Pilar Torres, educadora social: "La mayoría de los chicos y chicas que pasan por recursos de emancipación consiguen tener un futuro, hay un alto porcentaje de éxito"

Más de 17.000 jóvenes tutelados en España se enfrentan a la vida adulta al cumplir 18 años, un reto que afrontan con el apoyo de la asociación Nuevo Futuro

Edu, uno de los jóvenes del piso de emancipación, toca el piano para Ángel Exposito
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La Linterna

Edu, uno de los jóvenes del piso de emancipación, toca el piano para Ángel Exposito

José Manuel Nieto

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Más de 17.000 jóvenes en España han crecido bajo una medida de acogimiento residencial. Para ellos, la llegada de la mayoría de edad supone un desafío mayúsculo, viéndose forzados a abandonar el que ha sido su hogar. Un 'salto prematuro' a la vida adulta, considerando que la edad media de emancipación en España se sitúa en los 30 años, que les expone a un mayor riesgo de pobreza y exclusión social. El programa 'La Linterna' de COPE ha visitado uno de los pisos de emancipación de la asociación Nuevo Futuro en Madrid para conocer su labor.

Un hogar para empezar a volar

En pleno centro de Madrid, a unos pasos del Palacio Real, se encuentra uno de estos hogares que acoge a jóvenes que han salido del sistema de protección. Pilar Torres, coordinadora del piso y educadora social, explica que son un recurso para continuar el acompañamiento educativo en la transición a la vida adulta. "Ellos me enseñan todos los días", confiesa Torres, que lleva 17 años en la asociación.

Edu, de 19 años, es uno de los residentes. "Llegué aquí hace un año y medio con ilusión, pero también con un poco de miedo por cómo iban a cambiar las cosas", relata. Su pasión es la música, y el piano se ha convertido en su forma de expresión. Melody, de 18, también comparte su experiencia: "Estuve tres años en un piso de menores y a los 18 entré en el piso de emancipación. Ahora mismo estoy en búsqueda de empleo, enfocada en la atención al cliente".

Convivencia, autogestión y apoyo

En el piso de Edu viven ocho jóvenes, chicos y chicas de distintas nacionalidades, como Ecuador o Marruecos. La convivencia, aunque con los roces típicos, es buena. "Se crea como una familia al final", asegura Edu. Para organizar el día a día, se reparten las tareas semanalmente y gestionan los gastos comunes. "Ahí están los educadores para mediar, pero hay que tener comunicación con los compañeros", explica sobre cómo solucionan los problemas.

Se crea como una familia al final"

Edu

Joven tutelado en Madrid

Melody, que vive en otro piso solo de chicas, coincide en que la convivencia es un aprendizaje constante. "Es muy curioso, porque es verdad que los veo preparando platos típicos de su país", comenta sobre la multiculturalidad. Esta diversidad, señala, les enseña a "respetar" y a aprender de los errores y de lo que hace el otro.

Ángel Expósito con Pilar Torres, coordinadora del piso de emancipación, y Pina Sánchez, presidenta de Nuevo Futuro

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Ángel Expósito con Pilar Torres, coordinadora del piso de emancipación, y Pina Sánchez, presidenta de Nuevo Futuro

Acompañamiento, la clave del éxito

Pilar Torres explica que el perfil de estos jóvenes es el de quienes han pasado gran parte de su infancia y adolescencia en acogimiento residencial por diversas problemáticas familiares, como negligencia o abuso. Al cumplir los 18, la ley les obliga a dejar el centro, y es ahí donde entran los recursos de emancipación. "Si todos pensamos en nuestro entorno, personas que conozcamos de 18, 20 años, ¿no? La mayoría no puede tener una vida totalmente independiente", reflexiona Torres sobre la necesidad de este apoyo extendido.

La labor de estos pisos da sus frutos. "Hay un alto porcentaje de éxito", afirma con rotundidad Pilar Torres. "La mayoría de los chicos y chicas que pasan por recursos de emancipación o a través del acompañamiento también de los programas de posacogimiento, consiguen tener un futuro. Hay que apostar por ello", sentencia.

Ángel Expósito, con Melody y Edu, jóvenes tutelados

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Ángel Expósito, con Melody y Edu, jóvenes tutelados

Pina Sánchez, presidenta de la asociación, cuenta que en 57 años de historia han ayudado a más de 50.000 niños y jóvenes en España y otros países. La financiación, explica, proviene en un 80% de las comunidades autónomas y el resto de donaciones y eventos como el famoso Rastrillo. Pese a la buena relación con las administraciones, Sánchez y Torres creen que la sociedad en general no es consciente del problema. "No se les ha dado la suficiente visibilidad", opina Torres.

La palabra que más se repite es "acompañamiento". Para Pilar Torres, esa es la verdadera clave del proceso. "La clave es acompañar para que ellos sean los verdaderos protagonistas de sus vidas", sostiene. Se trata de devolverles la capacidad de decidir, de permitirles cometer errores para aprender y de estar ahí para apoyarles, como una familia. Un vínculo que no se rompe cuando se van, sino que se transforma.

La clave es acompañar para que ellos sean los verdaderos protagonistas de sus vidas"

Pilar Torres

Coordinadora del piso de emancipación

El apoyo continúa más allá gracias a programas de posacogimiento que siguen a su lado cuando surgen nuevas necesidades. "En realidad, somos sus referentes de familia", admite Pina Sánchez, quien relata con emoción cómo visita las casas de antiguos residentes ya con sus propias familias. Para ayudar a que estas historias de éxito sigan siendo posibles, Nuevo Futuro celebra su Rastrillo benéfico del próximo jueves al domingo 16 en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles de Madrid.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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