Marcos, funcionario de prisiones agredido: "Las cárceles son caldo de enfermos mentales; a compañeros les han cortado el cuello"

Las agresiones a funcionarios de prisiones no cesan y la sensación de abandono por parte de la administración y la sociedad crece entre un colectivo que clama por más medios y reconocimiento

El interior de una prisión española

Alamy Stock Photo

El interior de una prisión española

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

Marcos Álvarez, funcionario de prisiones, ha relatado en el Tema del Día de La Linterna con Ángel Expósito el calvario que vive el colectivo, marcado por un incesante aumento de las agresiones. Tras 17 años de servicio, su testimonio refleja una realidad carcelaria donde la violencia es cotidiana y las herramientas para combatirla son casi inexistentes. "Hoy por hoy, las prisiones son caldo de enfermos mentales en su gran mayoría", ha sentenciado, resumiendo uno de los principales focos del problema.

Un sistema penitenciario desbordado

La situación que describe Marcos no es un hecho aislado, sino la punta del iceberg de un problema que se ha vuelto sistémico en las prisiones españolas. En el programa se ha recordado la agresión que sufrió Albert en una cárcel cerca de Barcelona, quien perdió la visión de un ojo tras ser brutalmente golpeado por un interno. "El trato es directo y de tú a tú, nuestras únicas herramientas son un bolígrafo y unos guantes de anticorte", ha explicado Albert sobre la vulnerabilidad que sienten a diario los funcionarios de prisiones.

Escucha el tema del día

La escalada de violencia parece no tener fin, con más de 1.000 agresiones en los últimos dos años, casi dos diarias. Los sindicatos apuntan a varios factores, como una "política buenista" que, según denuncian, otorga demasiados beneficios a los reclusos sin valorar su comportamiento real. "Cuando reciben un no por parte de la autoridad, reaccionan violentamente", ha afirmado Manuel Galisteo, presidente del sindicato TAMP, describiendo el oscuro mundo de las prisiones que también ha denunciado Nacho Abad en COPE. A esto se suman las insalubres condiciones de algunas cárceles como la de Asturias, donde ratas y cucarachas comparten espacio con funcionarios y reclusos.

El propio Marcos ha revivido en COPE el que fue "uno de mis peores días en 17 años de servicio", un intento de motín en 2013 donde cinco internos les recibieron "a golpes". A pesar de la fractura de un dedo y las secuelas psicológicas, lo más doloroso para él fue reencontrarse con su agresor tiempo después en el mismo centro, un hecho que "demuestra lo poco que nos valora la administración". Esta dramática situación de los funcionarios de prisiones ha llevado a algunos al límite, como el caso del trabajador que intentó acabar con su vida.

Cientos de funcionarios de prisiones convocados por TAMPM marchan desde Ferraz al Congreso para exigir el reconocimiento de agentes de autoridad

EUROPA PRESS

Cientos de funcionarios de prisiones convocados por TAMPM marchan desde Ferraz al Congreso para exigir el reconocimiento de agentes de autoridad

El polvorín de la salud mental

Uno de los factores clave en esta espiral de violencia es el perfil del interno actual. "El perfil del interno ha cambiado mucho", ha advertido Marcos, señalando que la mayoría de las agresiones "más salvajes" son perpetradas por reclusos con patologías mentales. "Recuerdo y sé de compañeros que les han cortado el cuello", ha afirmado, ilustrando la brutalidad a la que se enfrentan. El problema se agrava por una mala clasificación de internos y la falta de unidades especializadas, convirtiendo las cárceles en "bombas de relojería".

Joaquín Leyva, portavoz de ACAIP UGT, ha aportado datos alarmantes: prácticamente el 40% de la población reclusa tiene algún tipo de medicación psicotrópica y existe un déficit del 70% de médicos. Esta situación crea un "cóctel molotov" que estalla en forma de agresiones. La psicóloga penitenciaria María Giela ha añadido que la constante exposición a entornos hostiles puede generar "desgaste emocional, depresión e incluso abandono de la profesión", afectando gravemente la vida de los trabajadores, que además han sufrido históricamente la amenaza de ETA.

El interior de una prisión española

Alamy Stock Photo

El interior de una prisión española

 Reivindicaciones y un grito de auxilio  

Ante esta situación límite, los funcionarios han dicho basta. Las movilizaciones exigen medidas urgentes, como la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al que acusan de mirar "hacia otro lado". Entre sus reclamaciones principales está la de ser nombrados agentes de la autoridad, una proposición de ley que, a pesar de contar con un abrumador apoyo en el Congreso, sigue paralizada. "No queremos fotos, no queremos que los políticos se hagan fotos con nosotros", ha lamentado Joaquín Leyva, harto de promesas incumplidas.

Los trabajadores penitenciarios denuncian que ni siquiera se les permite aplicar el reglamento vigente en su totalidad para controlar a los internos más conflictivos. "Con que nos dejen trabajar, ya avanzaríamos mucho", ha asegurado Leyva. El colectivo reclama también la equiparación salarial con sus homólogos de Cataluña y País Vasco y, sobre todo, protocolos eficaces para frenar la "sangría" de agresiones que sufren cada día.

Visto en ABC

Programas

Último boletín

17:00 H | 24 SEP 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking