La OTAN necesita estos aviones para garantizar la seguridad aérea y la respuesta de Estados Unidos es clara: "España tiene una pequeña cantidad, pero no la misma capacidad"

Enrique Serbeto, experto en internacional, analiza en La Linterna las nuevas capacidades de los misiles chinos y recuerda las urgencias armamentísticas de Europa

Lateral de un avión AWACS de la OTAN
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Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

El reciente conflicto entre India y Pakistán ha dejado al descubierto una realidad que preocupa a los aliados de la OTAN: la creciente sofisticación del armamento aéreo y la urgencia de modernizar los sistemas de defensa aliados. Durante una entrevista en La Linterna de COPE, el periodista especializado en internacional de ABC, Enrique Serbeto, analizó las implicaciones de este escenario, centrándose en el papel crítico de los aviones AWACS de la OTAN y la reticencia de Estados Unidos a liderar su renovación.

El detonante de esta discusión fue el derribo de un avión Rafale francés, emblema de la industria militar gala, por un caza J-10 chino durante el enfrentamiento indo-pakistaní de mayo. Sin embargo, como explicó Serbeto, la verdadera novedad no radicó en el avión, sino en el misil PL-15 utilizado por China: "Tiene un alcance de más de 200 km, una distancia que en combate aéreo es una barbaridad". Este misil, exclusivo del arsenal chino, demostró una capacidad sin precedentes, planteando un desafío directo a la superioridad tecnológica occidental.

La vulnerabilidad de los AWACS y el vacío estadounidense

Frente a esta amenaza, la OTAN depende en gran medida de sus aviones AWACS (Sistema de Alerta y Control Aerotransportado), equipados con radares capaces de monitorizar aeronaves y misiles en un amplio radio. Estos aviones, con base en Alemania y matrícula luxemburguesa, "porque Luxemburgo no tiene aviación propia", aclaró Serbeto, son un pilar de la defensa aliada.

Avión AWACS en vuelo

Alamy Stock Photo

Avión AWACS en vuelo

No obstante, su envejecimiento es evidente, y su sustitución se ha convertido en una prioridad. Aquí surge el problema: Estados Unidos, el principal accionista de la OTAN, ha manifestado desinterés en financiar su renovación. "Sin su participación, el proyecto queda en el aire", advirtió el experto.

España, aunque contribuye al programa AWACS, posee una flota limitada. "Tenemos una pequeña cantidad de aviones, pero no la misma capacidad", señaló Serbeto. Los AWACS actuales pueden permanecer en vuelo hasta 14 horas, vigilando vastos espacios aéreos, una capacidad que los sistemas españoles no igualan. Esta disparidad subraya la dependencia europea de la arquitectura de seguridad liderada por Washington y la necesidad de una solución colectiva ante la deserción estadounidense.

El dilema tecnológico y financiero

Las razones detrás de la postura de EE.UU. podrían ser tanto tecnológicas como económicas. "Quizá estén repensando estas capacidades", sugirió Serbeto, en referencia a posibles avances en sistemas alternativos, como satélites o drones de vigilancia. Sin embargo, la falta de claridad deja a Europa en un limbo. "Financiar esto por su cuenta sería muy difícil para los demás países", insistió. La situación se agrava ante amenazas como los drones iraníes en Ucrania, que exigen respuestas ágiles y tecnologías antidrón eficaces.

AWACS E-3A de la OTAN en Berlin

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AWACS E-3A de la OTAN en Berlin

Conclusión: Un llamamiento a la acción aliada

La entrevista en La Linterna dejó en evidencia un escenario complejo: mientras China avanza con armas como el PL-15, la OTAN enfrenta un vacío de liderazgo en la modernización de sus defensas aéreas. España y otros aliados europeos carecen de recursos para suplir esta carencia de forma individual, lo que exige una coordinación urgente. Como concluyó Serbeto, "ya veremos qué decide el mundo mundial", pero el mensaje es claro: sin compromiso estadounidense, la seguridad aérea occidental podría quedar en desventaja.

En un contexto geopolítico cada vez más polarizado, la renovación de los AWACS no es solo una cuestión técnica, sino una prueba de la cohesión (o la falta de ella) en la Alianza Atlántica. Mientras tanto, el misil chino sigue volando, y el reloj de la OTAN, corriendo.

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