Descubren un sexto sentido humano debido a un canal de comunicación que, hasta ahora, se creía que no existía: cambia lo que sabemos

Este nuevo sentido está en una zona cada vez más importante de nuestro cuerpo

El intestino y el cerebro tienen una relación mucho más estrecha de lo que podría pensarse
00:00

Jorge Alcalde, en Fin de Semana

Luis Calabor

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Durante siglos hemos aprendido que los seres humanos contamos con cinco sentidos básicos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Sin embargo, la ciencia lleva tiempo advirtiendo que esta lista podría quedarse corta. La propiocepción —la capacidad de percibir la posición del propio cuerpo sin necesidad de verlo— o el sentido del equilibrio ya se consideran funciones adicionales que amplían nuestra manera de interpretar el mundo. 

Ahora, una nueva investigación va un paso más allá: los científicos hablan de un sexto sentido ligado al aparato digestivo que cambia lo que sabíamos sobre cómo funciona el cuerpo humano. 

Imagen de archivo

Canva

Imagen de archivo

EL DESCUBRIMIENTO DEL CANAL 'INVISIBLE' ENTRE NUESTRO CEREBRO Y EL INTESTINO

Un equipo liderado por el neurocientífico Diego Bóhorquez ha descubierto un mecanismo inédito de comunicación entre el intestino y el cerebro que regula el apetito y la sensación de saciedad.

El periodista y divulgador Jorge Alcalde, colaborador de Fin de Semana en COPE, explica en conversación con Cristina López Schlichting que este hallazgo puede considerarse “un sexto sentido auténtico, porque implica que nuestro organismo tiene una vía propia para detectar cuándo hemos comido lo suficiente”.

Según Alcalde, lo sorprendente es que este sentido “no depende únicamente del cerebro, como se pensaba hasta ahora, sino de un diálogo constante entre las bacterias intestinales y unas células especializadas del aparato digestivo, llamadas neuropodos, que envían señales al sistema nervioso”.

La microbiota, el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino, favorecen nuestra salud.

La microbiota, el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino, favorecen nuestra salud.

En el centro de este descubrimiento está la flagelina, una proteína producida por los flagelos de ciertas bacterias intestinales. Alcalde lo resume de forma sencilla: “La flagelina es el lenguaje que usan esas bacterias para comunicarse. Lo fascinante es que nuestro cuerpo ha aprendido a interceptar ese lenguaje”.

Estas señales son recogidas por los neuropodos, que transmiten al cerebro información vital: si estamos saciados, si necesitamos seguir comiendo o si ya es momento de detenernos. En palabras de Alcalde, “lo que antes parecía un simple proceso de digestión ahora se entiende como un auténtico canal de comunicación que da sentido a la regulación del apetito”.

Lo que antes parecía un simple proceso de digestión ahora se entiende como un auténtico canal de comunicación"

Jorge Alcalde

Periodista y divulgador científico, en Fin de Semana

LA IMPORTANCIA DE ESTE SENTIDO EN EL HAMBRE Y LA ALIMENTACIÓN

La investigación ayuda a explicar por qué algunas personas no sienten sensación de saciedad en determinados momentos de su vida. “Quien no percibe que está lleno puede tener una desregulación en estas bacterias o en las células intestinales que envían la información al cerebro”, señala Alcalde.

Esto abre nuevas pistas para comprender problemas como la obesidad o los trastornos alimentarios. Hasta ahora se sabía que el hipotálamo en el cerebro regula el hambre, pero no estaba claro cómo llegaba la información. “Ahora tenemos una pieza más del puzle”, afirma el periodista. 

El hallazgo también refuerza lo que muchos nutricionistas repiten: comer demasiado rápido es un error. “El cerebro tarda unos 20 minutos en recibir la señal de saciedad. Si comemos con prisa, corremos el riesgo de ingerir mucho más de lo que necesitamos”, recuerda Alcalde.

Además, los picos de glucosa derivados de ciertos alimentos, como los dulces, generan una falsa sensación de saciedad que dura poco tiempo. Esto no solo fomenta el hambre constante, sino que también puede provocar alteraciones metabólicas como la diabetes. 

La salud intestinal y la cerebral están más vinculadas de lo que parece

La salud intestinal y la cerebral están más vinculadas de lo que parece

Más allá del apetito, este sexto sentido también parece estar relacionado con nuestro estado emocional. “El aparato digestivo influye directamente en cómo nos sentimos”, asegura Alcalde. Expresiones populares como “tengo un nudo en el estómago” o “se me quita el hambre cuando estoy enamorado” encuentran ahora una base científica.

El nervio vago —que conecta el estómago con el cerebro— juega un papel crucial en este proceso. “Cuando algo nos da asco, lo sentimos en el estómago; cuando tenemos un disgusto, se nos cierra el apetito. Esa conexión es real, no solo metafórica”, subraya. Una intuición que las tripas confirman

El nuevo descubrimiento también ofrece una explicación fisiológica a lo que muchos describen como intuición. “Cuando alguien dice ‘tengo un presentimiento en las tripas’, no está tan desencaminado. Nuestro cuerpo utiliza esas vías de comunicación para reaccionar, incluso antes de que seamos plenamente conscientes”, explica Alcalde. La ciencia confirma lo que la sabiduría popular ya intuía

Para el divulgador, lo más llamativo es que la ciencia actual empieza a confirmar lo que el refranero popular llevaba siglos señalando. “Hacer de tripas corazón, que el amor te quite el hambre o sentir un vacío en el estómago cuando algo va mal… todo eso tiene una base fisiológica real”, comenta.

La Linterna

La Linterna

Con Ángel Expósito

Lunes a viernes de 19:00h a 23:30h

Programas

Último boletín

18:00 H | 10 SEP 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking