Nigeria es uno de los países más afectados por el terrorismo del grupo yihadista Boko Haram. En El Espejo nos contáis la iniciativa de una diócesis para acoger a los que llegan huyendo de esta violencia.

Desde 2014 la diócesis de Yola, en el extremo oriental de Nigeria, ha acogido a miles de personas que huyen de las zonas vecinas ocupadas o destruidas por Boko Haram. Para ello ha dispuesto diversos espacios de las parroquias y de las escuelas, e incluso de la catedral diocesana de Santa Teresa, para levantar campamentos de tiendas de campaña. Muchas de esas personas todavía no pueden volver a sus pueblos debido a la presencia de terroristas en la zona. Por eso el obispo Stephen Mamza ha decidido levantar un barrio en el que puedan quedarse a vivir definitivamente.

Son unas 850 personas las que no pueden regresar debido a los enormes riesgos que aún corren en sus pueblos. Están cansadas de vivir en tiendas de campaña y sin perspectivas de futuro, por lo que el obispo ha decidido construirles casas de verdad, un proyecto que será posible gracias a la contribución de la organización “Missio”, de la Iglesia alemana, y a una donación de 10 acres de terreno del Gobernador del Estado de Adamawa, donde se enclava Yola. El obispo ha contado a la agencia FIDES que será un barrio en el que además de viviendas habrá una escuela, una iglesia y una mezquita (alrededor del 5% de los refugiados son musulmanes). Se trata de 86 casas que, a partir de mediados de abril, cuando finalicen las obras y se entreguen las viviendas, se convertirán en hogar permanente de otras tantas familias.

Todas las familias han perdido al menos uno de sus miembros asesinado por Boko Haram, de modo que arrastran traumas profundos. Tienen historias diferentes unidas por un gran dolor y una sensación de desorientación, así que Monseñor Mamza espera que esta nueva perspectiva les ayude a empezar de nuevo.