En la complejidad de las relaciones humanas, la indiferencia puede ser una de las actitudes más agresivas y dolorosas. ¿Qué sucede cuando somos objeto de desdén por parte de aquellos a quienes valoramos? ¿Cómo afecta esta indiferencia a nuestra salud mental y autoestima? Para ahondar en este tema tan relevante, la neuropsicóloga de La Linterna, Aurora García Moreno, ha ofrecido algunos puntos clave.

"La indiferencia puede manifestarse por diversas razones", explica la especiaslista. "Puede ser resultado de una falta de conexión emocional o de la necesidad de espacio personal. También puede ser un mecanismo de autoprotección, ya sea por miedo al daño emocional debido a experiencias pasadas o como un medio para obtener lo que se desea, como vemos en relaciones dominantes."

Cómo afecta la indiferencia a la percepción de uno mismo

La indiferencia no solo hiere la autoestima, sino que también genera inquietud y soledad. "Dependiendo de la importancia que la otra persona tenga para nosotros, la indiferencia puede provocar sentimientos de ignorancia y menosprecio", agrega. "Esto puede afectar nuestra percepción de nosotros mismos, alimentando la inseguridad y la ansiedad ante la constante preocupación por cómo somos percibidos."

Una pregunta común es si la indiferencia se asemeja a la alexitimia, un trastorno emocional. "No, son conceptos distintos", aclara García Moreno. "La indiferencia es una actitud hacia otra persona que muestra desinterés, mientras que la alexitimia es una dificultad profunda para comprender y manejar las emociones propias."

¿Cómo enfrentar entonces los efectos de la indiferencia? Según Aurora, es crucial aceptar nuestras emociones y aprender estrategias de asertividad. "Acercarse a la persona y comprender los motivos detrás de su actitud puede ser útil, pero sin agobiar ni insistir", aconseja. "Reconocer que no siempre podemos cambiar la actitud de los demás es crucial para evitar la frustración y mantener la salud mental en equilibrio."