Alberto Torres, abogado, sobre comprar habitaciones de pisos: "El primer propietario gana, los demás no porque se meten en un agujero difícil de manejar derivado de la convivencia"
La venta de estancias privadas en pisos compartidos surge como una nueva fórmula de acceso a la vivienda, pero los expertos advierten de sus complejos riesgos legales

Pilar García de la Granja y Sofía Carrillo analizan la nueva tendencia inmobiliaria: La compra de habitaciones
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El acceso a la vivienda en España es cada vez más complicado. Con un precio casi un 13 % más caro que el año pasado, un nivel que no se alcanzaba desde la crisis de 2007, y con los alquileres en una situación similar, surgen nuevas alternativas en el mercado inmobiliario. En el programa 'Mediodía COPE', las periodistas Pilar García de la Granja y Sofía Carrillo han analizado una de las más recientes: la compra de habitaciones en pisos compartidos.
Esta modalidad consiste en adquirir una habitación en propiedad dentro de una vivienda compartida, eliminando la figura del casero. Según se ha informado en el programa, ya se han vendido más de 200 habitaciones en toda España. La idea es pasar de gastar entre 500 y 600 euros en un alquiler a invertir en un activo propio. Un ejemplo ilustrativo es el de una habitación de 29 m² en Alcalá de Henares por 92.000 euros, mientras que un piso antiguo de tres dormitorios en la misma calle triplica esa cifra.

Una habitación vacía en un piso con una cama, un armario de puente, un escritorio en blanco y negro, una silla y suelo oscuro en Zaragoza.
Los riesgos legales de la copropiedad
Aunque es una práctica legal, esta fórmula crea lo que se conoce como un proindiviso entre desconocidos. El abogado experto en arrendamientos urbanos, Alberto Torres, ha advertido en COPE sobre las complicaciones que esto implica. Según Torres, el modelo beneficia principalmente al vendedor original: "El primer propietario gana, los demás no porque se meten en un agujeto difícil de manejar derivado de la propia convivencia".
El primer propietario gana, los demás no porque se meten en un agujeto difícil de manejar derivado de la convivencia"
Abogado experto en arrendamientos urbanos
Cada propietario posee un porcentaje de la vivienda asociado a su habitación y una parte igual del resto de zonas comunes. Esta situación obliga a pactar todas las normas de convivencia, desde el uso de la cocina hasta la cantidad de platos que puede tener cada uno, un acuerdo que no siempre es sencillo de gestionar. Estos pactos, además, no afectan a terceros que no los hayan firmado.

Un dormitorio bañado de luz roja
Un acuerdo que se reinicia con cada venta
El mayor problema surge cuando uno de los copropietarios decide vender su habitación. El nuevo comprador no está legalmente obligado a respetar los acuerdos previos. Alberto Torres explica que el nuevo dueño "va a poder solicitar en cualquier momento" que la situación de copropiedad finalice. "No me interesa, quiero que concluya, y si no nos ponemos de acuerdo, vamos a un juzgado para que se venda la vivienda en pública subasta para acabar con esa situación de indivisión", aclara el letrado.
No me interesa, quiero que concluya, y si no nos ponemos de acuerdo, vamos a un juzgado"
Abogado experto en arrendamientos urbanos
Para agravar la situación, muchos compradores no buscan una residencia, sino una inversión para alquilar posteriormente la habitación y obtener una rentabilidad. Esta práctica, si bien beneficiosa para el inversor, contribuye a mantener la tendencia alcista de los precios, complicando aún más el acceso a la vivienda, en un contexto donde la hipoteca media ya supera los 167.000 euros.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



