Ángel Expósito: "A Su Sanchidad le da lo mismo reventar los Servicios de Inteligencia"

Ya estamos todos de vuelta tras el finde largo del primero y el 2 de mayo. Salvo los que se mantienen en la Feria de Abril. Sea donde fuere, ya estamos todos, seamos sinceros. Entrando a la muleta que nos marca el Gobierno.

Me imagino al estratega de la Moncloa que tuvo la idea de montar el numerito de Pegasus. Me lo imagino hoy, desco... despiporrándose de risa leyéndonos, viéndonos o escuchándonos, mientras analizamos lo dicho por Félix Bolaños como si fuera Kennedy.

Mientras, y a la vez,reproducimos las reacciones de Junqueras como si fuera Mandela y las sandeces de Ione Belarra como si se tratara de Indira Ghandi.

Yo no sé si este capítulo de la última de espías que acabamos de conocer es verdad de la buena en todos sus extremos. El problema de este Gobierno es que todo lo que dice, hace y propone, miente. Todo lo que vende y compra forma parte de una misma estrategia: Seguir en La Moncloa como sea. Sin miramientos, sin complejos y sin escrúpulos.

A Su Sanchidad le da lo mismo reventar los Servicios de Inteligencia; le resbala el prestigio y el orden en la Guardia Civil. Es capaz de pactar con el diablo para formar Gobierno, y con Pablo Iglesias y con Otegui y con Junqueras. A Sánchez le importa una higa mentir sobre las previsiones económicas y los presupuestos. Le da igual recibir y esconder al líder del Polisario Brahim Gali, y poco después pactar con Marruecos la cesión del Sáhara. Todo vale.

Igual te indulta y te espía. Lo mismo te monta una Cumbre de la OTAN, que te mantiene en el Consejo de Ministros a los defensores de Putin. Sin ningún escrúpulo.

Yo me imagino al espía que escuche a Sánchez flipando en colores porque habrá oído una cosa y la contraria en minutos. Sánchez debe ser el tío más difícil de espiar en el mundo. El espía que espíe a Sánchez debe sentir lo mismo que el defensa que marcaba al hombre a Messi en su mejor época o a Cristiano Ronaldo. Igual se arrastra como un chiquillo tras Joe Biden, que ordena recibir a Delcy Rodríguez en Barajas. Como para seguirle el rastro.

El tema es que nos echa un anzuelo y vamos detrás como tontos. Ya no existe la inflación, ni la comisión de secretos oficiales, ni la revisión a la baja de la Economía, ni las encuestas en Andalucía o en Madrid que le desguazan. Por cierto, ni la crisis en el seno del consejo de ministros con Podemos, ni el pulso con los socios independentistas. Solo existe el tema Pegasus. Y él, claro, como víctima.

Sánchez quiere ser el niño en la comunión, la novia en la boda, el espiado en Pegasus, el muerto en el entierro. Sánchez no se puede perder una sola portada. Sólo faltó que hace un año, él mismo recibiera una bala de un cetme del pleistoceno ¿Te acuerdas?

Esto fue hace un año. Un invento vergonzoso que nos colaron desde medio Gobierno. Recuerda.

Oh, Pablo Iglesias, inolvidable.

Y la ministra Reyes Maroto, con la foto aquella de la navaja.

¿Te acuerdas de aquella sarta de patrañas? ¿De aquellos montajes del envío de balas de cetme, de la navaja de coña, de las amenazas de mentira desde la ultraderecha en plena campaña electoral de las elecciones en Madrid?

No solo son inasequibles al protagonismo de lo que sea, al autobombo, al trilerismo y a las mentiras. También son inasequibles al ridículo como aquello de las balas y la navajita. Como para creerles ahora, aunque sea verdad. Como en el cuento de la lechera.

¡AH! Y MI POSDATA. Alguien que sabe mucho de estas películas de espías me recuerda una clave interesante: Cabe recordar y unir estos puntos: La vicepresidecia primera del Gobierno, las comisiones delegadas, de quien depende el instituto de ciberseguridad de España y el propio INCIBE-cert.

Exacto, todo coincide en el mismo sitio: En la vicepresidencia primera.

Nos fijamos en Defensa, en Bolaños, en el CNI y hasta en Puigdemont. Y a lo mejor estamos errando el tiro. Y entrando al trapo como un mihura.