La tecnología de la ETI de Tudela dibuja el futuro de las Bardenas (II Parte)

El Centro Integrado Politécnico ETI de Tudela y la Comunidad de Bardenas Reales de Navarra han estrechado lazos a través de una serie de proyectos de innovación que unen tecnología, educación y medio ambiente. Esta sinergia ha transformado el parque natural en un aula experimental y un laboratorio para desarrollar soluciones pioneras en ámbitos como el Internet de las Cosas (IoT), la salud y el turismo sostenible, con el alumnado como protagonista.

Un desierto conectado por la red LoRaWAN

Uno de los proyectos más destacados es la instalación de una red LoRaWAN en el territorio bardenero, una infraestructura de telecomunicaciones pionera en una zona sin cobertura convencional. Tal y como explica el profesor Luis López, esta red permite recoger datos de forma remota a través de diversos dispositivos. De hecho, el primer 'gateway' o portal de enlace fue instalado en 2022 por los propios alumnos y profesores del centro.

Gracias a esta tecnología, ya se monitoriza el nivel de agua de los abrevaderos para el ganado, cuyos datos se pueden consultar en tiempo real. López avanza que el siguiente paso es ampliar la red para desarrollar otras aplicaciones, como el control del turismo, la gestión de aparcamientos o el seguimiento de la fauna. Entre las posibilidades se encuentra el uso de inteligencia artificial para monitorizar especies en peligro, como el avetoro, a través del análisis de sus cantos.

Bardenas como receta para la salud

El Departamento de Actividades Físico-Deportivas de la ETI también ha encontrado en Bardenas un escenario ideal para un innovador proyecto sobre salud post-COVID. Bajo el nombre de ‘receta de salud’, los profesores Roberto Ramírez, Alberto Cebollada y David Cárdenas han dirigido un estudio para medir científicamente los beneficios del contacto con la naturaleza. Han utilizado tecnología como las diademas MUSE 2 para medir la actividad cerebral, comparando los efectos de realizar dinámicas en el parque y en un entorno cerrado.

Los resultados, según detalla Roberto Ramírez, arrojaron diferencias significativas. Actividades como los ejercicios de equilibrio en el entorno de Castildetierra mejoraron la predisposición y activación cerebral para la actividad física. Además, dinámicas de respiración y contacto con plantas aromáticas en Bardenas demostraron un incremento notable en el estado de calma de los participantes en comparación con las mismas pruebas realizadas en interior.

La Bardena es una extensión del aula, de la ETI, es un aula más"

Una cantera de profesionales para el parque

Todos los docentes coinciden en que la clave del éxito es el aprendizaje práctico y el protagonismo del alumnado. David Cárdenas lo resume afirmando que “la Bardena es una extensión del aula, de la ETI, es un aula más”. Esta formación vivencial no solo educa, sino que genera oportunidades reales de empleo, con exalumnos que ya han creado sus propias empresas de guías turísticos en la zona.

El testimonio de Bogdan Sayuk, estudiante de 17 años, es el mejor ejemplo de esta pasión. Durante sus prácticas, y animado por el guarda Sergio González, creó un cuaderno de campo para documentar la fauna y flora del parque. “Nos parábamos a escuchar, a sentir un poco la naturaleza”, recuerda Bogdan, quien ha descubierto una vocación que ve como su futuro profesional.

Dentro de 13 años me veo disfrutando de la naturaleza igual o más que ahora"

Su convicción es tal que se proyecta en el tiempo con optimismo: “Dentro de 13 años me veo disfrutando de la naturaleza igual o más que ahora”. Por su parte, el presidente de la Comunidad de Bardenas, José María Agramonte, califica la colaboración como un “orgullo” y una apuesta estratégica por la educación y la gente joven. Agramonte celebra los resultados de esta sinergia y concluye que “al final son las personas las que hacemos y movemos las cosas”.