Ana Hernández, investigadora del CNIO que destapó el caso de corrupción: "Llegué a poner una denuncia para pedir protección al denunciante y ni siquiera me la dieron"

Una presunta trama de contratos amañados por valor de 25 millones de euros sacude al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, el buque insignia de la ciencia española

Detalle de una de las batas donde se lee 'cnio stop cancer' del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)
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La Linterna

Expósito analiza en el tema del día la trama de corrupción que se ha destapado en este organismo público con Ana Hernández, investigadora del CNIO que ha destapado el caso de corrupción, y Jorge Alcalde

José Manuel Nieto

Publicado el - Actualizado

3 min lectura27:41 min escucha

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), uno de los referentes mundiales en la lucha contra el cáncer, se encuentra en el epicentro de una crisis sin precedentes. La Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación por una presunta trama de contratos amañados que podría ascender a 25 millones de euros. El caso, que ha provocado una profunda reorganización en el organismo, fue destapado por una de sus investigadoras, Ana Hernández, quien ha relatado su largo y solitario camino en el programa 'La Linterna' de COPE. La científica ha expuesto las dificultades que afrontó al intentar que se investigaran las irregularidades, una situación que ya había denunciado en otros medios como también explicó en Mediodía COPE.

El origen de la trama: contratos bajo sospecha

Todo comenzó en 2018, cuando Ana Hernández accedió a la presidencia del comité de empresa del CNIO. Con el objetivo de estabilizar al personal, decidió analizar los gastos del centro para identificar posibles recortes. "Me encontré adjudicaciones repetitivas a las mismas empresas", ha explicado. Lo que más le sorprendió fue que muchas de estas adjudicaciones rozaban el límite legal para eludir un control más estricto, con cifras como "49.900 euros, justo en el borde".

Las sospechas de Hernández se acrecentaron al ver la naturaleza de los servicios contratados, principalmente en el área de mantenimiento. "Eran llamativas, a mí por lo menos me resultaba llamativo lo que se estaba licitando", ha señalado. Entre ellas, ha mencionado "sistemas de inyección de vapor puro" de los que no tenía constancia en el centro, o múltiples contratos de "instalación de cerrajería". Al investigar, descubrió que las empresas adjudicatarias "estaban interconectadas" y compartían administradores.

Para mí los principios pesan más que el miedo"

Ana Hernández

Investigadora del CNIO que ha destapado el caso de corrupción

Un largo y solitario camino

Con esta información, la investigadora acudió a la entonces directora científica, María Blasco, y posteriormente al Ministerio de Ciencia, entonces dirigido por Pedro Duque. "Yo pedía que se investigase, no sabía si aquello era legal o ilegal", ha afirmado. Su periplo la llevó a reunirse con el secretario de coordinación científica y con la directora del Instituto de Salud Carlos III, sin obtener resultados. La frustración la empujó a contactar con varios grupos políticos: PSOE, Podemos, PP y VOX.

Dra. Maria A. Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas

LAURA M. LOMBARDÍA / CNIO

Dra. Maria A. Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas

A pesar de sus esfuerzos, sintió una profunda impotencia. "Llegué a poner una denuncia para pedir protección al denunciante y, bueno, pues al final ni siquiera me la dieron", ha confesado. Según ha relatado, solo VOX llevó el caso a los tribunales con una querella que fue admitida a trámite pero que terminó en un "sobreseimiento provisional". Hernández ha reconocido que había perdido la esperanza de que el caso saliera a la luz después de siete años, aunque los datos que se están publicando ahora no le sorprenden.

Llegué a poner una denuncia para pedir protección al denunciante y ni si quiera me la dieron"

Ana Hernández

Investigadora del CNIO que ha destapado el caso de corrupción

Una crisis con graves consecuencias para la ciencia

El escándalo estalló a finales de 2024, cuando el patronato del CNIO rechazó el plan de actuaciones para 2025 y evidenció un déficit de 4,5 millones de euros. La tensión culminó con el cese de María Blasco y del gerente, Juan Arroyo, entre acusaciones mutuas y denuncias internas por acoso, como se informó en Herrera en COPE. Mientras la ministra de Ciencia, Diana Morant, lo calificaba como un problema de "mal ambiente", la trama de corrupción seguía creciendo hasta la reciente reorganización de la cúpula directiva.

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant

Europa Press

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant

El impacto de esta crisis va más allá de los despachos. Como ha señalado el periodista Jorge Alcalde, el prestigio del CNIO ha comenzado a "resquebrajarse". Rankings internacionales como el Nature Index o el de ECIMAGO reflejan una caída notable en la posición del centro. "Buena parte de los cerebros que han trabajado en el CENIO están empezando a marcharse", ha advertido Alcalde, lo que pone en riesgo la financiación y el futuro de proyectos punteros en oncología molecular, genómica o bioinformática.

En medio de la polémica, Ana Hernández ha lanzado una petición clara: "Que no se nos culpe a los trabajadores que estamos allí". Ha asegurado que los cerca de 500 empleados del centro son "víctimas" de la situación y se "dejan la piel" en su trabajo. "El centro es uno de los 10 mejores a nivel mundial y me parece muy triste que estemos sufriendo todo esto", ha lamentado. Un trabajo esencial cuyos avances, como los estudios para resistir a la inmunoterapia, son una esperanza para miles de pacientes.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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