El sombrero que cambió la historia de Rusia: así fueron los 300 años de poder de la dinastía Romanov
La historiadora Ana Velasco desgrana la historia de esta familia, sus entresijos y sus curiosidades más ocultas en 'Herrera en COPE'

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La dinastía Romanov estuvo 300 años gobernando Rusia y tiene una historia casi cíclica y realmente curiosa. Y es que empieza con Anastasia y acaba con Anastasia, y empieza con un zar que se llama Miguel y acaba con otro zar que se llama Miguel.
La historiadora Ana Velasco ha desgranado la historia de esta familia, sus entresijos y sus curiosidades más ocultas en su sección semanal en 'Herrera en COPE' junto a Alberto Herrera.
"Empieza todo por un sombrero. Hay un sombrero en Rusia que condicionó 300 años de poder. Se llama el gorro de Monómaco, y es un gorro dorado que se parece un poco al del Papa y los cardenales, pero va envuelto así como en piel.
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Hay una leyenda, realmente no se sabe muy bien cuál es su origen, pero a partir del siglo XIV es un gorro súper importante que marca todas las coronaciones de los zares rusos.
Nosotros normalmente pensamos en Rusia como algo muy alejado de occidente, pero tú piensas que Zar viene precisamente de César. Es la misma palabra, porque ellos consideran que son la herencia", narra Velasco
Y es que esta familia va a buscar crear una Rusia moderna, aunque no es lo que nosotros entendemos como moderno a día de hoy.
En pleno siglo XVII, surge el primer Zar de la familia Romanov debido a dicho sombrero. Y es que, aunque de primeras él se niega porque los que asumen ese cargo están muriendo, acepta cuando le dicen que tienen el sombrero.
El primer zar de los Romanov
Ha explicado entonces la historia del primer Miguel de la familia en reinar y su influencia en el país: "Miguel I tenía 16 años, y de hecho les cogen por eso, porque pensaban que iba a ser fácilmente manipulable, pero todo lo contrario.

Sección de Ana Velasco del 15 de abril
El niño este consigue ser, zar, gracias a Anastasia Romanova, que fue una figura monumental dentro de la dinastía Romanov, y que fue precisamente la esposa de Ivan IV, primer zar de todas las rusias, Ivan el Terrible.
La dinastía acaba extinguiéndose por buena medida estos conflictos, padre e hijo, y esta mujer Anastasia ve que va a ser una oportunidad para que el hijo de su hermano llegue al poder.
Otro de los zares destacado fue Catalina la Grande, que aunque tuvo mala fama debido a sus amantes, "fue una mujer súper inteligente, súper admirada. Era alemana, y consiguió imbricarse totalmente en la cultura rusa, y de hecho es la creadora del Hermitage".
La caída de los romanov
El último zar conocido fue Nicolás II, aunque realmente el último que ocupó el cargo fue su hermano Miguel, pero lo hizo solo durante un día.
El último emperador entró en decadencia por sus políticas tiranas para la época, como explica Velasco: "Le va a pasar un poco como al Imperio Austro-Húngaro, a las de Sisi, emperatriz, que van a negarse a aceptar el progreso.

Objetos de los Romanov, archivo
Entonces, empieza a despuntar en Rusia un pequeño grupo absolutamente minoritario de socialistas radicales, que van a ser los bolcheviques, que van a hacerse con el poder, precisamente porque Rusia está metida en la I Guerra Mundial.
El caos de la I Guerra Mundial fue absolutamente terrible, desgastó completamente al Zar y a su familia y supone que, cuando deciden seguir con la guerra mundial, llega otra revolución que va a ser la de los bolcheviques.
En julio de 1918, un año después de la revolución, está del 17 de invierno que va a suponer el derrocamiento de los zares, a las 2 de la mañana, sacan a 11 personas de la cama, a los zares, a sus cinco hijos y a cuatro criadas y les disparan a muerte".