

"Un superministro de asuntos exteriores para el mundo entero"
Ángel Expósito enciende La Linterna desde el Vaticano, minutos antes de conocer el resultado de la primera votación del cónclave que elegirá al nuevo Papa
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A ver si soy capaz de describirte el silencio impresionante en esta plaza de San Pedro, solo roto por un helicóptero haciendo círculos sobre este impresionante lugar. Miles, miles, no exagero, de personas nos concentramos entre cientos de periodistas, miles de fieles, turistas, curiosos, todos juntos con un montón de gaviotas encima de nosotros que vienen del Mediterráneo, todos mirando en una dirección, en dirección oeste, hacia el sol que ya se oculta tras la cúpula de San Pedro, mirando hacia una chimenea que se ve muy finita, casi diminuta desde aquí, pero que mide, ojo, dos metros por encima del techo y casi 40 metros hasta abajo, hasta donde está el fuego que en cualquier momento va a provocar el humo de la fumata. Todo indica que esta primera fumata va a ser negra, pero oye, en cuanto ocurra te lo contaré, vete tú a saber.
Los 133 cardenales con derecho a voto y con derecho a ser votados ya habrán depositado su papeleta, habrán escrito a mano el nombre de quien consideran ha de ser el sucesor de Francisco y estamos esperando. Se preveía para entre siete, siete y media. Son exactamente las ocho y dos minutos, hora menos en Canarias, y aquí seguimos, las miles y miles de personas mirando hacia ese mismo punto.
Lo único cierto, entre el hervidero de rumores, esa es otra, porque aquí todo el mundo te pregunta, y si te ven el micrófono de COPE más todavía, oye, ¿qué sabes?, oye, ¿quién va a ser?, oye, seguro que vosotros tenéis fuentes. Lo único cierto, como digo, lo saben esos 133 cardenales.
El momento en el que alrededor de las cinco de la tarde, un poquito antes, se ha cerrado la puerta de esa Capilla Sixtina. Los 133 cardenales han hecho su juramento individual en latín, diciendo nombre, cardenal, y la frase, la frase de juro, y lo siguiente.
Los análisis de los que saben, apuntan a que el nuevo papa ha de ser una persona que afronte, por supuesto, los asuntos internos de la iglesia, pero que afronte en un mundo cada día más complicado, los asuntos exteriores del planeta, con la Iglesia y con su papel como sumo pontífice, como una especie de superministro de exteriores para el mundo.
Para ello, dicen, ha de tener don de gentes, quizás haya de tener don de idiomas, seguro esa capacidad de diálogo interreligioso, multicultural, multinacional, y todo eso en una misma persona. Me quedo con la frase que me decían esta mañana: "un superministro de asuntos exteriores para el mundo entero".
En fin, desde aquí y tras las noticias de las últimas horas, con esa nueva guerra entre India y Pakistán, lo que nos faltaba, se confirma que la vida y la muerte siguen. Ataques en ese sur de Asia, India y Pakistán, en Gaza continúa el horror y la intención de la ocupación total de la franja de Gaza por parte del ejército israelí, y en Ucrania, intercambio de ataques en las últimas horas, previas a ese momento en el que, en teoría, empieza la tregua de tres días autodecretada por Putin.
En casa, el típico, mire la bolita, ¿dónde está la bolita? en el congreso. Tras el apagón y el caos en Renfe, su sanchidad desvía la atención con un falso debate sobre las centrales nucleares, como si esto fuera aquel "nuclear, no gracias" que llevábamos en la chapita en los años 80 en la facultad. ¿Te acuerdas?
En fin, no habría ni que entrar a rebatir lo de los ultrarricos propietarios de las nucleares, porque son los mismos ultrarricos, en teoría, propietarios de las energías renovables, exactamente los mismos. El resumen de Sánchez es ideología, demagogia, mira la bolita, ¿dónde está la bolita?, toma la bolita, para tapar los chanchullos de su mujer, la jeta del hermanito, las golfadas del caso Ábalos. Para tapar lo que sea y como sea el desgobierno de un gobierno que parece estar absolutamente grogui.