La Foto: "Tiene uno los ojos cansados de tanto ver el rostro del tedio"
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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La foto que me ha llamado la atención la he visto hoy trasteando en la web de la agencia magnum. Es un retrato tomado en Puerto Vallarta, en Jalisco, en la costa oeste de México a principios de los años 70. En el centro de la imagen un teléfono público encima de un poste. No llega a ser una cabina. Solo hay un palo, el aparato y una mampara de cristal. El teléfono está junto a un cubo de basura y cerca de un parque con árboles muy frondosos. Una zagala con un traje de verano corto, sin mangas, con sandalias cerradas ha buscado una piedra, quizás sea un adoquín abandonado, para encaramarse. La niña se sube con un pie en la piedra y se le alargan las piernas y levanta mucho la cabeza y estira uno de los brazos para llegar a la rueda de los números. Esta toda ella en tensión, toda erguida para alcanzar lo que parecía inalcanzable, para llegar a un mundo que no era el suyo, para oír una voz lejana. Su cuerpito parece la soga de un arco, equilibrio en los pies y mucho estiramiento. Un compañero de juegos, con el pelo muy negro, con la sonrisa abierta como un amanecer, tiene los ojos fijos en los dedos de su amiga que han conseguido la proeza. Y mirar la foto, ver el ingenio de los dos niñoss, el buscar dónde auparse, su atrevimiento, su esfuerzo, su ilusión, su deseo de jugar y de vivir se vuelve refrescante. Y la sonrisa se contagia. Porque tiene uno los ojos cansados de falsas prudencias que son escasez de pasión y una comodidad llevada al exceso, tiene uno los ojos cansados de tanto ver el rostro del tedio, la cara de los que cuando recomiendan mesura no pueden ocultar su miedo y su fastidio ante la aventura de la vida.