Emilio: "Hace 40 años, una tía mía en Córdoba, recién viuda, fue al cementerio a última hora de la tarde y la pobre se quedó encerrada; se sentó en un banco y pasó la noche como pudo"

Hace unos días en la Hora de los Fósforos recogimos una serie de testimonios de oyentes que compartieron sus experiencias más angustiosas al quedarse atrapados, enganchados o encerrados. Entre todas las anécdotas, destacó la de Emilio, quien ha relatado la increíble historia de su tía, que se quedó encerrada durante toda una noche en un cementerio.

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Una noche de angustia en el cementerio

El oyente Emilio contó que los hechos ocurrieron hace aproximadamente 40 años en el cementerio de San Rafael de Córdoba. Su tía Antonia, que había enviudado recientemente, acudió al camposanto a última hora de la tarde, coincidiendo con el momento en que el personal estaba desalojando las instalaciones para proceder al cierre de puertas.

Sin que nadie se percatara de su presencia, la mujer quedó atrapada en el interior. Durante horas, golpeó sin éxito las distintas puertas para que alguien la oyera, pero nadie acudió en su ayuda. Finalmente, muerta de vergüenza, se dirigió a la entrada principal y pasó la noche sentada en un banco. A la mañana siguiente, el operario de turno la encontró, la interrogó y llamó a la policía municipal. Emilio ha recordado cómo su tía contó la historia avergonzada: "Se le quedó toda la noche en el cementerio de San Rafael de Córdoba".

Se le quedó toda la noche en el cementerio de San Rafael de Córdoba"

Emilio

Oyente de 'Herrera en COPE'

Accidentes domésticos y otros percances

Otro de los testimonios más llamativos fue el de Francisco, quien sufrió un aparatoso accidente doméstico. Estando en casa con una pierna rota y muletas, resbaló en la cocina recién fregada y quedó empotrado debajo de la fregadera. Tras casi una hora, su mujer lo encontró y, entre risas, intentó ayudarlo a levantarse. El percance le dejó una marca considerable, ya que, según sus palabras, acabó con "el sifón marcado en la frente".

Las historias de objetos que juegan malas pasadas fueron recurrentes. Es el caso de Mamen, que con veintitantos años se quedó atrapada por una persiana de grandes dimensiones que se descolgó, dejando medio cuerpo dentro de casa y medio fuera. Estuvo así dos horas hasta que sus compañeras de piso la rescataron. 

Los descuidos también fueron protagonistas. David narró cómo, siendo niño, se quedó encerrado junto a su primo en el maletero de un Seat 127 después de que un tercer primo les cerrara por maldad. Por su parte, Manuel tuvo que pedir ayuda para salir de una sala de espejos en el Tibidabo de Barcelona, donde entró con su padre y fue incapaz de encontrar la salida, generando un gran agobio.

Finalmente, Carlos relató una experiencia colectiva: entre 15 y 20 vecinos quedaron encerrados en una parroquia tras una junta de la comunidad que se alargó más de la cuenta. El cura cerró las puertas sin saber que seguían dentro, y fue el dueño de una cafetería cercana quien, al verlos deambular por el edificio, avisó al párroco para que los liberara.