Javier Fariñas, sobre la guerra de Sudán: "¿Por qué no van a jugar sus bazas en un escenario ajeno donde los muertos son otros?"
La caída de El Fasher a manos de los paramilitares recrudece una guerra olvidada con miles de muertos y reaviva el fantasma de la limpieza étnica en Darfur

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La guerra de Sudán es una de las grandes guerras olvidadas del planeta, pero la reciente masacre en El Fasher, capital de Darfur del Norte, ha vuelto a poner el foco sobre un conflicto que desangra al país desde abril de 2023. La caída de la ciudad ha dejado cientos de muertos y destapa una crisis humanitaria de proporciones devastadoras. Para analizar la situación, Fernando de Haro ha entrevistado en 'La Mañana del Fin de Semana' de COPE a Javier Fariñas, director de la revista 'Mundo Negro' y experto en África, quien ha desgranado las claves de un enfrentamiento eminentemente por el poder y los recursos.
La estratégica caída de El Fasher
Javier Fariñas ha explicado que El Fasher era el único enclave que el ejército de Sudán mantenía en la vasta región de Darfur. La ciudad ha caído tras soportar un asedio de aproximadamente 500 días por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el grupo paramilitar que combate al ejército. Fariñas ha descrito el asedio como "una de las técnicas militares y de guerras más antiguas que conoce la humanidad, el asedio para matar de hambre, de sed o u obligar a la rendición a una ciudad", una táctica que finalmente ha permitido a las FAR hacerse con el control total de este punto estratégico.

La región de Darfur, en el oeste del país, es el epicentro del conflicto.
Con la toma de la ciudad, "ahora toda esa región del este está dominada prácticamente en su totalidad por las Fuerzas de Apoyo Rápido, con lo que eso supone para la evolución de la guerra", ha señalado el experto. La conquista de Darfur permite a los paramilitares trasladar el conflicto a otras zonas, como Kordofán. Las cifras de la masacre son difícilmente calculables, pero Fariñas apunta a estimaciones que hablan de entre 1.500 y 2.000 muertos solo en los tres días posteriores a la caída de la ciudad, mientras que Naciones Unidas cifra en cerca de 60.000 los civiles que han logrado huir. El director de 'Mundo Negro' ha alertado de que "están teniendo lugar matanzas indiscriminadas sistemáticas" que afectan a la población que aún permanece atrapada.
Están atacando de forma directa y casi sistemática a poblaciones negras"
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Lucha de poder con tintes étnicos
El conflicto sudanés enfrenta a dos facciones nacidas del entorno del anterior dictador, Omar al Bashir. Por un lado, las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS), el ejército regular capitaneado por el general Abdelfatah al Burhan. Por otro, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), una poderosa milicia de más de 100.000 hombres dirigida por Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como 'Hemedti'. A grandes rasgos, las FAR controlan la parte centro-occidental del país, mientras que el ejército mantiene el control del centro hacia el oriente y la capital, Port Sudán.
Fariñas descarta que se trate de una guerra religiosa, pero sí subraya la existencia de un componente étnico. Según el experto, las FAR "están incidiendo en lo que ya hizo el dictador Al Bashir en su momento, que fue atacar ferozmente a las comunidades no árabes de Darfur, poblaciones eminentemente negras". Por ello, ha insistido en que "están atacando de forma directa y casi sistemática a poblaciones negras". Sin embargo, la raíz del conflicto es "eminentemente una lucha de poder" por el control del país y el "acceso a los recursos", como el oro y el petróleo.
¿Por qué no van a jugar también sus bazas en un escenario ajeno donde los muertos son otros?"
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Un tablero de ajedrez internacional
La guerra de Sudán también se libra en el tablero geopolítico, con distintas potencias apoyando a cada bando, aunque Fariñas advierte que estos apoyos son "fluctuantes". Actualmente, el ejército de Sudán contaría con el respaldo de Arabia Saudí, Turquía, Qatar, Irán y Argelia. Por su parte, las FAR de Hemedti tienen como principal valedor a Emiratos Árabes Unidos (EAU), su "gran suministrador de armamento".

Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Irán, entre otros, buscan control sobre los recursos naturales e influencia política en la guerra de Sudán.
Esta configuración de alianzas sugiere una posible guerra 'proxy' entre potencias regionales como EAU y Arabia Saudí. La complejidad aumenta al observar que ambos países, junto a Estados Unidos y Egipto, forman parte de un cuarteto que teóricamente busca una salida al conflicto. Ante esta dualidad, Fariñas ha lanzado una reflexión sobre el papel de las potencias extranjeras: "¿en qué medida son actores pasivos o no pasivos del conflicto y de la resolución? Es difícil de determinar, pero es cierto que las relaciones entre ambos fuera del conflicto sudanés no son las deseables, entonces, ¿por qué no van a jugar también sus bazas en un escenario ajeno donde los muertos son otros?".
La intervención de Javier Fariñas concluye con la preocupante cifra de más de 50.000 personas muertas desde el inicio de la guerra, según datos citados en el programa. Un balance trágico que evidencia la urgencia de prestar atención a una catástrofe humanitaria que se desarrolla lejos de los focos mediáticos, pero con consecuencias devastadoras para millones de personas en el corazón de África.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



