Un vecino de un pueblo de Badajoz celebra su boda y lo que hace su hermano le deja fuera de juego: "La gente salía llorando"
Es la historia que nos ha acercado un 'Fósforo' y que, pese al paso del tiempo, no ha podido olvidar

Un vecino de un pueblo de Badajoz celebra su boda y lo que hace su hermano le deja fuera de juego: "La gente salía llorando"
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En el 900.50.60.06 hablamos con nuestros 'Fósforos' sobre temas muy disparatados. Hablamos, en esta ocasión, sobre las bromas que les han hecho y han sufrido.
Ignacio es el primer oyente que, indica, está entre Valladolid y Ávila. Va a recoger a su hijo de un campamento. Pero, más allá de eso, cuenta que ha hecho de todo en cuanto a bromas se refiere. El día antes de la boda de un amigo, "pusimos fuegos artificiales al lado de su casa a las 3 de la mañana". Y bueno, pues a otro amigo "le llenamos todo el pasillo de vasos de agua".
Al volver de su luna de miel, un 24 de diciembre, se encontraron con la puerta de su casa "tapiada. Se lo curraron. Pusieron una foto nuestra. Previamente, habían estado en nuestra casa. Colocaron el frigorífico en el salón y eso fue un poco la anécdota que quería contaros".
garbanzos dentro de la cama
Juan Pedro se fue de viaje de novios a México. Este 'Fósforo' dice que, con el sol, pues volvió con la espalda quemada. Cuando llegaron a casa, levantó las sábanas de su cama y "me encontré todo lleno de garbanzos. Yo con toda la espalda achicharrada, me acosté y los garbanzos sueltan como un polvillo. De buenas a primeras, empezó a picarme aquello. Me metí en la ducha. Aquello me picaba lo más grande. No lo he pasado tan mal en mi vida".

Imagen de recurso
No sabe quién lo hizo, pero, en Andalucía, era costumbre "meter garbanzos, habichuelas, lentejas, lo que pillaban".
Este 'Fósforo' de Almendralejo (Badajoz) gastó una broma a su hermano el día de su boda. Se presentó con una motosierra. Dice que eso provocó que le dejara de hablar su familia y la de la novia. "Le cortamos la corbata y la gente salía llorando. Con los niños y todo corriendo".
despertadores para la noche de bodas
Petri nos llama desde Cáceres. El día de su boda también sufrió una broma. Unos amigos le dieron una caja de madera llena de pesetas pequeñas. Y repleto de serrín.
Hablamos de bromas con Pablo. Este 'Fósforo' todavía recuerda la broma que gastó. Se casó su hermano y, en el pueblo, "las bodas eran de otra manera. Yo recogí 5-6 despertadores. Me fui donde pasaron la noche de bodas y se los coloqué con un margen de 40 minutos. El último tocó sobre las 2 de la tarde".

Despertador
Javier sufrió una broma el día de su boda. Se levantaban a las 6 de la mañana para ir al aeropuerto. Les quitaron todas las puertas interiores de su casa "y claro, evidentemente, una en otra habitación que no correspondía. Nos fuimos de luna de miel sin puerta. Y cuando volvimos, estaban todas colocadas. Pero el cabreo fue estupendo. Pero muy bueno".
La historia de Diego también es muy divertida y es la última con la que cerramos la sección. Él fue el afectado total por una broma. La historia es que se casó un viernes, tranquilamente, y el sábado se iban de viaje. Su mujer salió un momento a hacer la compra "y a la 1 de la tarde empiezo a recibir toques en la puerta. Habían hecho invitaciones para que la gente fuese a mi casa porque se supone que organizábamos un evento".