"Parece mentira que 80 años después de Hiroshima estemos repitiendo los mismos errores"

Rubén Corral reflexiona en La Linterna sobre el aniversario de los bombardeos de las dos ciudades japonesas que acabó con la Segunda Guerra Mundial pero que también dejó 120.000 muertos

- 6 min lectura | 7:50 min escucha

Pues, como te puedes imaginar, a 6 de agosto hay noticias que se repiten cada año. Ejemplo: el calor. Estamos en plena segunda ola de este verano y la cosa se prolonga.  

Las temperaturas por encima de los 40 grados van a mantenerse hasta el próximo martes, como mínimo. Hay algunos modelos que apuntan incluso que pueden durar toda la semana. Ya veremos. A ver si hay un respiro. Va a ser una ola constante y larga. Te recuerdo que empezó el pasado domingo y que está dejando récord absoluto en algunas localidades. En Talavera de la Reina, en las últimas horas se han marcado 42,7 grados.  

Récord histórico. Eso por ponerte un ejemplo. Las temperaturas se van a mantener entre los 40 y los 42 grados en casi la totalidad de España, y eso va a ser un factor de riesgo si hablamos de incendios. Hoy Pilar Cisneros, en 'Mediodía COPE', nos contaba que estamos en un momento muy delicado y nos explicaba la regla del 30 a 30 a 30. Y es que a las altas temperaturas, por encima de los 30 grados, se van a unir vientos con rachas de más de 30 kilómetros por hora y, además, una humedad baja del 30 %, que hace que sea más fácil que se pueda prender la vegetación. Ya te digo que la Agencia Estatal de Meteorología ya advierte de que mañana jueves prácticamente toda la península está en riesgo extremo de incendios. 

Cada 6 de agosto también suele ser noticia uno de los aniversarios más terribles de la historia de la humanidad. Me refiero al lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. A las ocho y cuarto de la mañana del 6 de agosto de 1945, un bombardero estadounidense B-29 lanzaba la bomba atómica sobre la localidad japonesa, provocando la mayor masacre conocida hasta la fecha.  

Se convirtió en la primera ciudad que sufrió un bombardeo nuclear. Al menos 120.000 personas murieron instantáneamente; más de 130.000 resultaron heridas. Los supervivientes lo que recuerdan es el horror, recuerdan el infierno en la Tierra. El mundo lo que debería hacer es recordar la dimensión de esta tragedia para que nunca más se repita, pero, desgraciadamente, tenemos poca memoria y, como decía el filósofo español Ruiz de Santayana, quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Y en eso estamos, porque en los últimos tiempos el fantasma de las armas nucleares sobrevuela de nuevo el mundo. 

En los años 60, Estados Unidos y la URSS estuvieron al borde del Armagedón nuclear: faltó muy poquito para que alguien apretara el botón. En los años 80 llegó la distensión y la firma de tratados antinucleares, pero los nuevos tiempos, alejados de la política de bloques y marcados por la multipolaridad, han vuelto a agitar esta amenaza nuclear. Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte poseen la bomba atómica.  

Irán estaba intentándolo. Bueno, algunos de estos países están en conflicto permanente, como India y Pakistán; otros, como Rusia, amenazan con utilizar armas nucleares tácticas —que son las de corto alcance— para bombardear Ucrania, y Estados Unidos saca a pasear submarinos nucleares para amedrentar a Moscú. Parece mentira que 80 años después de Hiroshima estemos repitiendo los mismos errores. Pero, claro, resulta curioso cómo Hiroshima y Nagasaki han servido también para demonizar una energía como la nuclear, que, bien utilizada y con garantías, puede ser muy útil.  

Es eficiente, reduce la dependencia de los combustibles fósiles y es constante en la producción de electricidad. Su principal problema es el tratamiento de residuos altamente contaminantes, pero que, bien gestionados, no tienen por qué ser un peligro. La mala prensa de la energía nuclear ha hecho que algunos países —el nuestro, por ejemplo— estén pensando en cerrar las centrales nucleares. Pero, claro, otros gobiernos, países occidentales, vecinos nuestros, están viendo en lo nuclear una solución, una alternativa para generar la energía —cada vez mayor— que necesitamos.  

Siempre y cuando se tenga presente la seguridad y se traten los residuos de manera conveniente, la energía nuclear sería una energía barata y situaciones como las del gran apagón del pasado mes de abril no se darían, no al menos de forma tan extrema. Pero ese es otro debate que, por cierto, en algún momento deberíamos tener. 

Pero volviendo al comienzo, y hablando de lo que es noticia o no es noticia un 6 de agosto. Lo que no suele ser noticia un 6 de agosto es que uno de los bancos importantes de nuestro país convoque una junta extraordinaria de accionistas. No es habitual, pero esto, miércoles, ha ocurrido. El Banco Sabadell ha convocado a sus accionistas de manera extraordinaria para que aprueben una operación muy concreta: la venta de su filial británica, TSB, al Banco Santander. Te preguntarás: ¿por qué estas prisas?, ¿Cuál es el motivo para aprobar esa venta en pleno verano, en pleno mes de agosto?  

Bueno, pues aquí lo que hay que hacer es aportar contexto y contarte lo que hay alrededor. El BBVA anunció hace más de un año una OPA sobre el Banco Sabadell. La combinación de ambas entidades crearía una más sólida y eficiente en un momento en el que las concentraciones bancarias son fundamentales en Europa, que necesita de bancos fuertes para poder competir con los estadounidenses o los asiáticos. La OPA contó desde el primer momento con la negativa de la cúpula del Sabadell y con ciertas reticencias del Gobierno. Eso sí, el Banco Central Europeo —es decir, Europa— era partidario de la operación.

Todo quedó en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que finalmente dio su visto bueno, y el Gobierno añadió la exigencia a los bancos de que no se fusionen durante tres años; que siguieran operando por separado. Visto esto, el BBVA lo que decidió es esperar a hacer números, porque llegaba el mes de agosto, que es un mes inhábil a todos los efectos. Mes inhábil que no lo es para el Sabadell, que convocó su junta extraordinaria de accionistas para hoy y aprueba la venta de su filial al Santander. ¿Para qué?

¿Por qué ha hecho esto el Sabadell? Pues para que el BBVA desista y retire la OPA. Es una manera de resistir y hacer que el BBVA se replantee la operación y, finalmente, busque otro banco con el que fusionarse. Este proceso que te estoy contando es lo que hemos vivido en directo en los últimos meses, pero, entre bambalinas, las presiones políticas —Gobierno central, Gobierno catalán— han ido poniendo pequeños escollos a la OPA, que queda a expensas de lo que decida el BBVA en las próximas semanas. En fin, que a pesar de ser 6 de agosto, si yo estuviera en tu lugar, seguiría escuchando la radio, concretamente esta, porque siempre hay cosas —previsibles o no— que contar y explicar. Y así lo demuestra el día de hoy.

Visto en ABC

Programas

Último boletín

18:00 H | 05 NOV 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking