Una comunidad de vecinos de un pueblo de La Rioja que enseña cómo un grupo de personas puede mantener vivo un lugar pequeño con ideas, ilusión y proyectos que atraen a toda la región
Desde teatro en calles empedradas hasta negocios de moda innovadores, vecinos comprometidos transforman el futuro del medio rural riojano con creatividad y arraigo
Logroño - Publicado el
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En La Rioja hay vecinos que han decidido ir un paso más allá de simplemente habitar sus pueblos, se han convertido en sus principales dinamizadores. Son personas con un profundo sentido de la responsabilidad, que se niegan a que sus aldeas se vacíen o pierdan la esencia que las hace únicas. Lejos de quedarse en la idea, actúan e impulsan iniciativas culturales, sociales y económicas que están devolviendo la vitalidad a sus comunidades.
Teatro entre piedras centenarias
Un ejemplo claro de esta transformación se encuentra en San Román de Cameros, un pequeño municipio de apenas 127 habitantes. Aquí, la Asociación de Amigos de San Román ha puesto a la localidad en el mapa cultural de la región gracias a su decidida apuesta por el microteatro. La iniciativa ha logrado, edición tras edición, convertir cada rincón del pueblo en un espacio lleno de creatividad y vida.
Este sábado, 4 de octubre, se celebra la cuarta edición del Concurso “Calles Empedradas”, un evento que transforma el pueblo en un auténtico escenario al aire libre. La propuesta busca dar vida a espacios que normalmente pasan desapercibidos, acercando la cultura a todos de una forma sostenible. Con el apoyo del Gobierno de La Rioja, la jornada, que se extenderá de 11:00h a 19:00h, llenará las calles de risas, aplausos y arte.

'Calles Empedradas', un escenario rural que lucha contra la despoblación
La creatividad en San Román no se detiene en el teatro. El proyecto Art-Eco es otra de sus innovadoras propuestas, en la que varios artistas intervienen en árboles muertos de la dehesa para convertirlos en lienzos naturales. Se trata de una forma diferente de fusionar arte y naturaleza, fomentando el respeto por el entorno rural.

Proyecto Art-Eco
Escucha aquí la entrevista a María Sáenz, presidenta de la Asociación de Amigos de San Román de Cameros:

Volver para criar en libertad
La realidad demográfica de La Rioja es un desafío, de sus 174 municipios, 71 no superan los 2.000 habitantes, según datos del INE. Sin embargo, en estos pequeños núcleos surgen historias de resistencia. Una de ellas es la de Sara Hernando, una joven madre que, junto a su pareja, decidió regresar a sus orígenes para criar a sus tres hijos en un entorno más natural y humano.
La familia eligió Villarejo, un pueblo con solo 27 habitantes censados. Allí han encontrado lo que buscaban, calles donde los niños pueden jugar sin peligro, la calma del paisaje y una vida más pausada y conectada con la tierra. Para Sara, esta decisión no ha sido solo un cambio de residencia, sino un proyecto de vida que recupera la esencia de pertenecer a una pequeña comunidad.

Dos jóvenes familias dan vida a Villarejo
Los pueblos no mueren mientras haya personas que se preocupen por ellos"
Vecina de Villarejo
Emprender como motor de vida
El emprendimiento es otro de los motores que mantiene vivos a estos pueblos. En Baños de Río Tobía, la tienda Noemí Ibáñez Moda es un claro ejemplo. Fundada en 1990 como un pequeño negocio familiar, hoy sorprende por su creatividad, con escaparates que podrían competir en las grandes pasarelas. Esta apuesta por la originalidad no solo atrae a clientes, sino que también funciona como un polo de atracción para visitantes.
Rebeca, una de las responsables, lo tiene claro. Explica que su negocio es mucho más que un simple comercio: "es un motor que ayuda a transformar el entorno, mantener las calles activas y dar vida a Baños de Río Tobía". Los turistas que llegan por la tienda acaban descubriendo el resto del pueblo, generando un círculo virtuoso que beneficia a toda la comunidad.

Noemí Ibáñez Moda, en Baños de Río Tobía
Una tienda es un motor que transforma el entorno y mantiene las calles activas"
Emprendedora
Detrás de todas estas historias hay un hilo conductor, el compromiso con el territorio, la gente y la cultura. Se trata de construir comunidades más humanas, donde el arte, la naturaleza y los negocios locales se combinan para mantener viva la esencia de lo rural. Son la prueba de que vivir en el campo no significa aislamiento, sino ser parte de un proyecto colectivo que busca el bienestar común.
Al final, la clave reside en la acción y el compromiso, porque, como demuestra La Rioja, los pueblos no mueren mientras haya personas que se preocupen por ellos. Cada iniciativa es una prueba de que, con voluntad y creatividad, el futuro del mundo rural no es un recuerdo del pasado, sino una promesa muy viva para el presente.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.