

Expósito: "Muchos aplausos a las 8 de la tarde, pero cuando nos toca pasamos de los sanitarios"
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Hay debates que no entiendo, con la que está cayendo., aunque intente comprender las dudas, los miedos y los temores. No entiendo cómo es posible que después de casi 70.000 muertos por covid en España, estemos pensando en cómo hacemos la trampa para cenar en Nochebuena o comer en Navidad.
Fíjate, tengo la impresión de que ya no es por irresponsabilidad, que también, creo que es porque nos hemos acostumbrado a los muertos. Y a las mentiras. Como si no nos importara que nos engañaran y despistaran con historietas y republiquetas.
El día prosigue con la polémica sobre los traslados de inmigrantes a la Península; con la siguiente derivada de los asuntos del Rey Juan Carlos; con los Presupuestos que siguen su marcha aunque no se lo crea nadie y con el Brexit, las vacunas, el Pazo de Meirás (no te lo pierdas) y, por cierto, con la Ley de Celaá que nos han clavado sin preguntar a un maestro.
Mientras todo eso pasa, seamos sinceros, nosotros nos acercamos al 25 de diciembre "fun, fun, fun" pensando cómo trampear al guardia civil o al policía local si nos paran.
Por cierto, más allá de lo que diga Illa y de los circunloquios imposibles de la portavoz del Gobierno ¿te imaginas el marrón que se van a comer los policías municipales o los guardias civiles que patrullen en Nochevieja?
¿Te imaginas la sarta de majaderías y sandeces que tendrán que oír para justificar que este es tu allegado o que esa es tu allegada?
Este es el país de Lázaro de Tormes. No lo olvidemos.
Más allá del politiqueo y de lo bien o mal que nos caigan Isabel Díaz Ayuso o Pedro Sánchez ¿cómo es posible que a estas alturas del desastre no nos hayamos dado cuenta de que la responsabilidad última es nuestra?
¿Tanto esfuerzo, tanto sacrificio supondrá no cenar esta Nochebuena como lo hemos hecho en los últimos años?
Es verdad que una ministra come con 12 amiguetes por la cara, o que al otro ministro le abren un restaurante cuando todos los restaurantes están cerrados. Es verdad que el uno y el otro se saltaron por la cara sus cuarentenas ¡Menudas son Sus Personas! pero eso no es excusa para que lo hagamos tú y yo.
No seamos necios. No seamos irresponsables. No seamos suicidas. Insisto ¿no vamos a soportar cenar con menos gente esta Nochevieja? ¿En serio? ¿Es tan importante?
¿Acaso no lo estamos viendo? ¿O no será que no queremos verlo? Como suele decirse, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y estamos en esas.
Muchos aplausos a las ocho de la tarde, mucho pedir explicaciones a Fernando Simón --y con razón-- pero cuando nos toca a nosotros pasamos de los sanitarios, engañaremos a los policías y a mi... ¡plin!
Llevamos meses, al menos desde el pasado verano, echando la culpa a los jóvenes. Y no digo que no sean verdad los contagios en los botellones o en las fiestas escondidas, lo que quiero destacar es que ya no son los jóvenes. Porque la cena de Nochebuena la organizamos nosotros. Quienes decidimos juntarnos 15 o 20 en casa somos nosotros... no son nuestros hijos adolescentes.
No volvamos a buscar excusas. Ni escudos. Ya no le toca a Fernando Simón, ni a Salvador Illa, ni a Pedro Sánchez o a tu presidente autonómico, ya no les toca en exclusiva a nuestros hijos, nos toca a ti y a mí. Los expertos, esos expertos de mentira que nos ocultó el Gobierno, ahora somos nosotros.
Por no hablar del mogollón en las calles comerciales. Y esos testimonios en el telediario cuando una vecina o un viandante dice eso de: "Es increíble. Esto está lleno de gente. No se puede permitir".
¿Y tú? Porque si hay mucha gente y tú estás ahí, tu también eres gente, ¿no?. También ocupas la acera.
Mira, llevamos casi un año pidiendo, soñando y rogando por la vacuna y, cuando ya está aquí, cuando la tenemos, cuando nos va a llegar pasado mañana, entonces nos ponemos estupendos y la rechazamos.
¡AH! MI POSDATA: Creo que somos especialmente injustos, por olvidadizos e insolidarios. Un minuto atrás me refería a los sanitarios, pero ¿y los muertos?
Ponemos el grito en el cielo porque no nos dejan montar el fiestón en Nochevieja. ¿Te imaginas la fiesta en las casas donde ya no está mamá o el abuelo por culpa del coronavirus?
¿Te imaginas la fiesta de la primera Nochebuena sin tu hermana a la que ni pudiste despedir o enterrar dignamente hace cinco meses?
No tenemos remedio. O si.
Otra vez. RES PON SA BI LI DAD individual, personal y familiar. No es tan difícil. No va a ser tan difícil. Será solo una Navidad para que podamos vivir muchas más.



