Qué es el 'fuego técnico': un bombero de Sanabria explica el método extremo de usar llamas para apagar un incendio
Miguel Ángel Corvo, jefe de comarca en Alta Sanabria del grupo de agentes medioambientales, explica en La Tarde cómo les está afectando la lucha contra el fuego

Madrid - Publicado el
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En una semana marcada por el infierno en el noroeste de España, los profesionales del fuego libran una batalla titánica contra las llamas. En la trinchera de esta guerra, junto al calor abrasador y el humo asfixiante, se emplean tácticas que, para el ciudadano de a pie, pueden resultar contraintuitivas. Una de ellas, el ‘fuego técnico’, ha sido clave en los avances registrados en los incendios de Sanabria. Pero, ¿en qué consiste exactamente esta arma de doble filo? Para entenderlo, nada mejor que escuchar la voz de la experiencia desde el mismo campo de batalla.
Miguel Ángel Corvo, jefe de comarca en Alta Sanabria del grupo de agentes medioambientales, explicó con detalle esta técnica durante una entrevista en el programa ‘La Tarde’ de COPE, conducido por Israel Remuiñán. Desde la primera línea de fuego, con la voz ronca por el cansancio y la inhalación de humo, Corvo desgranó la complejidad y el riesgo de una operación que equivale a luchar contra el fuego con más fuego.
El fuego en la comarca de Sanabria
La situación en la zona, según describió el experto, es “bastante devastadora”. Aunque matizó que la gran mayoría de la comarca no ha sido pasto de las llamas, sí hay áreas donde el impacto es absoluto. El enemigo al que se enfrentan cada día es formidable: “vientos superiores muchas veces a 40, 50 km/h o como nos pasó el lunes y martes de la semana pasada, que llegaban a los 80”. Este viento, combinado con “un frente de llamas importantísimo”, genera unas condiciones de descontrol extremas, agravadas por el humo y la desorientación. “Aunque el personal es profesional, pues realmente pasa bastante mal. Es nuestro trabajo”, admitió con crudeza.
Ante la pregunta directa sobre el miedo, la respuesta de Corvo fue tan sincera como reveladora: “Miedo se tiene siempre, como un torero. Cuando dice que va al toro y no tiene miedo, siempre tiene miedo. Pues aquí siempre tienes miedo, pero sobre todo respeto”. Ese respeto nace de la imprevisibilidad del elemento. “Esto no es algo predictivo”, subrayó. “Cuando estás realizando un trabajo que crees que es seguro, de repente te puede venir algún viento cambiante, coger alguna zona que no la tenías prevista y todo cambia de repente. Estás bien como puedes estar mal”.
La solución del 'fuego técnico'
Fue en este contexto de máxima tensión donde la técnica del ‘fuego técnico’ se convirtió en un punto de inflexión. Corvo relató cómo el día anterior había sido “bastante complicado” debido al viento, especialmente en el sector limítrofe con la provincia de León, en zonas como La Baña y San Ciprián de Sanabria. “Ahí la verdad es que nos apretaban bastantes vaguadas, bastante fuerte, bastantes lenguas de fuego”, recordó. La solución llegó en las laderas de San Ciprián y Cerdillo: “Gracias a que pudimos ejecutar un fuego técnico con mucha prudencia (…) y la verdad es que fue muy valeroso. La gente estuvo durante muchas horas con mucho humo para darlo y bueno, al final nos ha salido bien y por eso tenemos hoy una predicción bastante más favorable”.
Pero, ¿qué es exactamente este ‘fuego técnico’? Israel Remuiñán lo resumió para sus oyentes: significa “que cuando tú quemas una zona estratégicamente, lo quemado ya no vuelve a arder”. Miguel Ángel Corvo amplió esta definición con la precisión de quien lo ha ejecutado: “Evidentemente esto es, simplemente, hacer que un frente de llamas que avanza hacia la posición donde estás tú, lo queramos parar con otro frente de llamas puesto”. Se trata, en esencia, de crear una contrafuego controlado que se dirige hacia el incendio principal.
La clave del éxito, sin embargo, no reside solo en prender la mecha. La operación es de una delicadeza extrema y depende de variables críticas. “Hay que darnos el momento oportuno”, explicó el jefe de agentes medioambientales. Es necesario que se dé “una temperatura adecuada, sobre todo que el viento sea de favor” para que la técnica funcione. El objetivo final es que “tanto un frente como el otro tengan una capacidad de absorción”. Remuiñán lo ilustró con una metáfora visual: “Que entre ellos dos se atraigan”. Una vez que ambos frentes se encuentran, se consumen mutuamente al quedarse sin combustible, creando así un cortafuegos natural y ampliado. “Y ese es el momento bueno”, sentenció Corvo, “y eso no siempre ocurre”. Es una apuesta estratégica de alto riesgo que requiere precisión, condiciones meteorológicas favorables y un valor extraordinario por parte de los equipos de tierra.
El peso psicológico para el bombero
Tras la explicación técnica, la conversación derivó hacia el coste humano de esta lucha. Corvo, con una voz que delataba un agotamiento extremo, confesó la cruda realidad de las noches tras el fuego: “Llegas a casa y estás pensando en lo que tienes que hacer el día siguiente, cómo va a evolucionar, cómo están los compañeros… al final descansas dos o tres horas, si las llegas a descansar, y al día siguiente estás dispuesto a salir”. Es una dedicación absoluta que pone de relieve “la calidad de las personas que están dispuestas a dejar parte de su tiempo libre en favor del bien común”.
Un aspecto crucial que ambos abordaron fue la necesidad de apoyo psicológico una vez termine la emergencia. Corvo lo corroboró al recordar los pasados incendios de la Sierra de la Culebra: “Sí que tuvimos que tener esa ayuda psicológica (…) porque son muchos días, son muchas horas, es mucho estrés acumulado y al final te sale por donde te sale”. Es una herida invisible pero profunda que queda tras el humo.
Finalmente, ambos hicieron un llamamiento a no dar la espalda a la zona una vez se apaguen las llamas. Remuiñán incidió en que “lo que no necesita esta gente ahora es que la gente deje de ir”, a lo que Corvo respondió con convicción: “Eso es muy importante. El tema de que la gente venga y continúe viniendo es fundamental (…) Se acaba el ruido mediático y luego el quemado es el que queda ahí, y el quemado quedan también la gente de la zona”. Animar al turismo responsable es el primer paso para una reconstrucción no solo económica, sino también moral. “La naturaleza sigue su curso y al final todo se recupera, pero cuesta el verlo así”, concluyó, manteniendo un hilo de esperanza frente al paisaje carbonizado.
La intervención de Miguel Ángel Corvo en COPE no fue solo una crónica de la emergencia; fue una lección magistral desde el terreno sobre una de las técnicas de extinción más complejas y arriesgadas. El ‘fuego técnico’ es la prueba de que, a veces, para salvar un bosque, hay que saber jugar con el fuego.