Jordi Bertomeu, sobre los abusos de poder en la Iglesia: "A veces algunos superiores solo quieren borreguitos que digan amén a todo"

Jordi Bertomeu trabaja en el Vaticano, es experto en Derecho Canónico y oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Durante el Pontificado de Francisco llevó a cabo misiones especiales, como la investigación de los casos de abusos sexuales en Chile o la supresión del Sodalicio de Vida Cristiana en Perú, organización de la que es comisario para su liquidación.

Estos días, Bertomeu ha clausurado las segundas jornadas de' Protegiendo' que organiza la Universidad Complutense de Madrid: “Nos hemos encontrado gente interesada en la protección de la Iglesia y víctimas que han acudido y es muy sano y sanador a la vez. Para gente que estamos todo el día en despachos en Roma o haciendo investigaciones por el mundo, encontrarse con las víctimas, pisar con los pies en el suelo es un baño de realidad importante”, ha manifestado en 'La Linterna de la Iglesia'.

Y es que en los últimos años la Iglesia ha ido adquiriendo mayor conciencia de los abusos que se cometen en su seno, pero no solo de índole sexual, ya que también ha habido casos de abuso de poder, conciencia e incluso económico.

“Cuando el Papa Francisco nos envía a Chile es porque hay un sacerdote que ha abusado de algún menor pero sobre todo de adultos vulnerables, y se abre el abanico de los abusos sexuales cometidos con adultos vulnerables en ambientes donde se libra una obediencia tóxica. La última fue fue en Perú en el Sodalicio, cuando nos encontramos con que la realidad no es solo de abusos sexuales, sino de autoridad a personas vulnerables y menores e incluso económicos. La Iglesia se da cuenta de que tenemos que tutelar a nuestros fieles en una realidad abusiva que no solo está en el mundo, sino que está metida dentro”, ha detallado el experto en Derecho Canónico.

"Cuando hay una imagen de Dios que no termina de estar dentro de la normalidad, se enciende un piloto”  

Y es que la obediencia, sostiene Jordi Bertomeu, no se reduce a un someterse al superior, sino que es “una escucha que nace de una libertad interior y que no es cumplir órdenes de manera acrítica, sino que tengo que escuchar al superior si me manda algo, pero el señor me debe escuchar a mi porque si no lo que hay es servilismo”.

De ahí que proponga a religiosos, novicias, laicos en movimientos “educarnos en una escucha” y recuperar el concepto de obediencia “como virtud sana que nos puede ayudar a vivir mejor”.

Cuestionado cómo detectar de manera precoz los abusos de poder y conciencia, Bertomeu asegura que hay instrucciones de Iglesia donde no se emite una obediencia sana que da lugar a abusos.

“Lo primero que me pregunto es la propuesta que se hace de Dios en ese grupo. A veces ves grupos donde hay un reduccionismo litúrgico, hay unas liturgias raras en la que solo aquella que no es la normal de la Iglesia es la válida, cuando hay fanatismo moral... Cuando hay una imagen de Dios que no termina de estar dentro de la normalidad, se enciende un piloto”, ha sostenido.

“A veces algunos superiores solo quieren borreguitos que digan amén a todo"  

Para el oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, hace alusión también a la importancia en el grupo del discernimiento: “Te das cuenta a veces que no hay consejos, no hay transparencia en las decisiones... Otro criterio es para qué usa la autoridad el superior, ¿es solo para controlar o quieres hacer crecer a sus súbitos?”

Otro criterio que ha remarcado Bertomeu son los espacios de libertad y diálogo que se establece con el superior: “A veces algunos superiores solo quieren borreguitos que digan amén a todo. ¿Quiénes te acompañan te orientan o te censuran? ¿Esa persona discierne contigo? ¿Entra en tu vida con cariño y hasta ternura, entra con mucho tiento?” ha planteado.

A juicio de Jordi Bertomeu, la Iglesia tiene por delante una crisis con los abusos que tenemos que afrontar. He visto que los episcopados y superiores intentan ir por el buen camino de la prevención, de formar a todos en la prevención, en la lucha contra los abusos, pero queda un larguísimo camino”, ha advertido.