Los emocionantes dos poemas que Carlos Herrera eligió para dedicárselos a su hijo Alberto en su boda en Cádiz: con un significado muy especial
Alberto Herrera, comunicador de Herrera en COPE, se ha casado este sábado en Cádiz, en una ceremonia muy emocionante

Cristina López Schlichting cuenta los detalles de la boda de Alberto Herrera
Madrid - Publicado el
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La boda de Alberto Herrera ha sido mucho más que un enlace familiar. La ceremonia, celebrada en la Basílica de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ha dejado momentos profundamente emotivos que ya se comentan en los pasillos de la radio y en las redes sociales.
Según ha contado Cristina López Schlichting en Fin de Semana, “la boda fue particularmente hermosa porque Carlos leyó unas palabras dedicadas a los novios y a su futuro nieto y recitó dos poemas”. El veterano locutor eligió un texto de Rubén Darío, que dedicó a la novia, Blanca, y otro de Miguel Hernández, como símbolo de la fortaleza del amor ante las dificultades.
Herrera estableció “un paralelismo entre la fuerza del amor en los momentos de duda y la de los edificios japoneses que resisten los terremotos”, un gesto que emocionó tanto a los presentes como a su propio hijo, que no pudo contener las lágrimas.

Boda de Alberto Herrera
“Se veía que Alberto y Blanca se han casado profundamente enamorados”
Según relata Antonio Jiménez, “se veía que Alberto y Blanca se han casado profundamente enamorados”. Durante la ceremonia, la emoción fue compartida por todos los asistentes, incluida la madre del novio, Mariló Montero, que también se mostró conmovida en varios momentos.
La música tuvo un papel protagonista. La Coral Polifónica de Moguer y un coro infantil interpretaron piezas que elevaron el tono solemne y artístico de la celebración. Uno de los momentos más intensos llegó con el “Aleluya” de Leonard Cohen, interpretado por José Manuel Soto y su hija Rocío, con las voces de los hijos del artista acompañando desde los bancos de la iglesia.
La ceremonia, que se prolongó durante hora y media, fue descrita por los asistentes como “casi un concierto”. La coordinación musical estuvo a cargo de Manolo Marvizón, reconocido compositor de marchas sacras en Andalucía y responsable de las sintonías del programa de Herrera en la radio.

Boda de Alberto Herrera
El vínculo entre las familias Herrera y Soto también quedó reflejado en las palabras del propio José Manuel Soto, que habló en nombre de la familia de la novia. En su discurso, rindió un homenaje a las mujeres de su familia, a las que definió como “un matriarcado que impulsa y mejora la vida de los hombres, que constituye el faro y la guía”.
Soto añadió que, aunque en su familia hay artistas, toreros y periodistas, “las mujeres son las que brillan por encima de todos y la familia es consciente de ello”. Un mensaje que fue recibido con aplausos y gestos de complicidad entre los invitados.
El sacerdote que ofició la misa también se mostró impresionado por el ambiente y la emotividad del acto. “Ha sido la boda más bonita que he oficiado en mi vida”, confesó al finalizar la ceremonia.
Herrera eligió un texto de Rubén Darío, que dedicó a la novia, Blanca, y otro de Miguel Hernández, como símbolo de la fortaleza del amor ante las dificultades
un cóctel frente al mar y una fiesta llena de música
Tras la misa, los novios y sus invitados se desplazaron hasta una finca con vistas al mar, propiedad de Teresa de la Cierva, donde tuvo lugar el cóctel y la fiesta posterior. Según relató Schlichting, el ambiente fue “espectacular, con actuaciones musicales de los Alpresa, los Soto y sus hijos, y Willy Bárcenas, de Taburete”.
La elegancia fue la tónica de la celebración. “Las mujeres estaban guapísimas todas”, comentaba entre risas la periodista, que también destacó los estilismos de las invitadas más conocidas. Mariló Montero, madrina del enlace, deslumbró con un vestido en tonos azul acero y verde turquesa, con un escote pronunciado. Su hija, Rocío Crusset, optó por un vestido amarillo mostaza que combinó con un clutch burdeos, “impresionante, de los que te dejan sin habla”, apuntó Schlichting.
Por su parte, la esposa de Carlos Herrera, Pepa Gea, lució un diseño color camarón con plumas de avestruz, “un estilo elegante y sofisticado, firmado por Tot-Hom”. Una boda llena de arte, amor y emoción

Boda de Alberto Herrera
El novio, Alberto Herrera, cambió de camisa tras la ceremonia —de blanca a negra— para disfrutar más cómodo de la fiesta, mientras su padre y su madre compartían sonrisas con los invitados.
“Fue una celebración muy entrañable, con muchísimo afecto y con la familia muy unida”, resumió Schlichting al cerrar el relato en COPE.
La boda de Alberto Herrera y Blanca, más allá de la crónica social, se convirtió en un homenaje al amor, a la música y a la familia, con dos poemas —uno de Rubén Darío y otro de Miguel Hernández— como símbolo de lo que más valoran los Herrera: las palabras que se dicen con el corazón.