Israel toma partido en el conflicto entre Ucrania y Rusia: "Hemos sido atacados por los mismos drones"
Enrique Serbeto, experto en internacional, señala que el último movimiento del gobierno israelí dice mucho también de la postura de Estados Unidos sobre el este de Europa

Madrid - Publicado el
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En un giro significativo de su política exterior, Israel ha decidido abandonar su tradicional neutralidad en el conflicto entre Ucrania y Rusia, marcando un antes y después en las dinámicas geopolíticas de la guerra. La visita del ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, a Kiev esta semana, la primera de alto nivel desde febrero de 2023, ha sido interpretada como un respaldo explícito a Ucrania, según destacó el periodista Enrique Serbeto en el programa La Linterna de COPE.
"Israel toma esta decisión, es un gesto claro de ponerse en ese lado de la confrontación", afirmó Serbeto, quien subrayó que el motivo central de este acercamiento radica en el uso de drones iraníes por parte de Rusia: "Los dos hemos sido atacados por los mismos drones, es decir, los que fabrica Irán. Si el enemigo de tu amigo te ataca, también es tu enemigo".
Este movimiento llega en un momento crítico para Ucrania, que enfrenta la mayor ofensiva aérea rusa desde el inicio de la invasión en 2022, con 367 drones y misiles lanzados en una sola noche, dejando al menos 12 muertos y decenas de heridos. Mientras, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado su presión sobre Vladimir Putin, calificándolo de "completamente loco" tras los ataques, aunque sin anunciar nuevas sanciones. La postura israelí, sin embargo, introduce un nuevo elemento en el tablero: la posibilidad de que Jerusalén entregue a Ucrania armas rusas incautadas a Hezbolá, como sugieren fuentes cercanas al gobierno israelí.

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Un cambio estratégico con raíces profundas
Israel había mantenido hasta ahora una "neutralidad interesada", como la definen analistas, equilibrando sus lazos históricos con Rusia, incluyendo la gran comunidad judía de origen ruso en Israel, y su alineamiento con Occidente. No obstante, la implicación de Irán, proveedor clave de drones kamikaze para Moscú, ha inclinado la balanza. "Irán fortalece sus relaciones con Rusia, y eso pone en peligro a Israel", explicaba un editorial de Israel Noticias, resaltando que la neutralidad ya no era viable ante un enemigo común.
El ministro Sa’ar, en declaraciones recogidas por La Linterna, enfatizó esta lógica: la tecnología iraní usada contra ciudades ucranianas es la misma que ha amenazado a Israel en conflictos recientes, como el intercambio de ataques con Yemen. Esta convergencia de intereses explica por qué Israel podría ahora compartir inteligencia militar o incluso armamento, aunque se descarta un envío masivo para no escalar tensiones con Moscú, con quien coordina operaciones en Siria.

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Reacciones y consecuencias
El gobierno ucraniano ha celebrado el gesto. El presidente Volodímir Zelenski, quien días atrás criticó el "silencio" de Washington ante los ataques rusos, agradeció el apoyo israelí en un mensaje público: "Compartimos desafíos similares, y juntos somos más fuertes". Por su parte, el Kremlin, a través del portavoz Dmitri Peskov, restó importancia al acercamiento, recordando que "Rusia e Israel tienen canales de diálogo sólidos".
Sin embargo, expertos advierten riesgos. "Israel depende de la coordinación con Rusia para operar en Siria contra Irán. Si Putin percibe esto como una traición, podría cerrar ese espacio aéreo", señaló un exdiplomático israelí a BBC Mundo. Además, la decisión podría afectar a la comunidad judía en Rusia, históricamente vulnerable a represalias políticas.
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El giro israelí coincide con los esfuerzos de Trump por mediar en el conflicto ucraniano, aunque con resultados ambiguos. Tras una llamada de dos horas con Putin, el mandatario estadounidense aseguró que las negociaciones de paz comenzarían "inmediatamente", pero el líder ruso solo habló de un vago "memorando de paz". Mientras, Ucrania exige un alto el fuego de 30 días, algo que Moscú rechaza hasta que se aborden las "raíces del conflicto", eufemismo que incluye la renuncia ucraniana a la OTAN.
En este escenario, la postura israelí no solo refuerza a Ucrania militarmente, sino que envía un mensaje a Teherán: su alianza con Rusia tendrá costes. "Es un cálculo frío", analizó Serbeto en La Linterna. "Israel ve en Ucrania un campo de batalla secundario donde debilitar a Irán sin entrar en una guerra directa".
La visita de Sa’ar a Kiev marca un punto de inflexión, pero también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de esta alianza. Con Trump presionando por un acuerdo rápido y Europa dividida sobre el nivel de apoyo a Ucrania, Israel se suma a un conflicto que, como señaló su ministro, ya era suyo: "Los mismos drones que caen en Járkov podrían caer en Tel Aviv". La pregunta ahora es si este nuevo frente acelerará el fin de la guerra o profundizará sus fracturas globales.