Una bombilla que no se apaga nunca. Ese era el sueño de Benito Muros, un ingeniero catalán que quedó fascinado tras descubrir en un parque de Bomberos de California, una bombilla que llevaba brillando de manera ininterrumpida desde hace más de 100 años, concretamente desde 1901.

Muros quedó tan sorprendido por aquel hecho que se puso manos a la obra. Después de años de investigación y de trabajo ha conseguido hacer realidad su bombilla que no se apaga nunca... Pero la alegría ha durado poco.

Ninguna empresa está dispuesta a comercializar el que estaba llamado a ser el invento del siglo: Un modelo económico, sostenible, justo y solidario. Es el resumen que el propio Muros hace en sus redes sociales.

Durante años, ha habido empresas interesadas en su descubrimento: En comprar la patente, pero no en vender esa bombilla infinita...

Su producto es más caro, cuesta unos 25 euros, pero consume menos energía, es reparable y dura una media de 85.000 horas. Aunque actualmente la compañía tiene una web donde encargar las bombillas, no las está produciendo, ya que no tiene medios económicos.

Estamos en tiempo de ecologismo, de buenas intenciones y de eslóganes verdes, pero no hay hueco para la bombilla eterna. La industria no quiere que se haga la luz... Al menos, de forma permanente.

Benito Muros es también el presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolencia Programa (FENISS) cuyo objetivo es "conseguir un mundo mejor, más justo y solidario, con un mayor nivel de desarrollo humano, en el que predomine la igualdad social, la participación democrática y la solidaridad entre los diferentes pueblos y territorios".

Esta es la 'Historia del día' en 'Herrera en COPE'.