Hay pocas cosas que sean más típicas en nuestro país que la siesta, pero existe un debate muy polémico que rodea a este hábito. Algunas personas ven con malos ojos a aquellas que duermen la siesta, es un hábito que está estigmatizado.

En 'La Tarde' se ha querido abordar este tema en profundidad, junto a un experto, Juan José Ortega, neurofisiólogo de la unidad del sueño del Hospital General de Castellón.

Ortega ha publicado un artículo recientemente en el que hace referencia a los beneficios y a las desventajas de dormir una siesta. La medicina del sueño es una rama de la salud que desconoce mucha gente, y tiene un papel fundamental en nuestra vida.

En muchos lugares del mundo se relaciona a nuestro país con el hábito de la siesta, pero la gran mayoría de la gente desconoce que la siesta es aún más sagrada en otros países. El experto lo ha explicado en los micrófonos de COPE: “En China, la Constitución marca la siesta como un derecho del trabajador después de comer o después de ingerir alimentos”.

Este concepto de siesta es diferente al que tenemos en España, los horarios son diferentes: “Los especialistas del sueño llamamos “napping” a lo que sería una cabezada a una hora diferente a lo que sería una siesta en España. La siesta típica española, la consideramos normal. Después de comer, entre la 13:00h y las 16:00h hay una caída franca, y hay un incremento de la somnolencia. Si además hemos ingerido alimento y hace calor... Esto es completamente normal, mientras sea corta”.

La duración de la siesta

El tiempo es uno de los aspectos más polémicos de la siesta, el Juan José Ortega ha despejado todas las dudas: “Nosotros recomendamos siestas breves, de 10-15-20 minutos. En todo caso que no sean superiores a 30 minutos. Porque lógicamente si nos vamos más allá de la media hora, vamos a estar en otra serie de fases del sueño. Los beneficios que te reporta la siesta lo hace en base a que sea un sueño superficial, que son las fases 1 y 2 REM. Si superamos estas fases, cuando nos despertemos vamos a estar de mal genio, y tenemos lo que nosotros llamamos borrachera de sueño. Si alargamos la siesta a una hora y medio lo que hacemos es prácticamente un ciclo completo, incluyendo el sueño REM”.

Las “naps” suelen ser más cortas que las siestas, y se llevan a cabo en horarios diferentes. La situación de cada persona juega un papel clave en el hábito de las cabezaditas, Ortega lo explica: “Ya dependen del horario en el que se produzca, y también de la situación. No es lo mismo un trabajador que se levanta a las 4 de la mañana, y que pueda dormir una “nap” antes de comer o las 12 del mediodía, porque lleva muchas horas. Pero no es igual, que alguien que ha dormido 8 horas y luego a las 11 de las mañana se duerme una “nap”, a nosotros eso nos pone en alerta”.

La edad y las siestas

Los niños pequeños suelen dormir la siesta en el colegio, pero ¿debemos seguir con este hábito cuando somos adultos? Según los últimos estudios del sueño: “Los niños por encima de los 3 años no reporta ningún beneficio”.

Cada persona es diferente, y su hábito de sueño debe adaptarse a su rutina y a lo que necesite su cuerpo. Un mal hábito de sueño perjudica directamente a nuestra salud: “El paciente que duerme poco, o duerme mal tiene una mayor predisposición a padecer obesidad, hipertensión y diabetes”. Además, en el caso de dormir la siesta, los expertos recomiendan que se haga lo antes posible ya que cuanto más tarde la hagamos, habrá más posibilidades de que interfiera en el sueño nocturno.