La afición por el fútbol en este país es algo muy difícil de medir. Desde pequeños, son muchos los niños y niñas que quieren jugar a este deporte que une familias y brinda la oportunidad de crecer profesionalmente.

Este viernes en 'La Linterna', Ángel Expósito ha dado a conocer la historia de Alberto Rentero. Éles uno de esos chicos a los que sus padres lo llevaban a jugar al fútbol. Pero, su vida ha dado un giro, y tal y como ha contado el periodista, "ya no recibe ánimos en el campo de fútbol, los recibe postrado en una cama de hospital."

Con 26 años, su vida y la de toda su familia cambió el 13 de noviembre de 2022. “Es un tsunami que nos ha venido, y todos estamos destrozados”, esto lo ha contado su padre, con el que comparte nombre.

Este joven estuvo 11 años en la cantera del Atlético de Madrid y llegó a tener de entrenador al mismísimo Cholo Simeone. Compartió vestuario con estrellas como Griezmann, Fernando Torres o Koke. No obstante, para su familia era "todo un ejemplo" porque compaginaba sus estudios universitarios con su progreso como futbolista.

Una factura de más de 150.000€

Asimismo, Alberto tuvo la oportunidad de cursar una beca en Estados Unidos impulsada por la AFE, la Asociación de Futbolistas Españoles y dio ese paso adelante, pero el joven tuvo un accidente cuando estaba circulando en moto por el campus de la Universidad.

Su padre asegura que “fue un atropello realmente porque según el atestado de la policía iba a baja velocidad, pero claro era de noche, sin iluminar” y chocó de frente contra un coche “que no llevaba luces”.

El golpe que recibió Alberto en la cabeza fue brutal y un gran palo para la familia, que además tuvo que afrontar todo ello sin ayuda. El padre asegura que “todo el mundo huyó, la universidad no hizo nada, AFE no hicieron ni caso”. Nadie quería hacerse cargo de una factura de más de 150.000€ para poder volver en un avión medicalizado a España.

“La propia universidad se ha desentendido”

Y a todo ese dineral hay que añadirle una reclamación de más de un millón de euros por la atención médica que recibió durante el accidente en Estados Unidos. El padre ha contado que algunos médicos le decían que lo dejara morir, “para lo que iba a recuperar, pues no merecía la pena”.

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Finalmente, consiguen traerle a Madrid, pero agotan todos los recursos que le brinda el seguro y la Seguridad Social. Y adicionalmente, Alberto sufre una negligencia médica por la que casi pierde un ojo, pero como afirma Expósito “siguen solos”.

A pesar de no recibir ayuda de la AFE, el padre sostiene que “le siguen cobrando las cuotas”. Una carta sin contestar, ni una nota de apoyo, “ni un tweet”. E incluso, aunque el accidente ocurrió en el campus, “la propia universidad se ha desentendido”.

Pero la familia no se rinde y convierte la habitación de Alberto en un hospital con una cama articulada, un colchón especial o un coche más grande para los traslados. Pero, la situación actual de Alberto es muy triste, es totalmente dependiente y debe someterse a un tratamiento caro y complicado.