José María Gil Tamayo se ha referido a la carta que el Papa Francisco ha dirigido al Pueblo de Dios con motivo del último caso de abusos destapado en el seno de la Iglesia. Para el secretario general de la CEE, los abusos por parte de algunos miembros de la Iglesia son “una lacra, un mal hecho que debemos reconocer y por el que debemos pedir perdón. Aunque sólo hubiera un caso, ya sería lo suficientemente grave como para levantar nuestra denuncia, nuestro dolor y sobre todo, nuestra cercanía las víctimas”.

Gil Tamayo explica que el Papa, en su carta, nos llama a la corresponsabilidad, porque la Iglesia es “un cuerpo, y esto afecta a los miembros, a los más débiles, a los que se les ha tenido en el olvido, a los que no se les ha atendido lo suficiente. También ha habido pecados de omisión, de encubrimiento, de pasar de largo”.

Además, el secretario general de la CEE ha pedido que no se generalice esta actitud de sospecha que muchas veces recae sobre los religiosos. “La inmensa, la infinita mayoría de los sacerdotes son gente maravillosa, ejemplar, entregada, y no podemos extender, por la infidelidad de unos cuantos, ese clima de sospecha a unos hombres que están entregados a su vocación y al servicio del Pueblo de Dios”, ha señalado Gil Tamayo.

El portavoz de la Conferencia Episcopal también ha comentado el “huracán mediático” por el que está pasando en las últimas semanas el Papa Francisco tras la carta del exnuncio Carlo Maria Viganò. Gil Tamayo ha explicado que tras recibir la Carta al Pueblo de Dios del Papa Francisco, el cardenal Blázquez y él mismo, que se encontraban juntos en Medellín, decidieron escribir una carta de apoyo a Francisco. “Pensamos cómo estaría el Papa sufriendo, y decidimos escribir esa carta en la que le decimos a Francisco que reciba la expresión de nuestro afecto, cercanía y apoyo y que se dé cuenta de que no está sólo”.

Gil Tamayo también ha asegurado que “en este momento en el que se ven las fallas de la Iglesia, hay quien quiere aprovechar para atacar al Papa, porque hay gente que no ha aceptado nunca la elección del Papa Francisco, su misión y su tarea de reforma de la Iglesia, de ponerla en esa nueva evangelización y que es, en definitiva, poner en práctica el Concilio Vaticano II”.

En un período en el que hay quien pone en duda el papel de la Transición en nuestro país, José María Gil Tamayo también ha comentado qué puede aportar la Iglesia en un momento de fractura. “Por encima de todo está el bien común”, ha explicado el portavoz de la CEE, que también ha señalado que “la Iglesia está llamada a poner a todos los hombres y mujeres de nuestra patria en una tarea común de reconciliación, de trabajo por el progreso, por encima de sus legítimas diferencias políticas”.

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“Tenemos que olvidarnos de distracciones o de elementos que dividan, llamar a lo común, al olvido de viajas rencillas. No podemos estar en las guerras de nuestros abuelos. Tenemos que estar mirando al futuro, y tener la memoria para evitar que ocurra, pero sobre todo para perdonar y para irnos al futuro”, ha concluido el secretario general de la Conferencia Episcopal Española.