Sant Lluís se niega al puerta a puerta y opta por una alternativa propia para 2027
La alcaldesa Loles Tronch explica en Herrera en Cope Menorca por qué el municipio rechaza el sistema tradicional de recogida de residuos y qué modelo alternativo ya está diseñando para los próximos años

Entrevista con Loles Tronch, Alcaldesa Aj. Sant Lluís
Menorca - Publicado el
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Sant Lluís será el primer municipio de Menorca en apartarse del modelo de recogida de residuos puerta a puerta que otras localidades han comenzado a implantar en la isla. La alcaldesa, Loles Tronch, explicó este lunes en Herrera en Cope Menorca que el Ayuntamiento ya trabaja en un proyecto propio que entrará en vigor con el nuevo contrato, previsto para 2027, y que persigue un doble objetivo: mejorar las cifras de reciclaje y garantizar un sistema más higiénico y cómodo para vecinos y visitantes.
«No queremos un pueblo lleno de cubos»
Desde el inicio del mandato, el equipo de gobierno de Sant Lluís ha descartado aplicar el sistema puerta a puerta, por considerarlo poco adecuado para las características del municipio. En la entrevista, Tronch explicó que se trata de una decisión por motivos de higiene, comodidad y practicidad, especialmente en zonas urbanas con aceras estrechas y bloques de viviendas con alta densidad. «No queremos un pueblo lleno de cubos en las calles, uno contra otro, y que la gente tenga que tropezar al caminar», resumió.
Actualmente, Sant Lluís está recogiendo ya cerca del 45 % de los residuos en fracciones reciclables, pero la normativa europea exige alcanzar como mínimo un 50 % en los próximos años. La alcaldesa admitió que «ese margen no es inalcanzable», y que la idea es que «la gente tenga cada vez más presente la necesidad de separar correctamente los residuos y reciclar».
El nuevo sistema ya se está definiendo, tras una serie de visitas técnicas realizadas por el Ayuntamiento a otros municipios que han implantado alternativas tecnológicas al puerta a puerta. En concreto, una delegación viajó recientemente a Mataró y El Prat de Llobregat, para conocer de primera mano su funcionamiento. «Son ciudades muy distintas a Sant Lluís», matizó Tronch, «pero hemos podido extraer buenas ideas para adaptar un modelo propio que responda a nuestra realidad, con urbanizaciones dispersas, zona costera y una población que se triplica en verano».
Una alternativa basada en tecnología y control
La propuesta de Sant Lluís se centra en la creación de zonas de concentración de residuos en puntos estratégicos del municipio, tanto en las urbanizaciones como en el casco urbano. Todas las fracciones —orgánica, rechazo, papel, plástico y vidrio— estarán recogidas en un solo espacio, para evitar desplazamientos innecesarios y facilitar el reciclaje a los vecinos.
Estas zonas estarán iluminadas, vigiladas con cámaras de seguridad y tendrán acceso restringido a vehículos. Cada vecino dispondrá de una tarjeta, una moneda de plástico o una app para abrir los contenedores asignados a su vivienda, de manera que quede constancia de quién deposita qué residuos y dónde. Este sistema permitirá combatir el incivismo y el llamado turismo de residuos, ya que personas de otros municipios han sido sorprendidas arrojando basura en Sant Lluís para evitar pagar en sus localidades. «Hemos tenido que poner muchas multas por esto», advirtió Tronch.
Actualmente ya están construidas prácticamente todas las zonas de concentración previstas en las urbanizaciones, salvo una pendiente de finalizar. En los próximos meses se trabajará en el casco urbano. Las zonas no podrán usarse como aparcamientos, subrayó la alcaldesa, y contarán con vigilancia para garantizar su buen uso.
Por otro lado, la recogida puerta a puerta sí se mantendrá para grandes generadores, como hoteles, restaurantes y comercios, que seguirán funcionando con un servicio específico. En cuanto a las viviendas turísticas, serán los propietarios quienes tendrán que facilitar las tarjetas o claves a sus inquilinos, junto con la información sobre cómo usar correctamente el sistema.
«Queremos un sistema eficiente, limpio y adaptado a nuestra realidad», concluyó Tronch. «Estamos convencidos de que este modelo es el más adecuado para Sant Lluís y nos permitirá cumplir con las exigencias normativas mientras mejoramos la calidad de vida de nuestros vecinos».