La foto: “La historia es ya diferente desde que la criatura asomó la cabeza, desde que dio su primer grito"
Escucha la foto del día de Fernando de Haro

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La foto que me ha llamado la atención hoy la ha hecho un trabajador de la agencia Reuters hace poquito. Nos asomamos al interior de una sala con azulejos verdes y blancos a través de un ventanuco estrecho y alargado. En la estancia, la luz es blanca y fría. A través de la lucera se ve una gran maquina tapada con una sábana celeste y dos enfermeras que acompañan a una mujer que está tumbada en una camilla. Una de las enfermeras le agarra el rostro con las dos manos a la mujer, intentándola consolar su inquietud mezclada con alegría. La otra enfermera le enseña la cara de la criatura que la mujer acaba de traer al mundo. Se escuchan en el retrato los suspiros de la madre, el llanto con la que el niño estrena el aire. Ha nacido en una ciudad Mariupol, castigada por las bombas, ha nacido en una de las capitales del dolor. La llegada del recién nacido ha introducido algo absolutamente nuevo en el paritorio, en Ucrania, en el mundo, en el baile de los astros y de las galaxias, en el universo que se nos antoja infinito. Con el niño que acaba de nacer en Mariupol, con cada nacimiento, la historia de la humanidad vuelve a empezar. La historia es ya diferente desde que la criatura asomó la cabeza, desde que ha dado su primer grito. Los que mueren bajo las bombas, los que mueren matando, son iguales, la muerte los iguala. Pero el niño que nace es diferente de todos los demás. Nacer, ser nacido, ser concebido, ser parido lo ha hecho único. En el paritorio de Mariupol se está produciendo, se ha produciendo, lo que más necesitamos en este momento: que la historia vuelva a empezar.



