Ricardo Martino, médico de paliativos pediátricos: "Creo que hay una vida eterna; saber que esto no es el final, que no todo depende de nuestras fuerzas y que hay un Dios que nos cuida, lo hace más sostenible"
El jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Niño Jesús ha explicado en 'Herrera en COPE' cómo es acompañar, no solo a los más pequeños cuando toca decir adiós, sino también a sus familias

Ricardo Martino, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Niño Jesús, en 'Herrera en COPE'
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Cuando estamos en ese momento de la vida en el que estamos a punto de perder a un ser querido, intentamos buscar consuelo en eso de que "la muerte no es el final". Muchas veces vivimos como si la muerte no existiera... pero está, y muchas veces más cerca de lo que imaginamos. Perder a alguien a quien queremos forma parte de nuestra historia y de nuestra vida, y eso, a largo plazo, acaba modificando nuestra manera de ser.
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Ricardo Martino | Un café con Alberto Herrera
Esto, es posible, se hace más duro en el caso de los niños, cuando la muerte llama a la puerta mucho antes de que hayan podido disfrutar lo mismo que nosotros. Y eso necesita de grandes profesionales que no solo acompañen al pequeño durante sus últimos días, sino también a sus padres, quienes habrán tenido que vivir el nacimiento y la muerte de su pequeño.
Ricardo Martino es jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Niño Jesús de Madrid y vicepresidente de la Asociación Por qué Viven. Ha atendido a más de 800 niños antes de su muerte y este miércoles en 'Herrera en COPE' ha dejado claro que la muerte, aunque en final de la vida, "es tan importante como el nacimiento". En este sentido, ha puesto en valor la dignidad de una persona, por lo que "cualquier muerte natural es una muerte digna".
¿CÓMO SE LE DICE A UN NIÑO QUE VA A MORIR?
Martino ha explicado a Alberto Herrera que las preguntas de los más pequeños "son más recortadas que la de los adultos y preguntan cosas muy concretas, dependiendo de su edad". Los adolescentes, en muchos casos, tienden a preguntar "¿cuánto me queda de vida" o "¿me voy a quedar solo?". En el caso de los más pequeños, ha dicho que "te pueden preguntar si eso le va a doler, o si su papá se va a quedar solito o si va a estar con él".
En cualquier caso, lo más importante es "adaptarse a la persona que tenemos delante". Unas preguntas cuya respuesta nunca es fácil, por eso lo importante es contestarla "con tranquilidad, respirando tranquilo, si uno es creyendo a veces rezando antes para dar la respuesta que uno necesita y no teniendo prisa". De hecho, el doctor de paliativos ha asegurado que estas preguntas "se pueden responder en un momento o varios", porque "cada respuesta que doy, genera otra pregunta".

Unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús
Independientemente del tiempo que los niños hayan padecido la enfermedad, si están o no preparados o si saben o no lo que les espera, Martino apunta que lo único que quieren es "ser queridos, estar acompañados, despedirse, reconciliarse, perdonar y ser perdonados".
DIOS Y SU PAPEL EN LAS DESPEDIDAS
Lo importante en situaciones así no es, a juicio del doctor, el haber acompañado a estos 800 niños durante la muerte, "sino a muchos más durante su vida". Cuando un niño está vivo y llega a paliativos, y el fin parece inevitable, "una de las cosas que les decimos a las familias es que no nos importa cómo vaya a morir, sino cómo va a vivir".
Mientras llega el momento de decir adiós, "queda tiempo por delante" y por eso es importante que los profesionales y las familias se adapten a las necesidades del pequeño.

Hospital Niño Jesús de Madird
Un trabajo que, en comparación a otros, nunca es fácil. Un trabajo que, ha asegurado, "no se puede hacer solo". Por un lado, es fundamental contar con un "equipo interdisciplinar de profesionales comprometidos" que puedan atender al niño y las familias, pero que "repartan las cargas". Sin embargo, lo que más le sostiene "está fuera del trabajo", y ha hecho alusión a Teresa, su mujer, "su centro de gravedad". En cualquier caso, se apoya en otros pilares como son el deporte, el descanso y la oración.
Para concluir, ha dejado claro que él cree "en una vida eterna".
"Para mí, saber que esto no es el final y que no todo depende de nuestras fuerzas, que hay un Dios que nos cuida, que nos guía y nos da fuerzas, lo hace más sostenible. Tengo la tranquilidad de que no todo depende de mis propias fuerzas", ha terminado.