"Los jueces están denunciando que el gobierno de Sánchez está buscando colonizar la justicia, y eso es un ataque a la democracia"

Estamos en el último sábado de junio y hoy es un buen día para recordar la que ha sido la banda sonora de todo este último curso político. El coro del Gobierno la viene interpretando prácticamente a diario y con una partitura que también han seguido los cantantes más afines a Moncloa. La letra de la canción es de sobra conocida. Si hay algún juez que se atreve a investigar altos cargos del PSOE, incluso a exministros o a familiares de Pedro Sánchez, hay que salir de forma sincronizada a por ellos. Y desde el gobierno se han enseñado especialmente contra el juez Juan Carlos Peinado. 

Han cargado contra el juez Juan Carlos Peinado por investigar a Begoña Gómez, imputada por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, intrusismo laboral y apropiación indebida. Han cargado contra la juez Beatriz Viedma, por procesar al hermanísimo David Sánchez Pérez-Castejón por los delitos de prevaricación y tráfico de influencias. 

Y hasta que ha sido evidente, hasta que las pruebas y los audios les han arrollado, han ido también a la yugular de las investigaciones policiales y judiciales que están desenmascarando la trama de los Koldos, que es el caso Ábalos, el caso Cerdán y, por tanto, el caso PSOE. En este contexto de acoso permanente a la justicia, hoy los jueces y los fiscales se han concentrado en Madrid frente al Tribunal Supremo y han dicho basta.  

El lema puede parecer una perogrullada, pero con lo que llevan viviendo o sufriendo y acabáis de escuchar todos, pues es oportuno recordarlo. Sin estado de derecho, no hay democracia, algo obvio, que es preciso recordar, sí, y más aún en la semana en la que el Constitucional, bueno, una mayoría de jueces afines al Partido del Gobierno ha avalado la amnistía. 

La concentración de este mediodía frente al Supremo, estaba convocada mucho antes, eso sí, de que se conociera la sentencia del Constitucional, que se ha convertido en un auténtico Tribunal de casación con Cándido Conde Pumpido al frente para ir solventando todas las fechorías de Sánchez y de los suyos, como lo de los ERE de Andalucía, que ya se nos había olvidado. 

Así que el origen inicial de la protesta de este sábado es la conocida como Ley Bolaños, que propone reformar el acceso a la carrera judicial y el estatuto del Ministerio Fiscal. Los convocantes denuncian que es un proyecto encaminado hacia una judicatura acorde con los intereses políticos e ideológicos del gobierno, es decir, una ley que busca colonizar la justicia.

 Ha sido uno de los gritos que se ha escuchado este mediodía frente al Tribunal Supremo. ¿Y cuál ha sido la denuncia más repetida? Para que sigamos siendo un Estado de derecho con todos los galones, hay que evitar que metan las manos en la justicia, con el objetivo de restarle independencia.  

Es el único poder que le queda por controlar a Sánchez y de ahí las prisas de esta reforma. Y esta ley, que lo que pretende es aumentar la injerencia política, lo denunciaba al portavoz de la asociación de jueces Francisco de Vitoria, Sergio Oliva.  

Como si tuvieran que ir al súper. Esto es más complicado que lo que nos hace creer el ministro. Por cierto, los jueces habían invitado a todos los ciudadanos, aunque no fueran magistrados o no fueran fiscales. Y eso no deja de entrar a sus riesgos, que suelen ser aprovechados por el gobierno y por sus coros mediáticos. 

Pero hay que decir que cuando se ha escuchado algún insulto en esa protesta contra el presidente, los portavoces de las asociaciones que han intervenido se han lanzado a callarlos. Que los jueces se defiendan de la injerencia política, que los jueces luchen por la independencia, es una lucha de todos al final. Por cierto, lo de hoy es el preludio de la huelga convocada para los días 1, 2 y 3 de julio.