De la desaparición de La Mona Lisa al gran robo del tren de Glasgow: "El crimen perfecto, a examen"
El programa "La Noche de Arjona" analiza con Guillermo Díaz los motivos por los que el ser humano se siente atraido por lo que desaparece sin explicación

La Gioconda
Sevilla - Publicado el
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Hay algo que fascina al ser humano más que poseer cosas: ver cómo desaparecen. Un cuadro que se esfuma, un tren cargado de dinero que no llega a su destino o un barco a la deriva sin tripulación. Cuando algo se desvanece sin una explicación lógica, se abre una grieta en la certeza que alimenta la imaginación.
De esta atracción por lo inexplicable hablamos en "La Enciclopedia Oculta" con Guillermo Díaz. Nuestro colaborador nos ha contado que el interés por estos sucesos radica en que "nos fascinan los puñetazos en la mesa del orden, siempre y cuando no nos afecten a nosotros, claro". Este mecanismo psicológico convierte el desastre ajeno en un relato de aventuras.
Robos de arte legendarios
Cuando el banco asaltado no es el nuestro o el cuadro robado no colgaba en nuestra pared, nos permitimos disfrutar del ingenio y la audacia del golpe. "Es el mismo mecanismo por el que nos gustan las películas de atracos, nos sentamos a salvo, y por una hora jugamos a ser cómplices".
Un trabajador de El Louvre escondió La Gioconda bajo su ropa y se la llevó
Divulgador de historia
Robos de arte legendarios
Uno de los casos más emblemáticos que se han abordado es el robo de La Gioconda en 1911. Guillermo Díaz ha recordado que, antes de su desaparición, la obra de Leonardo da Vinci era importante, pero no el icono mundial que es hoy. El responsable fue Vincenzo Peruggia, un trabajador italiano del Louvre que, con una simpleza asombrosa, se escondió en el museo y sacó el cuadro bajo su ropa.
Tras dos años oculta en el baúl de su casa, Peruggia intentó venderla a un anticuario en Florencia, que alertó a las autoridades. "Quizá, la primera gran campaña de marketing de la historia del arte, la organizó un ladrón con un destornillador", ha comentado Díaz, subrayando cómo el robo catapultó la fama de la pintura.
el mayor robo de arte sin resolver de la historia
En el extremo opuesto se encuentra el asalto al museo Isabella Stewart Gardner de Boston en 1990, considerado el mayor robo de arte sin resolver de la historia. En aquella ocasión, dos ladrones disfrazados de policías engañaron a los guardias de seguridad para que les permitieran el acceso.
Una vez dentro, maniataron al personal y, durante más de una hora, seleccionaron y se llevaron 13 obras de arte, incluyendo piezas de Vermeer, Rembrandt y Monet, valoradas actualmente en unos 500 millones de dólares. A día de hoy, las obras siguen en paradero desconocido y, como un recordatorio permanente del misterio, los marcos vacíos continúan colgados en las paredes del museo.
Asaltos de película
La historia del crimen también está llena de asaltos a transportes de dinero que parecen sacados de un guion de cine. Guillermo Díaz le ha contado a Adolfo Arjona cómo se produjo el gran robo del tren de Glasgow 1963 es un ejemplo paradigmático. Un grupo de quince ladrones liderado por Bruce Reynolds manipuló las señales ferroviarias para detener un tren postal que viajaba de Glasgow a Londres.
El convoy transportaba sacas de billetes usados que iban a ser destruidos. Tras detener el tren y reducir al maquinista, se llevaron un botín equivalente a unos 35 millones de euros actuales. Sin embargo, como ha contado Díaz, el golpe maestro se vio empañado por "la chapuza": los ladrones dejaron numerosas huellas en la granja donde se escondieron, llegando incluso a jugar al Monopoly con los billetes robados, lo que facilitó su captura.
UN TÚNEL DE 80 METROS A LA CÁMARA ACORAZADA
La sofisticación de los planes criminales ha seguido evolucionando. Un ejemplo es el espectacular robo al Banco Central de Fortaleza, en Brasil, en el año 2005. Un grupo de delincuentes alquiló una casa cercana a la entidad y montó una empresa de césped artificial como fachada. Durante tres meses, excavaron un túnel de 80 metros, equipado con luz y ventilación, que llegaba directamente a la cámara acorazada del banco.
Durante un fin de semana, y sin disparar una sola alarma, lograron sustraer más de tres toneladas de billetes, un botín de unos 160 millones de reales. Al igual que en otros casos, la fase posterior al robo fue menos glamurosa, con disputas y asesinatos entre los miembros de la banda que llevaron a la detención de muchos de ellos.
El crimen perfecto, a examen
En "La Noche de Arjona" hablamos con Juan Enrique Soto, coordinador del máster de Investigación Criminal de la Universidad Internacional de La Rioja. El profesor Soto ha explicado a Adolfo Arjona por qué estas figuras a menudo son idealizadas: "No admiramos que roben, lo que admiramos es que cuestionan el orden establecido, que vencen al poderoso sin emplear violencia y valiéndose de su inteligencia".
Sobre la posibilidad de cometer el crimen perfecto en la era digital, ha señalado que, aunque las técnicas han cambiado, la tecnología también deja un rastro imborrable. "El riesgo se ha transformado, los robos han cambiado. No son como antes, y por tanto, los riesgos a ser descubiertos, tampoco".

El robo en el tren de Glasgow es uno de los grandes misterios de la historia
Soto desmonta el mito del crimen infalible, poniendo el foco en la calidad del trabajo policial y forense. "No hay delito perfecto, lo que hay es una investigación imperfecta, ya sea por recursos, porque no hay recursos o porque no tenemos suficiente información". Ha añadido que muchos casos archivados se han resuelto décadas después gracias a la aparición de una nueva técnica, demostrando que la clave reside más en la investigación que en la ejecución del delito.
No hay delito perfecto, lo que hay es una investigación imperfecta"
Coordinador del máster de Investigación Criminal de la Universidad Internacional de La Rioja
Finalmente, viajamos al siglo XIX para recordar la enigmática historia del Mary Celeste, el barco fantasma por excelencia. La embarcación fue encontrada a la deriva en 1872 entre las Azores y la Península Ibérica. Su carga estaba intacta y la comida a medio servir en las mesas, pero no había rastro de la tripulación ni del bote salvavidas.
Aunque la principal teoría apunta a que el capitán ordenó abandonar el barco ante un peligro inminente y naufragaron en el bote, la leyenda fue alimentada por un relato de Arthur Conan Doyle, que transformó un posible accidente marítimo en una de las historias más enigmáticas y fascinantes. Historias dignas de una enciclopedia oculta...



