El ‘puerta a puerta’, un enemigo nuevo para la extinción de plagas en Menorca
La responsable de AJN Plagas Menorca asegura que el sistema de recogida puerta a puerta no ayuda en absoluto a frenar las infestaciones, mientras la isla sufre hoy muchas más plagas que hace 20 años

Entrevista con Antonia Gómez, propietaria AJN Plagas Menorca
Menorca - Publicado el - Actualizado
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Menorca afronta un problema cada vez más evidente: la presencia de plagas es hoy mucho mayor que hace dos décadas. Ratas, cucarachas, chinches y hormigas se multiplican en hogares, hoteles y restaurantes, y su control resulta más complejo cada temporada. A ello contribuyen factores como la existencia de locales cerrados durante años, las dificultades para actuar en el alcantarillado y la implantación del sistema de recogida puerta a puerta en zonas concretas de Maó y Es Castell.
La empresa AJN Plagas Menorca, con casi treinta años de trayectoria, constata que la isla vive un repunte sostenido de infestaciones. Las ratas y las cucarachas concentran la mayor parte de los avisos, aunque también se han disparado las intervenciones frente a pulgas, garrapatas, termitas y, especialmente, chinches.
En el caso de estos últimos insectos, la situación ha sido calificada como especialmente grave en los últimos años, afectando tanto a domicilios particulares como a alojamientos turísticos. Las chinches no solo proliferan con rapidez, sino que exigen tratamientos intensivos y un seguimiento constante. Respecto a las cucarachas, la variedad germánica o “alemana” es la más difícil de erradicar por su capacidad de reproducción en espacios reducidos, mientras que la americana, asociada a las alcantarillas, resulta más manejable aunque igualmente persistente.
El aumento de restaurantes, viviendas turísticas y zonas verdes ha favorecido un entorno propicio para la expansión de estas especies. Cuanto más movimiento y más espacios cerrados sin uso, mayor es la facilidad para que los insectos encuentren refugio y se multipliquen.
El efecto del puerta a puerta en Maó y Es Castell
Uno de los elementos que más inquieta a las empresas del sector es la extensión del sistema de recogida puerta a puerta en parte de Maó y en Es Castell. Según la responsable de AJN Plagas Menorca, este modelo no ayuda en absoluto a contener la presencia de roedores, que incluso se ha incrementado en determinados barrios.
Las bolsas de basura depositadas en la vía pública durante horas y la gestión de restos orgánicos sin la protección adecuada se convierten en un atractivo constante para ratas y cucarachas. El resultado es un escenario mucho más favorable para que las plagas se reproduzcan y se expandan con rapidez.
A este problema se suman los locales que llevan años cerrados. Los negocios abandonados funcionan como criaderos invisibles, donde las plagas se reproducen sin control hasta extenderse a las viviendas y comercios cercanos. En muchos casos, la intervención llega tarde, cuando los insectos ya se han dispersado por toda la manzana.
Falta de personal cualificado en el sector
La lucha contra las plagas en Menorca se enfrenta también a un déficit de profesionales cualificados. AJN Plagas Menorca opera con una plantilla de cuatro personas que trabajan durante todo el año, pero ampliar el equipo resulta complicado. El uso de productos tóxicos requiere formación específica, permisos oficiales y cursos de especialización que no todos los candidatos están dispuestos a asumir.
Durante el último año, la empresa buscó sin éxito incorporar nuevos trabajadores, hasta que finalmente se sumó un joven interesado en continuar en el oficio tras la temporada. La escasez de personal con motivación y preparación es una barrera que limita el crecimiento del sector, una dificultad compartida con muchas otras actividades en la isla.
Más sostenibilidad y trabajo constante todo el año
A pesar de los obstáculos, AJN Plagas Menorca apuesta por una estrategia de control sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Los productos que emplean están registrados por Sanidad y cuentan con certificaciones de seguridad. La tendencia es utilizar fórmulas menos agresivas y más naturales, sin renunciar a la eficacia frente a insectos y roedores.
La formación continua es otro de los pilares de la empresa. Cada nueva especie detectada exige actualizar protocolos y técnicas de intervención, en un contexto donde las plagas evolucionan con rapidez. Gracias a esta preparación, el equipo mantiene un nivel de respuesta constante en toda la isla.
El crecimiento de los insectos y roedores garantiza además actividad estable durante los doce meses del año. La temporada turística incrementa los avisos, pero incluso en invierno se suceden casos de chinches, termitas o cucarachas. “Cuando termina una campaña, enseguida comienza otra”, apuntan desde la empresa.
Con cobertura en toda Menorca, AJN Plagas Menorca mantiene un trato cercano con sus clientes. El boca a boca continúa siendo su principal carta de presentación, aunque también disponen de su página web como vía de contacto.
El futuro se presenta exigente: las plagas ya no son un fenómeno puntual, sino un problema estructural que requiere coordinación entre administraciones, negocios y particulares. Solo con prevención, formación y respuesta rápida será posible contener una proliferación que, a día de hoy, va claramente en aumento.