Alejandro es aficionado del Villarreal y quiere ir a Miami para jugar contra el Barça, Marc no: "La deriva del fútbol"
El posible desembarco de LaLiga EA Sports en Estados Unidos ha generado un debate moral al que se enfrenta el fútbol español, así como los seguidores de los equipos

José Luis Corrochano charla con Alejandro Cuartiella y Marc Sanchís, dos abonados, para saber qué opinan los aficionados del Villarreal del partido ante el Barça en Miami
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En Villarreal, el debate no se juega sobre el césped, sino en las tertulias, las redes y las sobremesas. El anuncio de que el partido contra el Barcelona del próximo 20 de diciembre podría disputarse en Miami ha encendido una conversación que va mucho más allá de lo deportivo. Lo que para unos es una aventura irrepetible y una forma de ver al “submarino amarillo” cruzar el Atlántico, para otros es una grieta en la identidad del club. Entre la ilusión por vivir algo único y la resistencia a perder las raíces, los abonados del equipo castellonense están tan divididos como si de un clásico se tratara.
Más sobre el partido en Miami
En El Partidazo de COPE, José Luis Corrochano conversó con dos seguidores del submarino amarillo para pulsar el sentir de la grada: Alejandro Cuartiella y Marc Sanchís.
Alejandro, de 21 años y abonado desde que tenía seis, lo tiene claro: “Es una oportunidad increíble para ir y yo nací en el submarino amarillo. Si me dan la oportunidad de ir gratis allí, voy”. Para él, la cita es una aventura única, una experiencia que no puede dejar pasar, aunque reconoce que no todos los aficionados podrán asumir un viaje tan exigente. “Hay que pensar en la tercera edad, que no se puede chupar un vuelo de 11 horas”, matiza.

Fernando Roig presidente del Villarreal CF tras la suspensión del partido de LaLiga entre el Villarreal CF y el RCD Espanyol de Barcelona en el Estadio de la Cerámica
Marc, en cambio, con dos décadas de fidelidad al equipo, representa la voz más crítica. “Yo entiendo el fútbol de una forma igual antigua, con sentimiento de arraigo y pertenencia. Esta deriva de ir a Arabia Saudí o a Miami no creo que sea beneficiosa. Hoy es una vez, pero el año que viene pueden ser dos o tres, y eso no es bueno para los aficionados”, argumenta.
El coste y la integridad de la competición
El presidente Fernando Roig ha prometido facilidades para que los abonados viajen a Miami, asumiendo el precio de la entrada y del vuelo. Un gesto que, como explicaba Rubén Cañizares, podría suponer más de 25 millones de euros si todos los abonados aceptaran la propuesta. Solo el billete directo ronda los 1.000 euros, a lo que habría que sumar unos 150 de media por la entrada, como en el último Villarreal-Barça.

Los jugadores del Barça celebran uno de los goles ante el Villarreal
La medida, además, reabre el debate sobre la integridad de la competición. El Real Madrid ya ha mostrado su oposición, exigiendo que todos los encuentros se disputen en igualdad de condiciones. También voces como la de Gonzalo Miró han denunciado que llevar el fútbol español a Miami “convierte el deporte en algo tremendamente injusto”.
Una grieta en la afición
En Villarreal, el partido ha generado una grieta emocional. Unos lo ven como un regalo y una forma de internacionalizar al club; otros, como una pérdida de identidad. La RFEF ya ha pedido a la UEFA el visto bueno para disputar el encuentro en Miami, mientras las peñas se debaten entre la ilusión y el escepticismo.
Marc recuerda que su abono, que incluye Champions y Liga, cuesta 285 euros, y que el ahorro de un 20% por este partido no compensa perderlo como local. Alejandro, por su parte, reconoce que en su zona de animación paga 150 euros y que su motivación es vivir una experiencia que, para él, trasciende el fútbol.
Entre cálculos logísticos, opiniones enfrentadas y reflexiones sobre el rumbo del fútbol moderno, la cita en Miami se perfila como algo más que un partido. Es un pulso entre la tradición y la globalización, entre la identidad local y la proyección internacional. Y, como en todo buen derbi de opiniones, la grada está dividida.