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Ante el auge del uso de la IA y su consumo masivo de energía, Google ha abierto la puerta para tener su IA en el espacio y en 'La Tarde' analizan sus consecuencias

Madrid - Publicado el - Actualizado
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Google ha anunciado un ambicioso proyecto llamado Project Suncatcher con el objetivo de trasladar sus centros de datos de inteligencia artificial al espacio.
Según la compañía, esta medida podría ser una solución clave para afrontar el creciente consumo energético de sus instalaciones terrestres.
En concreto, Google planea lanzar en 2027 los dos primeros satélites prototipo que integrarían sus unidades de procesamiento tensorial (TPU) destinadas a computación de IA. Estos satélites irían equipados con paneles solares capaces de generar energía de forma casi continua.
Las motivaciones más allá del gasto energético
La razón principal detrás de este traslado al espacio es doble. Por un lado, la demanda energética de los centros de datos crece con el boom de la IA, generando una presión cada vez mayor sobre la red eléctrica y los recursos terrestres.
Por otro lado, Google ve una oportunidad para explotar la energía solar en órbita, ya que los paneles en el espacio pueden llegar a ser hasta ocho veces más eficientes que los instalados en la Tierra.
Además, esta estrategia podría aliviar el impacto ambiental asociado a los centros de datos tradicionales: uso de terreno, consumo de agua para refrigeración o emisiones derivadas del uso de electricidad terrestre.
La viabilidad económica a medio plazo
Aunque hoy el lanzamiento de satélites sigue siendo caro, Google calcula que hacia mediados de la década de 2030, los costes energéticos de operar un centro de datos en el espacio podrían igualar los de uno terrestre, si se tienen en cuenta los ahorros por generación solar continua.
Aunque hoy el lanzamiento de satélites sigue siendo caro, Google calcula que hacia mediados de la década de 2030, los costes energéticos de operar un centro de datos en el espacio podrían igualar los de uno terrestre, si se tienen en cuenta los ahorros por generación solar continua.
Sostenibilidad y presiones crecientes
La iniciativa refleja la creciente preocupación de Google por su huella ambiental. En los últimos años, la demanda energética de sus centros de datos ha contribuido al aumento de sus emisiones de CO2.
Además, compañías tecnológicas en general enfrentan el dilema de expandir sus capacidades de IA sin agotar los recursos naturales. Al trasladar parte de su infraestructura al espacio, Google pretende “deslocalizar” ese coste ambiental, al mismo tiempo que explota una fuente de energía renovable (solar) sin depender tanto de la red eléctrica terrestre.
Competencia espacial y tecnológica
Google no es la única empresa con esta visión: otras big tech ya exploran infraestructuras similares. Por ejemplo, se menciona a empresas como SpaceX o a startups como Starcloud, implicadas en el despliegue de centros de datos o chips de IA en órbita.

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El proyecto Suncatcher representa un salto audaz: unir la potencia de la IA con la energía solar espacial para reducir el impacto ambiental de los centros de datos tradicionales. Pero, aunque la visión es futurista, el camino está plagado de obstáculos técnicos, logísticos y económicos.
Si Google logra superar esos retos, podría estar abriendo una nueva era donde la computación ya no dependa solo de la Tierra, sino que literalmente orbite sobre nosotros, alimentada por el sol. Pero hasta que eso ocurra, todo dependerá de si los prototipos valen lo que prometen y si los costes de lanzamiento siguen bajando.




