

“La gestión de esta catástrofe, como pasó con la pandemia y con la dana, ha vuelto a evidenciar las fallas del sistema”
El análisis de la actualidad de Jorge Bustos en el monólogo de las 8 de este viernes 22 de agosto de 2025
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Buenos días y bienvenido al amanecer de este viernes 22 de agosto.
Los incendios siguen centrando la actualidad española. Son la crónica negra de estos días de agosto que van tocando a su fin. Y que dejan atrás, hasta el momento, 400.000 hectáreas de monte calcinado. Bueno, no solo de monte: también de pueblos, de casas donde hace un mes vivían familias.
Y mirando ese panorama de cenizas en Orense, en Zamora, en León… es fácil dejarse llevar por el desaliento. Sobre todo si eres uno de los miles de desplazados, de los evacuados que vuelven a las aldeas de donde partieron con la angustia del fuego pisándoles los talones, y que al regresar ya no reconocen sus hogares.
fallas del sistema
Pero no hace falta haber experimentado las consecuencias del fuego en propia carne para que nos ronde cierta sensación de desánimo nacional, vamos a decirlo así. Uno mira el paisaje institucional antes, durante y después de la batalla contra el fuego -que todavía está lejos de acabar- y la verdad es que cunden las razones para el pesimismo.
La gestión de esta catástrofe, como pasó con la pandemia y con la dana, ha vuelto a evidenciar las fallas del sistema. Y la incapacidad para perfeccionarlo con un mínimo de consenso.
Volvemos a constatar que el ecosistema político español no parece diseñado para solucionar problemas, sino para aprovechar su peso contra el adversario, como en el judo. Los partidos son grandes maquinarias del escaqueo.
Escuelas de señalamiento del rival. Incluso un perfil aparentemente técnico, como el de la directora de Protección Civil, carga primero contra los presidentes de las comunidades incendiadas y se queja después de que alguien del PP, en este caso Elías Bendodo, replique en el mismo tono insultante.
Y podríamos seguir con Óscar Puente, que ha terciado en la gresca llamando “sátrapas” a los barones del PP. Este es el clima habitual en el que se desenvuelve la gestión pública en España cada vez que acontece una desgracia.
Y como pasó con la dana, y con la pandemia, los analistas mejor intencionados elaboran sesudos artículos en los que proponen reformas constitucionales. Nuevos órganos para mejorar la coordinación.
Y se puede y se debe debatir fórmulas que agilicen la gestión pública de emergencias en España. Pero para eso hace falta una condición preopolítica, una premisa que es de carácter moral: eso que llamamos buena fe. El deseo sincero de colaborar con el otro para resolver los problemas, no para utilizarlos en tu favor.
Capítulo nonagésimo noveno del Manual de resistencia
Que es lo que hace el político polarizador: se apodera de las buenas intenciones y las convierte en arma contra el de enfrente. Capítulo nonagésimo noveno del Manual de resistencia: cómo convertir un pacto de Estado en una emboscada. Y así todos los días. Llueva, granice o se incendie el país.
Ejemplos de solidaridad
Ahora bien. Si yo dejara aquí el análisis de la actualidad, estaría siendo profundamente injusto. Porque como también sucedió en la pandemia, y en la dana, a poco que miremos bien descubriremos que las desgracias también sacan lo mejor de nosotros. Y de nuestros vecinos.
En este agosto infernal también han proliferado los ejemplos de solidaridad, de abnegación, de ayuda desinteresada y diligente. Por parte de ciudadanos anónimos, pero también por parte de políticos honestos y trabajadores. Que los hay. Sobre todo en el ámbito local y autonómico de la Administración, pero no solo.
Ejemplos de solidaridad entre compatriotas los han dado las diez comunidades autónomas libres de incendios que no se lo pensaron dos veces y prestaron sus recursos a las comunidades afectadas por el fuego. Te las enumero por orden alfabético: Aragón, Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra y País Vasco. Aparte de la ciudad autónoma de Melilla. Ceuta también ofreció ayuda, pero finalmente no la envió porque ella misma entró en riesgo de incendio.
No está mal para ser un país descosido, receloso, dividido en rojos y fachas, en centro y periferia, en España urbana y España rural.
Y ojo a esta noticia para euroescépticos. Hasta diez países de nuestro entorno que vieron las llamas devorando España han enviado medios y personal que ahora trabajan codo con codo con nuestros bomberos y nuestros brigadistas. Te los enumero por orden alfabético: Alemania, Andorra, Eslovaquia, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, República Checa y Rumanía. No está mal tampoco para un continente en crisis, una supuesta Unión Europea sin identidad que agoniza en medio de la parálisis burocrática, según dicen los populistas.
Miramos a Gaza
Y desde Europa miramos a Gaza. Allí el primer ministro de Israel ha introducido una novedad importante en su plan para tomar el control total de la Franja de Gaza. ¿Qué ha hecho Benjamin Netanyahu? Pues lo típico de “ahora que he puesto la pistola encima de la mesa, vamos a negociar”.
Después de colocar dos divisiones a las puerta de la ciudad de Gaza, con la intención de tomar la capital de la Franja con otros 60 mil reservistas que están en camino... ahora Netanhayu asegura que está dispuesto a negociar una tregua con Hamás.
Pero no sabemos si esto es sólo una maniobra para poder decir que él lo ha intentado hasta el final, pero como los terroristas de Hamás no aceptan sus condiciones de tregua, pues no le queda más remedio que asaltar la capital de la Franja. Veremos.
merchandising etarra que homenajea a asesinos
Y hablando de terroristas. Esto que vas a oír, por desgracia, es el pan nuestro de cada día en ciertas fiestas vascas
Homenajes a la memoria de etarras que ya han fallecido, homenajes a etarras que están en la cárcel para exigir su impunidad y puesta en libertad... y homenajes a los etarras que vuelven a casa tras su paso por prisión. Ya sabes, los famosos Ongi Etorri.
Estamos en plenas fiestas de Bilbao, en su semana grande, y hoy viernes está convocada la tristemente habitual manifestación a favor de los presos de ETA. Hoy la portada de El Mundo nos muestra una de las casetas colocada en la margen derecha de la ría de Bilbao, la caseta Txori Barrote, que homenajea a Harriet Iragi y Jon Igor Solana, que son los asesinos del fiscal jefe Luis Portero. Pero es que también enaltecen al que fuera jefe de ETA, Txeroki. Y tampoco se olvidan de rendir tributo a otros 13 terroristas.
Y mira, por habituales que sean estos episodios, no deberíamos acostumbrarnos. No deberíamos resignarnos a esta vergüenza, ni dejar que nos inoculen la anestesia moral ideada por Santos Cerdán y administrada por el PSOE.
En realidad, el Gobierno debería ser el primero en indignarse ante el hecho de que, en una fiesta de la importancia de la Semana Grande de Bilbao, la gente se tope con camisas y merchandising etarra que homenajea a asesinos. A asesinos de socialistas también, por cierto.
Pero a pesar de todo, y ahora vuelvo a los incendios, España ofrece muchos ejemplos de sensibilidad, de solidaridad. Y hasta de heroísmo individual. Nos los han dado muchos paisanos anónimos estos días, sin darse la menor importancia. Pienso por ejemplo en Luis, el hijo de Puri, que salvó el hotel rural de su familia del incendio de Molezuelas. El miércoles le preguntamos aquí en Herrera en Cope qué se puede hacer contra los incendios del futuro.
Igual no hace falta un rimbombante pacto de Estado. Igual bastaría, como dice Luis, con escuchar a la gente del campo. Y disponer cada dos pueblos una carroceta. Soluciones prácticas, modestas, pero eficaces.
A lo mejor si dejamos de señalar culpables por una vez en nuestra cainita historia; si pausamos por una vez el cruce automático de reproches entre “fanáticos progres de la agenda 2030” y “negacionistas reaccionarios del cambio climático”, si probamos a hacer algo distinto por una vez, igual entonces descubrimos la manera de empezar a pensar soluciones juntos para saber qué hacer mejor el próximo verano.