
"A los activistas pro palestinos les ha dado por hacer de la Vuelta Ciclista a España un peligro constante. No tiene ningún sentido pagar con los equipos las guerras internacionales"
Cristina López Schlichting se desplaza a la Cibeles para repasar el despliegue de seguridad activado con motivo de la última etapa de la Vuelta Ciclista de España
- 5 MIN
¡¡¡Muy buenos días España!!!! Es domingo, 14 de septiembre, ya pasamos, ya vamos atravesando el rubicón de mediados de mes, los niños están en el cole, las rutinas asumidas y encima tenemos buen tiempo, una cola de meteorología veraniega que permite disfrutar de las terrazas y los parques.
Bienvenido si te incorporas ahora a la sintonía de Cope, te saluda Cristina López Schlichting en nombre de todo este equipo de gente entusiasta que todos los sábados y domingos te acompaña de diez a dos.
Hoy entran dos frentes, uno atlántico y otro mediterráneo, que van a dejar precipitaciones en el oeste de Galicia y nubes en Tarragona y Castellón, mientras en el resto de la península habrá cielos azules.
Las temperaturas máximas descienden en Valencia, Murcia y Almería y aumentan en Cantabria y Alto Ebro. En el Guadalquivir, 36, 38 grados. Así nos anunciaba cómo viene el tiempo esta próxima semana nuestro Jorge Olcina
Y si me escuchas hoy con sonido de calle de fondo es porque en la calle estoy, concretamente en la Puerta de Alcalá de Madrid en medio de un despliegue policial extraordinario porque a los activistas pro palestinos les ha dado por hacer de la Vuelta Ciclista a España un peligro constante.
Ese es el error. No el apoyar a los habitantes de Gaza, continuamente masacrados, a los que el Papa llama todos los días para darles ánimos. Eso nadie lo puede censurar y este es un país libre, faltaría más, donde exhibir una pancarta en un acto deportivo está amparado por las leyes, o corear consignas. Otra cosa es interrumpir un evento deportivo continuamente generando situación de riesgo para los atletas y los visitantes.
Lo que comenzó como unas protestas en favor de Palestina se ha convertido en un asunto internacional. Detenciones de manifestantes, denuncias por delitos de odio, paralizaciones de la competición y hasta declaraciones del Benjamín Netanyahu. El despliegue es el más grande desde 2022 en Madrid, en la cumbre de la OTAN, y el mayor registrado para una etapa ciclista.
A los 132 guardias civiles, 59 motocicletas, 28 vehículos todoterreno y un helicóptero que acompañan de base al pelotón ciclista, se suman hoy 1100 agentes de policía, 400 de la Guardia Civil y 800 efectivos de la policía municipal, además de la Brigada de Seguridad Ciudadana, la Unidad especial de Subsuelo, la unidad canina y la de Prevención y Reacción.
Desde la madrugada hay cortes de tráfico y toda la jornada de ayer se revisaron las calles y las alcantarillas. Nueve agentes de seguridad por cada uno de los 183 ciclistas de la competición. Sin contar los recursos de los bomberos, el Samur y los agentes de movilidad.
Desde el Pardo hasta Cibeles. Y cuando los políticos se suman al jaleo, entonces eso se llama manipulación. Ayer Irene Montero, ex ministra del Gobierno y eurodiputada escribía en las redes: “Hoy el Gobierno de Madrid, de la mano de Ayuso y Almeida militariza en Madrid con un dispositivo policial que no se veía desde la Cumbre de la OTAN para proteger al equipo sionista de Israel en la vuelta y reprimir la solidaridad con Palestina. ¡Todos y todas a protestar contra el genocidio!”.
Ni se ha militarizado Madrid, ni se protege a los sionistas, ni se reprime la solidaridad. Lo que hay aquí es la utilización ideológica del lógico dolor por lo que está ocurriendo en la guerra de Israel, el deseo de pintar la realidad en blanco y negro para sacar tajada política.
El viernes dimitió el responsable del equipo de Israel en la vuelta, Óscar Guerrero. El dirigente afirmó que sentían “miedo” y que recibían todo tipo de insultos. “Asesino es lo más normal que me dicen” señalaba el director del equipo Israel-Premier Tech. A cargo de los ciclistas se quedó su segundo, el sudafricano Daryl Impey.
La formación hebrea cambió su maillot para no portar el nombre de Israel y rebajar las presione de los manifestantes pero no sirvió de nada. Guerrero se ha visto superado por los acontecimientos y ante la paradoja de que el Ministro de Exteriores, José Manuel Albares por una lado ataca la participación de los ciclistas israelíes en la Vuelta y por otro se ha negado a utilizar la Ley del Deporte y prohibir su participación, cosa que hubiese podido hacer aduciendo un choque con los intereses o las posturas internacionales de España.
Ayer la etapa se convirtió en símbolo político. El esprint intermedio previsto en la localidad de Cercedilla tuvo que ser eliminado porque los manifestantes bloqueaban el paso de la carrera. Se tomó la decisión de desviar el recorrido hacia Los Molinos, eliminando Cercedilla del perfil oficial.
Entre las pancartas y las consignas, en la población de Navacerrada, aparecieron Ione Belarra e Irene Montero, de Podemos, que discutieron con los guardias civiles y montaron el follón. Iban con un fotógrafo del partido y a nadie se le escapa que intentan con estos aspavientos recuperar su magra intención de voto, sobre todo ahora que Yolanda Díaz ha fracasado en el intento de Sumar de reducir la jornada laboral.
Además, en otro punto del recorrido de ayer dos manifestantes pro palestinos se descolgaron de un puente y uno de ellos tuvo que ser detenido. No tiene ningún sentido generar situaciones peligrosas y pagar con los equipos las guerras internacionales. Lo mismo que se prohibieron participaciones de selecciones rusos en competiciones internacionales e incluso de cantantes en Eurovisión, el gobierno podía haber impedido a los israelíes participar en la Vuelta, pero asaltar las carreteras y comportarse como hooligans es irresponsable. Esperemos que hoy todo discurra en paz no y no tengamos que lamentar una desgracia.