¿En qué consiste el "síndrome del explorador"?
Hoy jueves hemos hablado, en 'Herrera en COPE' con Arancha Ruiz, especialista en marca personal para saber en qué consiste este síndrome y cómo puede afectar a las personas

¿En qué consiste el "síndrome del explorador"?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hay gente con afán por conocer más. Son personas para las que nunca es nada suficiente. Gente que sabe mucho de muchas cosas y adora aprender. Encuentra en la duda un placer extraordinario, pero disfrutan aún más cuando obtienen las respuestas a todas sus preguntas. Personas que, por unos motivos u otros, a veces son tachadas de “preguntones”.
En ocasiones, una persona -calificada como curiosa por muchos- puede entrar en un bucle continuo en el que no aprende más. Al no encontrar ningún nuevo desafío, puede aparecer el sentimiento de frustración.
Si alguna vez has conocido a alguien así o tú mismo te sientes así, podrías padecer el “síndrome del explorador”. Hoy en 'Herrera en COPE' hemos hablado con Arancha Ruiz, especialista en marca persona y talento sobre esta curiosidad sin límites.
Según Arancha, todos en algún momento hemos estado bajo este síndrome, que además “afecta a la toma de decisiones de la carrera profesional”. Esto causa una necesidad de cambio continuo o un placer desmesurado por aprender cosas nuevas. “Es un sesgo que a veces hace tomar decisiones no demasiado acertadas”, y que muchas veces “marca los siguientes pasos” ha afirmado.
Son personas que quieren aprender e investigar. Quieren ser personas creativas, con más iniciativas y más salidas. Sin embargo, cuando se encuentran en un puesto de trabajo “más estructurado” en el que se aburren, corren el riesgo de perder ese trabajo. “Lo descubrí trabajando como consultora de marca personal”, ha confesado.
Son personas a las que “les gustaba hacer muchas cosas y les costaba trabajar en su marca personal”, ha explicado. Sin embargo, esta “marca personal necesita marcarse con unas etiquetas”. De esta forma, la gente podrá identificar y relacionar rápidamente a una persona con su etiqueta correspondiente.
Las personas que puedan padecer el “síndrome del explorador” tienen miedo a encasillarse y no poder seguir aprendiendo. Por ese motivo, ha dicho Arancha Ruiz, “tenían miedo a ponerse etiquetas”
Ella misma lo define como una especie de “alergia a las etiquetas que construyen la marca personal”. Esta frustración, ese sentimiento, puede llevar a las personas a tomar decisiones con criterios erróneos, aunque a veces las decisiones no lo sean. Y sobre esto mismo ha dicho que una persona puede “tomar una decisión adecuada por los motivos equivocados”.
Ese tipo de personas inconformistas, con afán por conocer y frustradas por no poder seguir ampliando su conocimiento, padecían el “síndrome del explorador”. Para ellos, todo lo nuevo parece “súper atractivo”, mientras que las cosas más estrucutradas y que les quitaban toda libertad para seguir aprendiendo, “les parecía cero estimulador”, ha afirmado.
“De la exploración nace el talento”
Así lo ha dicho la especialista en 'Herrera en COPE', y ha explicado este mecanismo de aprendizaje con un embudo.
“Al principio, cuanta más amplia sea la boca, más amplio es el conocimiento, se puede abarcar más”, ha explicado. Sin embargo, cuando una persona avanza en su vida y su carrera profesional, el talento continúa teniendo forma de embudo. Esta vez, cuando todos los conocimientos adquiridos llegan a la embocadura, “se unen”. Y en ese punto “se produce la magia” y todos los conocimientos, “que antes eran inconexos, ahora tienen sentido”, ha explicado Arancha Ruiz.
El “síndrome del explorador” en los niños
A rasgos generales, a los niños se los suele animar a que se enfoquen en una sola cosa para no dispersarse demasiado, pero ¿somos justos con ellos?
“A veces prejuzgamos demasiado rápido” ha dicho sobre los más pequeños y cree que hay una tendencia para que “sepan de todo”. Asimismo, Arancha Ruiz no cree que sea justo “pretender que los niños de hoy en día sepan de todo porque hay demasiado”
Cuando se amplía la visión y se los enseña la línea común, es decir, “la espina vertebral de sus intereses”, es cuando finalmente “se dejan poner las etiquetas y se dejan estructurar lo suficiente para no perder la fuerza” ha concluido.



