Este domingo fallecía a los 73 años Eduardo Fungairiño, ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional y exfiscal del Tribunal Supremo. Una "mente jurídica particularmente brillante y de tenacidad extraordinaria”, según ha recordado Carlos Herrera durante la entrevista al magistrado, Javier Gómez de Liaño quien a su vez se ha referido al exfiscal como “un hombre de ley rabiosamente independiente”.

Un hombre de ley rabiosamente independiente

En este sentido Javier Gómez de Liaño, asegura que Fugairiño “sabía escuchar y era intransigente con la injusticia”. Un hombre que “se conocía muy bien las causas y que siempre acusaba con fundamento”.

También ejerció como fiscal en el macro juicio por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción. “Hizo una acusación impecable, y ahí me convencí de su talla moral y jurídica”.

Además ha recordado que el exfiscal “era un humanista apasionado del arte románico y un experto en la Primera y Segunda Guerra Mundial”.

La imagen de Fungairiño era muy conocida y reconocible porque empleaba una silla de ruedas a raíz de un accidente automovilístico que sufrió en 1965 cuando estudiaba Derecho. De hecho ha explicado Gómez de Liaño “terminó sus estudios y preparó las oposiciones en la cama del hospital de tetrapléjicos de Toledo”. En aquellas fechas recuerda “la carrera fiscal se planteó si podía opositar un hombre en silla de ruedas, pero tras un debate se aceptó y aprobó a la primera con una nota brillante”.

Tras el fallecimiento de Fungairiño, que por su lucha contra el terrorismo fue objeto en 1990 de un atentado con paquete bomba enviado por ETA, que la policía pudo desactivar antes de que le estallara en las manos, muchos medios de comunicación recuerdan este lunes su figura. El País habla de él como rebelde y polémico. “No era polémico lo que eran polémicos eran los casos que se le presentaban, pero tenía una conciencia de lo justo muy marcada, nunca dobló su brazo en su respeto por la ley y por eso algunas de sus decisiones puede que a algunos no les complacieran. Su gran mérito fue la independencia”.

Formaba parte de los 'indomables', un grupo de fiscales de la Audiencia Nacional que "intentó que por encima de la jerarquía estuviera el respeto al principio de legalidad. No seguían más que las indicaciones de la ley”.

Javier Gómez de Liaño ha lamentado que Fungairiño "no fuera bien tratado en todos sus aspectos de su vida profesional, al igual que tampoco lo fueron otros fiscales”, ha concluido.