"Peinado está defendiendo un principio fundamental de la democracia: que la justicia es igual para todo el mundo, incluida la esposa del presidente"

Señoras, señores, me alegro. Buenos días. Viernes 3 de octubre, 8 de la mañana, tiempo anticiclónico y día muy interesante, pues, hombre, como consecuencia de autos judiciales y también de la finalización, bueno, finalización cuando vuelvan de la aventura esta del gran circo flotante. El gran circo flotante. 

Estos que primero dijeron que iban a dar ayuda humanitaria y después se supo que habían rechazado entregarla en un punto cercano a Gaza en Israel. Luego hicieron vídeos lacrimosos despidiéndose en el puerto de Barcelona porque les iban a atacar con armas y lo que se encontraron fue a soldados dando agua y abrigo a Greta Thunberg echándole una manta por el hombro. Y ahora dicen que les han secuestrado y les devuelven a Madrid desde este lunes en un cómodo avión. 

Eso solo ha servido para molestar al proceso de paz, incentivar episodios de violencia en Barcelona como antes con La Vuelta, por ejemplo, desatar una guerra dentro de la extrema izquierda para ver quién resucita un poco con un presidente ridiculizado en el mundo por infantil y por extremistas. Eh, por extremista. 

Yo no sé, son las 8 de la mañana y yo no sé si Pedro Sánchez habrá dormido esta noche. Me tiene la cosa un poco inquieto porque la noche pasada apenas pudo hacerlo, estuvo de vigilia preocupado por los perroflautas marinos, los grumetes antisemitas de la flotilla Sumud, pero todos están bien. 

Están retenidos, pero se cree que pronto serán deportados, o sea, fin de la aventura. Si en algún momento el presidente tuviera que perder el sueño por la seguridad de toda esta tropa de vividores, sería si hubiera logrado su objetivo, si hubieran aterrizado en las democráticas manos de Hamás, a quien tanto quieren apoyar.

Le recuerdo que uno de los organizadores abandonó la expedición porque en ella había activistas LGTBI. Claro. Y esos no son admitidos por Hamás y compañía, inspiración iraní, donde los cuelgan con grúas en los campos de fútbol. Como escribe Iñaki Garay en Expansión, los activistas queer de la Flotilla deberían estar celebrando ahora mismo que Israel les haya librado de caer en las manos de Hamás. 

Y garantizada la seguridad de la Flotilla, precisamente por haber sido interceptados, pues la propaganda, el despelote argumental, ¿no? Cesó, ¿no? En Europa, en España, protestas por la acción de Israel. Todo de Israel, todo previsto, coreografiado por la propia ruta de la Flotilla. O sea, si los grumetes perroflautas fueron parando en todos los puertos con marcha y con chill out del Mediterráneo durante un mes que han tardado en llegar, los colegas de Interior tenían perfectamente prevista la ola de protestas que iban a lanzar en cuanto la flotilla fuera interceptada.

O sea, todo apesta a uno de los clásicos montajes de la extrema izquierda, la ultraizquierda, donde lo que menos importa es la situación de los pobres gazatíes y de los que trabajan de verdad en el terreno por aliviarla. Eso de la flotilla es una cosa muy distinta. Es un show de influencers, muchos de ellos majaderos, ¿eh?>.

Y Sánchez, que se quiso subir a la ola, empieza a ver cómo la ola le supera y le desborda, porque él quiere ser el campeón de la izquierda radical, pero la izquierda radical no está dispuesta a dejarse robar la causa tan fácilmente. Yolanda Díaz en el Gobierno, Ione Belarra, líder de Podemos, quieren que Sánchez sea más contundente y le acusan de, pásmense, cómplice del gobierno israelí. También es verdad que no les falta razón cuando dicen: "Oiga, más coherencia. Si Israel es un estado genocida, como ha dicho Sánchez, ¿cómo es que no hemos roto relaciones?"

Porque, oiga, ¿cómo que el barco Furor no actuó si Sánchez cree que se han atropellado los derechos de ciudadanos españoles? ¿Para qué hemos enviado entonces el barco ahí? Que todavía está por allí y nos cuesta un dinero todos los días. Como siempre, Sánchez ha impostado la indignación, ha citado a la encargada de negocios israelí para protestar, pero bueno, todos sabemos, todo lo que sabemos sobre las gretitas, zumberit y todos estos individuos lo sabemos por el ministro de Exteriores italiano, que es el que ha dicho que Israel se plantea fletar dos charter y deportar a todos estos, toda esta basura traerla a Europa, España concretamente, ¿para qué las quieren allí? Y todo ha derivado de una comedia absurda y ridícula, un show de vividores de la política que frivoliza, que degrada el drama de Gaza para convertirlo en un meme.

Pero a Sánchez en realidad lo que le quita el sueño, y si no ha dormido, no es tanto por esta cuerda. No es por lo que estará pasando la pobre Ada Colau en Israel, sino por lo de qué coña convencer al jurado, porque ayer el juez Peinado dictó otro auto relativo, no al caso de la malversación, sino al resto de las imputaciones que tiene que afrontar la esposa del presidente, tráfico de influencias, corrupción en los negocios, etcétera. 

Y este auto es decisivo por dos razones. Porque el juez considera que también debe ser un jurado popular el que decida sobre Begoña Gómez en estas cuestiones, no solo en la malversación. Y en segundo lugar, de una notable trascendencia política, el juez señala el hecho objetivo de esta causa, que es la condición de presidente del Gobierno de Sánchez.

Begoña Gómez pudo poner en marcha su chiringuito académico, lograr fondos, conseguir software gratis, tener una empleada particular que pagaba el Estado por la única razón de ser la mujer del presidente del Gobierno. Es decir, Sánchez entra a formar parte de estos delitos imputados a Begoña Gómez de forma pasiva. 

Es verdad, pero está ya incluido. Y para el juez Peinado no se está inventando nada. Aquí el yerno del Rey fue condenado por comportamiento muy similar al de Begoña Gómez. Existe un delito del que se habló mucho durante mucho tiempo, el cohecho impropio, que es que te regalen algo por la razón de tu cargo, sin necesidad de que hubiera una contraprestación. O sea, que el juez no se está inventando absolutamente nada. 

El hecho de que los cuatro delitos vayan a ser juzgados por un jurado es algo que avala la doctrina del Supremo, que podrán hacer todos los movimientos que quieran, pero va a ser difícil evitarlo.

Peinado está aplicando los principios y la lógica de lo que ha sido la lucha contra la corrupción, lo que está haciendo con un enorme coste personal, porque hay una campaña de descrédito que sufre desde que esto comenzó hace un año. Pero Peinado está defendiendo un principio fundamental de la democracia: que la justicia es igual para todo el mundo, incluida la esposa del presidente del Gobierno, que por lo que se ve duerme poco y que, viendo lo que tiene por delante, no me extraña que duerma poco y algo me dice que menos va a dormir en el tiempo que tiene por delante.