'Crónicas perplejas': "El mejor regalo de viaje es acordarte de quien no está"
Habla Antonio Agredano de los souvenirs, de los recueros que compramos cuando viajamos

Habla Antonio Agredano en sus 'Crónicas perplejas' en 'Herrera en COPE' de los souvenirs y recuerdos que compramos en los viajes
Publicado el
2 min lectura
En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Me gustan las tiendas de souvenirs, con su folclore, sus llaveros y sus camisetas de Fruit of the Loom. Con sus vasitos de chupito con el nombre de la ciudad, sus imanes descascarillados y sus réplicas diminutas de monumentos.
Réplicas que luego llenan las estanterías de los muebles-bar. En esas casas de antaño, cuando el minimalismo era una cosa de pobres y no de ricos, y había muchas baldas y muchas vitrinas que llenar. "Mis abuelos que se acordaron mucho de mí me regalaron esta camiseta de Mallorca"», eso sí eran cosas bonitas.
Todos hemos tenido unos tíos viajeros que nos traían cosas de niños. Chocolates británicos. Pinochos italianos. Camisetas de fútbol falsas de Maradona. Los pastelitos marroquíes con pistacho. O esas televisiones de plástico con un botoncito que pasaba diapositivas. Aunque yo ya solo pido estampitas de santos y vino. Si algún familiar o amigo me dice: ¿Te traigo algo? Les digo eso.
En mi último viaje no fallé con los souvenirs. Chorizo picante napolitano para mi madre y queso pecorino para mi padre. A mis hijos les traje guanciale y salchichas. Un éxito. Menos tazas y más embutido, pensé.
El mejor regalo de viaje, en cualquier caso, no se vende en el duty free ni en las tiendas de los museos. Es acordarte de quien no está. Mandar una foto de un paisaje y decir: "La próxima juntos". Remover la memoria. Las cervezas saben mejor cuando el viaje es compartido, aunque sea en la distancia. Por muchos kilómetros, por muchos aviones, por muchas calles que recorramos, por muy bien que lo pasemos, no hay mejor regalo para la vuelta que los afectos.
Que pensar: "Esto les encantaría a mis hijos, cuando sean más grandes, los traigo seguro" o "uy, si mi padre probara este arroz" o ·le tengo que decir a mi hermana que venga a esta ciudad, porque le encantaría". Porque llenar las ausencias también es parte del viaje.
las 'crónicas perplejas' de la semana de antonio agredano
'Crónicas perplejas': "Francisco hizo lo que el corazón le dictó"
'Crónicas perplejas': "Ir es una obligación, pero volver es solo una opción"