Viaja desde Coruña a Eslovaquia y lo que pasa tras un encuentro con policías provoca que sea deportado: sin poder entrar hasta 2027
Él mismo lo contaba a través de sus redes sociales y eran muchos los usuarios que cuestionaban lo que había ocurrido

Eslovaquia
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Estamos en pleno verano y, lo mismo, eres de los afortunados que ya ha podido cogerse las ansiadas vacaciones. Quizá, mientras estás leyendo esto, estás en una tumbona, al lado de la piscina o del mar, y la brisa que te llega te hace relajarte después de una dura temporada.
Quizá, sin embargo, te pille en la oficina o en casa, y estés todavía organizando lo que van a ser tus próximas vacaciones que llegan inminentemente. Igual estás cerrando los últimos detalles de los días que tienes por delante.
Lo mismo, si te has podido coger varias semanas seguidas, tienes todo tipo de planes en mente: desde relax en la playa hasta un viaje a un destino exótico. Y es que sí, los españoles somos de los que nos gusta movernos fuera del país para disfrutar también de las vacaciones.

Playa de Costa Brava
Y, por qué no decirlo, cuanto más lejos, mejor. Apetece coger aviones y encontrar un destino vacacional que nos ayude a desconectar pero, sobre todo, encontrar nuevas culturas y aprender de historia y de otras costumbres.
Eso sí, antes de ir al país en cuestión, hay que informarse un poco para saber qué lugares son seguros de visitar, si tienes que tener alguna precaución sanitaria, y cómo funciona el país en general, para que nada te pille desprevenido.
Sin embargo, a veces no lo hacemos y acaba pasándonos factura. Esto le ocurrió a Manu, un joven de Coruña. Él viajaba a Eslovaquia y, el resto, era historia.
Le deportan por esta razón tras hablar con policías
Manu contaba a través de sus redes social, concretamente en X (antiguo Twitter) cómo, tras un viaje a Eslovaquia, le acababan deportando y no le permiten entrar al país hasta 2027.
Si bien es cierto que no es mucho tiempo, a este joven le podían haber encarcelado durante una semana, si no fuese porque acabó encontrando el dinero para pagar a las autoridades y evitar la prisión.
Pero vayamos al principio. Todo esto sucedió porque Manu se subió a un autobús eslovaco. Sin embargo, lo hacía de una forma poco ortodoxa: sin pagar el billete. Todo hubiera sido normal, si no fuera porque unos revisores vieron el engaño que intentaba perpetrar.
Así lo subía un amigo suyo a la misma red social donde, con una captura de pantalla, enseñaba cómo Manu contaba la anécdota completa.
“Me negué a pagar haciendo que no entendía nada, vino la policía e hice lo mismo. Me llevaron a comisaría y me dijeron que cárcel una semana y trabajo comunitario” explicaba Manu.
Ahí fue cuando Manu utilizó el recurso de pagar la multa que le pedían y evitar la cárcel. Eso sí, con otra consecuencia: no volver al país hasta 2027, por lo menos. “Tengo prohibido pisar Eslovaquia en dos años” decía en X, antiguo Twitter.
Al final, eran muchos los que intentaban ayudarle y hacerle ver si era eso legal en este país, pero no parece que, de forma alguna, vaya a recuperar el dinero.
La incredulidad del dueño de un bar de Pontevedra
Juanjo Gondar tiene un asador en Marín, Pontevedra, que se llama Lapamán, y donde sufre mucho el tema de las reservas sin cancelar.
Él mismo vivió, el pasado 22 de junio, una situación digna de película, que le llevó a una gran incredulidad. Era domingo y en pleno verano cuando le dejaron colgado cuatro reservas de unas 20 personas.
Nunca le llegaron a avisar de que cancelaban la reserva, y fue él quien tuvo que llamar para reclamar lo que es suyo. “Salí de la parrilla y me fijé que había varias mesas vacías. Los compañeros no se habían dado cuenta porque también estaban a tope y cuando fui a ver las horas de las reservas ya había pasado como una hora y no había nadie y les llamamos” explicaba en 'La Tarde'.

Señal de carretera que indica direcciones a la provincia de Pontevedra y al río Ulla
Y es que les habían causado una pérdida de 500 euros en solo una jornada. “Nos cogieron el teléfono y nos dijeron que habían cambiado de opinión y tal, por la niña que estaban en la playa y que ya les daban de comer allí, lo cual bueno, pues pues falta de empatía importante, no cuesta nada llamar” explicaba.
Otro de los clientes que no se había presentado explicaron que llamaron pero nadie les había contestado. “Si no te cogemos el teléfono, puedes darle al botoncito de cancelar la reserva, no cobramos nada, no hay ningún tipo de inconveniente. Así nos sale esa mesa liberada en el mapa y por lo tanto que la habíamos dicho a muchas mesas que no teníamos hueco” decía.