Como sabes, a partir del año 2035 los coches de gasolina y diésel dejarán de fabricarse y no se podrán vender. Puede que sea uno de los cambios más determinantes de este siglo XXI, ya que son los vehículos más habituales hoy en día y con los que hemos vivido toda nuestra vida.

El Parlamento Europeo ha aprobado ya que la fabricación y venta de coches diésel y de gasolina llegue a su fin en 12 años, una fecha cada vez menos lejana. El futuro del mercado europeo pasa entonces por el vehículo eléctrico. El desafío para llegar a tiempo a la fecha que se ha fijado es enorme. Cambiar en 12 años toda la movilidad individual de millones de europeos no va a ser fácil. Y no solo eso, ampliar puntos de recarga y electrolineras, establecer ayudas para adquirir coches eléctricos... ¿Todo esto es realmente viable en tan poco tiempo?

"Si seguimos con este ritmo de generación de infraesctructuras y de compra de vehículos eléctricos que tenemos ahora mismo, no llegamos", afirma contundente Jorge Alcalde, divulgador científico de cabecera de 'La Tarde'. "Prácticamente todos los implicados, todas las empresas que fabrican coches eléctricos y las que generan infraestructuras, coinciden en que España no va a llegar a 2035 para que todo su parque nueva sea eléctrico. De hecho, la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles ha dicho que España es el tercer país de Europa peor en preparación para el objetivo de 2035".

No obstante, el divulgador opina que es necesario este cambio de modelo. "Desde hace un siglo estamos utilizando un sistema de propulsión que muchas veces cuesta más alimentarlo que el beneficio". Alcalde pone como ejemplo que al ir al supemercado en un coche diésel, estamos gastando una producción de un coche de casi una tonelada, un petróleo que viene de lejos y que cuesta mucho fabricar, y la contaminación, que es mayor que el beneficio que obtenemos. "Esto tiene que cambiar", afirma el divulgador.

Actualmente, de los 24 millones de coches que están en circulación en nuestro país, solo el 3% son eléctricos. En este sentido, estamos a la cola del continente, y es que la media en la Unión Europea está en torno al 10%. Pero hay países que llevan muchísima ventaja, como Noruega, con el 79% de vehículos eléctricos en su parque móvil. Jorge Alcalde destaca también los casos de Suecia (33%), Alemania (17%) y nuestro vecino Protugal (11%), que van más adelantados que nosotros.

El divulgador achaca este retraso a una serie de factores que hacen que en el caso español no funcione del todo bien. "Hoy en día, pedir una subvención al Estado para financiar la compra de un coche eléctrico es muy complicado", argumenta Alcalde, que indica además que esa subvención se suele recibir con unos meses de retraso, por lo que normalmente el usuario tiene que adelantar el dinero en el momento de la compra. "Las marcas han hecho su trabajo, hay mucha oferta de coche eléctrico, pero la demanda es pequeña porque es muy complejo".

Y no solo son trabas a la hora de adquirirlo, sino también para cargarlo. En la actualidad existen cerca de 20.000 cargadores en España. El número ha crecido bastante en el último año y medio, tal y como apunta Jorge Alcalde, "pero no suficiente, porque para 2035 necesitaríamos entre 220.000 y 250.000 puntos de carga. Estamos muy lejos de conseguirlo". Seguramente esto se deba a que en nuestro país el trámite desde que una empresa suministradora de energía solicita una licencia para instalar un cargador y el Estado la concede para que ese cargador empiece a funcionar puede alargarse un año.

¿Y en el caso de instalar un punto de carga en un garaje privado? Según el divulgador científico, esta opción es algo más sencilla, pues habría que pasar por llegar a un acuerdo con la comunidad de vecinos donde se resida o se tenga la plaza de garaje, o en el caso de viviendas unifamiliares, ni siquiera eso. Pero no es la solución más adecuada, ya que sería "como poner una gasolinera en cada casa".

En cualquier caso, Jorge Alcalde considera que todos estos inconvenientes lo único que hacen es desincentivar la compra de vehículos, algo muy necesario en España, ya que nuestro parque móvil se encuentra muy envejecido.