Nacho Abad, periodista de sucesos, sobre un exconvicto que se ha instalado en una aldea de Orense: “Le han visto hacer esto, me produce inquietud, a mí me seguiría preocupando”
El periodista y criminólogo analizaba en 'La Tarde' el caso de Antonio Gil, que ha pasado más de 40 años de prisión, y ahora está viviendo en una aldea de apenas 15 personas

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A menudo se nos olvida que el mundo también puede ser un lugar aterrador. También puede ser el sitio donde los crímenes, las salvajadas y el dolor coexistan con el lado más amable de la vida. Por suerte, tendemos a olvidarlo porque hay mecanismos para luchar contra esa lacra.
El Derecho y las leyes, por supuesto, son esos mecanismos que nos permiten luchar contra el mal y, sobre todo, arrinconarlo. Gracias a Dios, España es un país garantista en cuanto a derechos, y eso nos permite vivir con mayor tranquilidad.

El interior de una prisión española
Lo normal es que si cometes un delito, pagues por él. Y, si además cumples pena de cárcel, se entienda que has saldado tu deuda con la sociedad. Sin embargo, no siempre uno se siente libre de todo ese mal, y la pena de cárcel no es suficiente.
Imagínate que tú estás tranquilo en tu ciudad, viviendo y llevando a cabo tu rutina diaria, y se instala como vecino un exconvicto. Alguien que ha pasado más de 40 años en la cárcel. Ha sido asesino en serie y, hasta hace dos días, tú le has estado ayudando a montar su casa.
Una cronología criminal
Esto que contamos no es una película, es algo que ha sucedido en la pequeña aldea de Orense, A Bola. Es una población de apenas 15 habitantes y, uno de ellos, es un exconvicto.
Su nombre es Antonio Gil Balaguer, tiene 75 años y ha pasado más de 40 en prisión. Tras vivir entre rejas durante estos años, ha decidido olvidarse de su pasado criminal en esta aldea gallega. Como no hay obligación, los vecinos nunca supieron quién era, hasta que los medios se lo contaron.
De hecho, como Antonio se instaló en una casa medio en ruinas, fueron sus vecinos los que le ayudaron a reparar la casa y el tejado. Cuando descubrieron de quién se trataba realmente, el miedo se apoderó de ellos.

La iglesia de San Munio de Veiga en A Bola
Y no es para menos, porque sus fechorías han sido salvajes. Nacho Abad, periodista de sucesos y criminólogo, lo repasaba en 'La Tarde'.
“Es un asesino en serie. Ahora tiene 75 años, su primera condena fue en 1979 en Teruel por delitos de abuso sexual, en Calanda. La víctima era una niña de 10 años y otra de 13, y un chico al que amenazó y abusó de él. La condena fue de 4 meses” empezaba diciendo.
El relato que sigue, es aterrador. Después de esos meses en prisión volvió a las andadas, y además de robar y cometer otros delitos sexuales, abusó de una joven de 17 años, y de otra de 39. Por aquello le condenaron, pero apenas fueron unos meses.
“En el 82 se instala en Zaragoza, conoce a una mujer que estaba casada con un pastor. Y queda para hablar con el pastor y desaparece de la faz de la tierra, en el 84 en las fiestas del pueblo una niña, Victoria, va a casa del pastor donde vivía este hombre con Ángela y su hija. Pasa dentro y se queda a solas con él, abusa sexualmente de él y ella dice que se lo va a decir a sus padres, y decide ahogarla en una bañera, coge el cuerpo y la tira a una fosa y lo sella” decía.
Todo se resolvió porque un guardia civil se mosqueó, y acabó confesando el asesino. “Señala el lugar dónde ha enterrado, y revela dónde está el cuerpo del pastor, al que le metió 17 hachazos. Pasa un porrón de años en prisión, el Supremo se lo deja en 18 años” contaba Nacho Abad.
Miedo entre los vecinos por lo que hace
Cuando salió de prisión, una vez más, se instaló en Portugal, donde volvió a delinquir, y tras salir, se instaló en 2006 en Galicia. “Contrata a una prostituta, le quiere pagar 70 euros y la acaba asfixiando. Se instala en el pueblo este” decía Nacho Abad.
Cuando se instaló en el pueblo, nadie sabía que Antonio era un criminal que había pasado los últimos años de su vida en prisión. Todo fueron buenas palabras, le ayudaron y trataron de hacer cómoda su instalación, pero lo cierto es que, poco después, los medios revelaron quién era.

Escucha el análisis que realizamos de lo sucedido en A Bola, Ourense. Un pueblo con un vecino asesino múltiple
Desde entonces, han vivido con miedo e incertidumbre. “El tipo ha hablado con algún medio de comunicación” decía Nacho Abad.
La preocupación vino más adelante, cuando algún vecino contó lo que hacía en la aldea. “Cuando reventamos esta noticia algún vecino nos contó que con el coche visitaba parques infantiles, lo que me produjo una profunda inquietud. Me seguiría preocupando” sentenciaba.