres logros: el Brexit, la crisis de la pandemia y la gestión de la invasión rusa de Ucrania. Genio y figura.

Johnson se ha lamentado, precisamente, de no haber podido convencer a los suyos…

Y es que han sido los miembros de su partido los que, tras meses aferrado al cargo, le han forzado a dimitir: más de medio centenar de renuncias en las últimas 48 horas. Nunca antes se había producido tal desbandada.

Un ocaso, el de Boris Johnson que comienza cuando a principios de este año se filtraban las imágenes de las fiestas clandestinas que el premier británico celebraba en lo peor de la pandemia, en mayo y junio de 2020.

Este escándalo, conocido como el 'Party Gate' , llevó al Partido Conservador a presentar una moción de confianza contra su líder que Boris Johnson superó aunque por los pelos: Johnson se salvaba, de momento.

Y es que se cumple de nuevo una tradición más inglesa que el té de las cinco. Las mociones internas contra la persona que está al frente del Partido Conservador son habituales y, antes o después, acaban con el cuestionado líder, la última fue la de su antecesora, Theresa May, en 2018, la misma moción fue el principio del fin de su carrera política pese a haber obtenido el respaldo de la mayoría de sus diputados.

Precisamente, Theresa May es uno de los hasta 10 nombres que suenan a esta hora para sustituir a Boris Johnson como primer ministro británico. Según el calendario oficial sería el próximo mes de octubre, aunque varios miembros del partido conservador ya adelantan que “la voluntad es que haya un nuevo líder y un nuevo primer ministro". El calendario, de momento inciert,o se dará a conocer la próxima semana . Un relevo que seguirá con atención la Unión Europea, con la esperanza de que el sucesor de Johnson sea un interlocutor más fiable y menos polémico.